Buenos días

Hablando acerca de un amigo común me decían "este es tán mentiroso que cuando dice buenos días hay que salir a la calle a ver si es cierto". En Tontilandia (como llamaba Joaquín Edwards Bello a Chile) ser mentiroso o no tener respeto por la palabra es cosa normal, es visto con humor tal como el borrachito simpático o el marido mujeriego. No respetar la palabra es cosa normal y corriente.

Yo debo venir de otro planeta, porque cuando digo algo y no lo cumplo tengo una piedra que se me incrusta en la planta del pie cada vez que doy un paso y ando con un humor de perros, especialmente cuando no he podido cumplir porque a mi no me han cumplido. A los demás no les importa pero a mi eso me importa mucho.

¿Que hacer cuando las personas no respetan lo que dicen y no cumplen sus compromisos?, hace tiempo les conté del médico que todavía no me devuelve el mes de garantía, el problema que no es un caso único, me pasa todos los días, quedo de acuerdo en algo y simplemente no se hace ¿que hacer entonces?.

La sabiduría popular dice "adonde fueres haz lo que vieres" ¿entonces yo tendría que ponerme mentiroso y ofrecer lo que no estoy dispuesto a cumplir, tal como los demás?, ¿o me sigo amargando el hígado cada vez que no me cumplen?. Me acuerdo cuando trabajaba con mi primo en Zona Franca, que tenía la maldita costumbre de hablar y ofrecer cosas que después se le olvidaban o cambiaba de opinión. El asunto se arregló cuando finalmente lo mandé al diablo, me quedé en la ruina pero me libré de la piedra en el zapato que me molestaba.

¿Cuanto vale la palabra? creo que cada persona tiene una especie de valor o índice, de hasta que punto está dispuesto a cumplir con lo que dice. Desde los que mienten compulsivamente por la emoción que les produce (mitómanos) hasta los que están dispuestos a sufrir molestias y hacer sacrificios con tal de sostener lo que han dicho, la palabra tiene distinto valor según la persona que la diga y los que tienen una palabra devaluadano hay que hacerles mucho caso: nos dicen buenos días y salimos a ver si es cierto.

Creo que lo peor que podría pasar es que, en un ambiente lleno de gente que no tiene ningún respeto por su palabra, se me terminen pegando las malas costumbres. Yo tengo reputación de que lo que digo lo hago y que "pongo la plata donde esta mi boca" como dicen los gringos, pero últimamente se me han ido pegando algunas malas costumbres. Así es que en adelante mi prioridad número uno será cuidar lo que digo y cumplir.

Y cuando no pueda cumplir por culpa de terceros maldecirlos para que tengan una muerte lenta y dolorosa, dicen que esas cosas a veces funcionan.

Bueno, llevo bastante tiempo de mal genio así es que para suavizar la concentración de mis fluidos biliares copiaré un buen poema, aquí va:

piensa
en una guagua que está naciendo ahora
en este momento
espera un rato
espera un rato
para un rato

ya es vieja

en un momento más
se vivirá
un momento
irrepetible
espera
espera

ahora!

(Mauricio Redolés: Dos juegos escalofriantes con Marcela Redolés cuando niños)