05 diciembre 2007

Mi Valparaíso

Algunos de ustedes habrán notado que puse una nueva sección Empresas de Amigos, nunca he querido colocar propaganda en mis web pero con mis amigos pero -como dice la Milena- puedo hacer una excepción. Mal que mal a la mayoría de ellos les debo favores.

Aunque yo no soy nada agradecido, igual, les recomiendo a todas esas empresas: Agromaderas, Rapa-Nui, Constructora Vermann, Klaxon y Cordada Cinco de don Badi. Saludos desde Arica para todos ellos y ojalá que se les llene la billetera con abundantes lucas.

En el comentario pasado salió el tema de Valparaíso y el dilema si es un lugar bonito o feo. Yo creo que es como ciertas mujeres que sin tener la cara perfecta resultan tremendamente atractivas. Valparaíso tiene muchos barrios ruinosos y decadentes, la mayoría del puerto vive del recuerdo de glorias pasadas, pero es un lugar muy interesante si lo miramos con cuidado.

Cuando yo era chico, en los años 60, teníamos que viajar todos los meses a Viña a con mi mamá, cobrar una minúscula pensión de la que vivimos durante muchos años. Mis recuerdos de Viña y Valparaíso son en blanco y negro, porque así era la tele , un lujo asiático en esos años que me deleitaba viendo en la casa de mi tía Berty en uno de los primeros Philco que se vendieron en Chile. Mister Ed, Los Invasores, El Fugitivo, El Show de Luis Dimas, ¡Batman! . Mi tía vivía en una enorme y preciosa casa en Recreo Alto, donde se subía por un costado de la Santa María, de esos años nació mi fobia a las alturas.

Nos íbamos en el tren ordinario, que paraba en todos lados; Til Til, Calera, Quilota, La Cruz y un montón de estaciones que ya ni recuerdo donde vendían sustancias y fruta. El tren salía de la Estación Mapocho y llegaba a la Estación de Viña en la Plaza Vergara. Cuando pasábamos a Valparaíso a visitar a la María Elvira -mi tía monja jubilada que vivía en el Ceerro Mariposa- seguíamos de largo hasta la Estación Baron. ¡Olor a azufre, llegó el diablo! refunfuñaba mi tía cuando nos aparecíamos, porque mi mamá era fumadora empedernida. A pesar de su mal genio y caracter brusco nos debe haber querido bastante porque cuando se murió nos dejó todas sus cosas.

La familia de mi mamá era del Almendral y en esos años en Viña era un pequeño pueblucho donde todo el mundo se conocía, recuerdo a mi tío Polo empleado bancario durante toda su vida, amable y ordenado, cuando se jubiló colocó una botillería en Calle Valparaíso y al poco tiempo perdió todo en un terremoto. Pero como era ordenadísimo siempre se mantuvo pudiente. Sus hijos Leo y Tita eran muy apegados a mi mamá y se quedaban en nuestra casa en Santiago siempre que podían.

También mis otros tíos Alvaro, aduanero y Flory, que vivían en un lindo departamento en 4 Norte (creo que era el 636) y tenían una camioneta Chevrolet Apache, lo máximo para esos años.Yo heredé muchos juguetes de mi primo Alejandro y también el interés por la electrónica, porque él fué el primer ingeniero electrónico de la familia. Su hermana Queca venía llegando de USA que era el non plus ultra en Chile para esos años y traducía lo que decían los programas en inglés en la tele, ante mi atónita mirada.

Viña y Valparaíso son como la película italiana de mi infancia. Allá vivía mi tía Mery que tenía una gran residencial en Uno Norte creo, vivía separada igual que mi mamá así es que teníamos una especie de alianza estratégica de apoyo mutuo para las vacas flacas. Cuando mi tía murió mientras dormía, de un ataque al corazón -la muerte típica de la familia- tres de mis cinco primos estuvieron viviendo en mi casa durante diferentes períodos. Nunca fuí tan felíz como en esos años.

Pasó el tiempo y mis padres se pusieron en la buena, lo que para mí fue una catástrofe enorme: me separé de mis primos, estuve un año en Arica en 1969 y luego cuatro años muy duros en Chiloé. Luego volvimos a Arica para unos años todavía peores. Pero no hay mal que dure cien años, el año 80 ya estudiaba en la universidad y tenía un trabajo que incluía una obligación muy agradable: como me había hecho muy amigo de los japoneses de la Casio, cada vez que alguno venía a Chile yo era el encargado de ir a Santiago a asegurarme que lo pasara bien.

No les podría contar detalles sin romper los límites de la decencia y las buenas costumbres, pero una de las cosas que hacía normalmente era arrendar un taxi por unos tres días y nos íbamos a Viña y Valparaíso. Entonces conocí la otra cara de Valparaíso, la de las picadas, la bohemia del Roland y el American bar (su casa), el Bote Salvavidas, los Siete Espejos y las innumerables y tradicionales casas de cita del puerto, ¡que no se note pobreza! decía mientras pedía otra botella de champagne.

Esa parte de los recuerdos la tengo en colores: a las 6 de la madrugada, terminando una larga noche en el casino de un sindicato, tomando café con un sandwich de sierra ahumada en marraqueta, ¡que caña! ¡que tiempos aquellos!. En fin, iba a escribir de otra cosa y me puse a chochear, pero ese es mi Valparaíso personal. La fotografía es de mi primo Leo, viñamarino de cepa y artista, que vive en Australia desde hace cientos de años, dicen que lo dejaron allá en uno de los viajes del Capitán Cook.

10 comentarios:

  1. Estimado Tombrad, como es algo de mal gusto estar diciendo "vayan a mi blog a ver lo que dije al respecto", prefiero citar lo que dijera en relación a esta Ciudad aquí mismo, como un copy-paste.

    Sin perjuicio de esto, creo que a Valparaíso le debo un poema que aún no me siento preparado para redactar...

    "[la bahía de Valparaíso fue descubierta en 1536 por Juan de Saavedra y, hoy por hoy, es la Capital de la V Región, en la República de Chile]

    Recorrí en su momento Valparaíso (afortunado de mí y desafortunados ustedes que no lo han hecho) como el andante labriego ocasional, al acecho del invento perpetuo y dispar de cada hogar, pues no hay paridad en la simetría de las quebradas; ellas se reflejan como lo haría una versión cubista de la Mona Lisa, frente a su original, pues no hay reflejo de la impronta de un espacio múltiple, en su desenfrenada cabalgata sobre el acantilado risco con el que se hace carne el vasto espacio del océano, la roca, la caverna la gruta, el pasaje, el pasillo, el balcón y la atalaya; la almena y la venta, el otero y la trinchera, ya que mientras el borracho duerme tendido en la cuneta, sobre su antepecho una vieja borda encajes para su nieta, a la vez que el maestro ensambla su sillas, y el niño duerme su siesta.
    Nada se invade y todo se conforma. Valparaíso es el sortilegio abrupto del Plan y el Cerro emparentados adonde la hondonada es escenario, la casa es palco, la quebrada galería, el cementerio plaza, la plaza dormitorio, el camino escalera, la escalera grada y su descanso vereda; la vereda es rampa, la rampa camastro, el ascensor un privado donde se desatan los instantes de pasajera intimidad subrepticia; y lo privado a tal punto se hace público en el arribo. Todo se une y se señala, y todo se mezcla y se coordina. La oquedad diversa del puerto se amalgama en el inmenso genio grupal de sus habitantes y constructores, que por generaciones han labrado los detalles y las ruinas, que se abrazan con las toallas al viento y con los niños corriendo cuesta abajo. Y todo es uno en la unión poderosa del cielo introducido entre los cerros que se cierran en el árbol que ensombrece la casa colgando, bajo la cual escurre un manantial que riega la huerta del patio trasero de otra casa que se abalcona sobre el aire y se proyecta al horizonte.
    Todo así, y nadie, y esto es lo mejor, se puede proclamar el autor de todos estos logros, pues Valparaíso es la obra grupal de todos y de nadie. Allá, como me dije hace tiempo, la urbe y la cornisa se amalgaman y se hacen uno con el continuo de ensambles coherentes y diversos de todas las escalas del habitar, entendido como la múltiple manera de vivir en el hogar dispuesto en plenitud en su espacio y en su comarca."


    Un abrazo Tombrain

    ResponderBorrar
  2. Que buena descripción del puerto Sergio, Valparaíso en sus rarezas da mucho para la poesía y para palabrear por largo rato.

    Yo el debo a esas quebradas mi miedo a las alturas. Nunca comprendí como podía la gente vivir colgada como viven en esa ciudad en los bordes de los cerros. Es, entre muchas otras cosas raras, una ciudad del vértigo.

    ResponderBorrar
  3. YAAAAAAAAA!! CONOCES MI CIUDAD....QUILLOTA Y LA CRUZ....EN ESOS AÑOS DEL TREN....NO TE CREO....NUNCA ME LO CONTASTE...

    CUANDO VAYA PARA ARICA TE LLEVO PALTITAS....ME HE COMIDO UNAS PALTAS CREMOSITAS DE RECHUPARSE LOS BIGOTES....(bueno...los dedos..eso de los bigotes no es muy femenino..)

    AH! Y TOTALMENTE DE ACUERDO CONTIGO, VALPO A SIMPLE VISTA PUEDE SER ANTIGUO CASI RUINOSO EN ALGUNOS LUGARES, PERO SI LO MIRAS BIEN, ES INCREIBLEMENTE BELLA....

    SALUDOS A USTÉ AMIGAZO....

    ResponderBorrar
  4. Me encanta cuando escribes asi como hoy Tomas... Y me muero de ganas de conocer Valparaiso despues de todo lo que he leido.
    Saludos!

    ResponderBorrar
  5. Gloria amiga mía ¿casi o...? bueno que te traigas unas paltas, en un churrasco o cualquier otro sanguchito queda de lujo.

    Oye claro que pasé muchas veces en tren por tus tierras, en tiempos mejores vivíamos en una quinta en Quilpué cerquita tuyo pero yo era muy chico así es que apenas me acuerdo. Bastó que yo creciera para que nos quedáramos patos, parece que traigo la mala suerte jaja!

    Lilian, no te puedo creer que no conozcas Valparaíso, tienes que puro ir al Bote Salvavidas (si es que todavía existe)

    ResponderBorrar
  6. Lilian no conoce Valparaíso.

    (¡A-N-D-A!

    Pero sácate de la imaginación la pulcritud; antes de ir a Valparaíso, yo vería primero "La Strada" de Fellini...)


    ..."Zampanoooooo"

    ResponderBorrar
  7. Desafortunadamente, la gente que conozco que vive en Vina y/o en Santiago que conocen Valpo son mas de la "corriente de pensamiento" de Claudio que tuya y Tomas... no les gusta Valparaiso y no me llevan; sola no creo que tenga gracia ir. Algun dia sera.

    ResponderBorrar
  8. Revisé lo que había dicho Claudio; pensar así es como (exageradamente) decir que La India es un racimo de viejos desaseados, flacos y muertos de hambre, que se lavan ceremoniosamente su cuerpo, en un río infecto y maloliente, que más encima porta restos de muertos quemados sobre balsas precarias (¡qué asco no?; ...puajjjj!).

    Mejor nos vamos bailando la Conga a Cancún.

    A gozar a gozarrrrrrrrr!!!

    ResponderBorrar
  9. Hola, llegué aquí sólo por un vínculo buscado en internet; se trataba de la primera estrofa de una tonada, canción o qué se yo. Era justo buscando la frasecita para iniciar un pequeño comentario sobre el puerto. Soy ya una antigüedad y mis recuerdos son más remotos y confusos. Allá en el cerro Cárcel o cerca, están todos mis parientes distribuidos: los italianos en el católico, los alemanes en el de disidentes. Los viajes allá eran por funeral o por trabajo. Cuando se agotó el tema funerales, primó el trabajo relacionado con comercio exterior: agentes de aduana, inspección de mercaderia importada en tiempos previos y .posteriores al auge de los contenedores, calle Blanco y otras antiguas con sus jaulas de ascensor, almuerzos en el Bote Salvavidas, buen lugar para ver trabajar a los demás o en la Caleta Membrillo y a la hora del té el Riquet, tras visita al Jardin Pümpin. En otro plano, entrar a los lugares exóticos para los santiaguinos: el Roland, el American Bar. Tuve un estupendo conjuntos de dibujos a pluma del primero de ellos, regalado por un pintor alemán y cliente. Por desgracia, se extraviaron en una mudanza. Por eso anduve tras un libro publicado por el pintor Gonzalo Ilabaca para revivir esas imágenes - aunque de época posterior - pero nunca lo obtuve. También aparece la mentada animita de Emile Dubois, salvado cuidadosamente del terremoto de 1906, para poder ser decorosamente fusilado después, la muerte de mi abuelo en el mismo acontecimiento y la llegada al puerto de tantos que después conocí, los del Winnipeg, del Formosa? y otros nombres de barcos que nombraban los parientes, como el Conte Biancamano, hasta llegar al último viaje presunto del Reina del Mar. Oh, lo siento, mejor me mando cambiar a trasmitir a otra parte.

    ResponderBorrar
  10. Que lindos recuerdos Laura. Yo también tengo algunos recuerdos medio prehistóricos como el viaje desde Santiago en el tren ordinario, que se demoraba una eternidad parando en cada caserío, la estación de Viña (Victoria creo que se llamaba), también recuerdo todo muy bonito de esos años, tu comentario me hizo revivir algunos de esos recuerdos.

    Volví a Valparaíso muchos años después, una sola vez, creo que fue a principios de los noventas y todavía estaba parecido a como lo recordaba. Hoy dicen que está horrible, el Tomás Jr. estudió dos años allá y dice que es un sumidero. Pero en fin, todo lo pasado fue mejor, dicen ¡Saludos!

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"