Los electrónicos autistas

Escribo desde la tranquilidad de mi escritorio, nuestra oficina parece la sección de autistas en un manicomio, pasamos callados todo el día, cada uno en lo suyo ¿saben por qué? tres de los cuatro ocupantes somos ingenieros electrónicos, antisociales hasta la médula, la pobre secretaria que también trabaja con nosotros se arranca para las otras oficinas cada vez que puede mientras que nosotros, los autistas, no despegamos la vista de la pantalla, cada uno en su mundo, Maritza con sus documentos y hojas de cálculo, Mario preparando sus muchas clases y yo metido en mi proyecto o perdiendo el tiempo en este templo del ocio.  Lo peor es que me siento muy a gusto en este templo de los antisociales, estoy entre los míos.

Arica es la ciudad de las cosas raras, eso lo he dicho muchas veces y ayer me dí cuenta de otra rareza local. Resulta que cuando yo me quedo con el auto (prestado por el vecino), paso a dejar a la Pilar al trabajo antes de las 8 AM, por supuesto que no me baño ni me visto ¿para qué? si no me bajo del auto, voy manejando con el mismo buzo con que duermo, sin zapatos y me pongo el gorrito Guinnes para que no se me vean las 4 mechas desarregladas, luego me vuelvo a dormir de nuevo. Pensé que era el único, pero algo que me comentaron me hizo mirar a los demás conductores en la mañana y ví que somos legión, en Arica todos manejan en pijamas por la mañana.

La anécdota es la siguiente: una señora de nuestra flojísima ciudad iba a dejar a sus niños al colegio todos los días en ropa interior, es decir solo con una polera y el equivalente criollo a los Victoria Secret abajo, total, no se bajaba del auto y nadie la veía, luego volvía a casa, se metía en el garage y ¡a dormir de nuevo!. El problema fué que pocos días atrás, después de dejar a sus niños en el colegio el auto no quiso partir y su marido andaba de viaje, así es que tuvo que hacer tripas corazón y llamar a un radiotaxi, al que se tuvo que subir mostrando su mata-pasiones en plena vía pública. Cosas raras que pasan en Arica nomás yo creo.

Bueno, díganme negativo nomás pero todo anda mal en nuestra aporreada ciudad. No es que se haya echado a perder el clima ni menos que tengamos más trabajo (¡Dios nos libre!) sino que siguen las estupideces y sinverguenzuras de los políticos locales. Ayer anduve por el paseo 21 de Mayo que lleva meses como ciudad bombardeada, repleto de hoyos y trabajos que están dejando todo más o menos igual que como estaba: se vuelven a a colocar baldosas y adoquines sobre una base de tierra apisonada, con el tiempo la gente y vehículos que pasan hunden la tierra y las baldosas naturalmente se salen o se quiebran ¿como pueden ser tan estúpidos?

O tal vez no tengan ni un pelo de estúpidos, el negocio está en hacer los trabajos al menor costo, así queda más plata para la coima y el trabajo completo tendrá que rehacerse pronto. Un par de abogados municipal uno, del gobierno regional otro se trasvasijaron causas ¡para demandar a la propia municipalidad! todo a nombre de uno de los villanos más notorios de Arica, nos parecemos a ciudad gótica en que estamos llenos de villanos, pero ni un Batman ni jefe O´hara, que terrible, ya se lo que sentía la gente en los tiempos de Calígula. Y ahora ¿quien podrá defendernos?