06 septiembre 2016

La perversión del animalismo


Solo una reflexión al pasar. Estaba pensando por que me caen tan mal los animalistas militantes. No me refiero a los que quieren y cuidan a sus mascotas, ni siquiera a los que creen que los animales tienen sentimientos "humanos", idea que me parece absurda, pero en fin, cada loco con su tema. Son los activistas del animalismo quienes me caen como puntapié ya saben donde. No tenía muy claro por qué, pero siempre encontré que esos activistas eran personas desagradables y me preguntaba si habría alguna relación entre el activismo animalista y la personalidad desagradable.

Pensándolo un poco, creo que encontré una posible explicación: no es raro que de sentimientos nobles resulten en comportamientos pervertidos. Vean estos ejemplos:

El amor a la patria -que es un sentimiento noble y socialmente apreciado- se convirtió en fascismo en la Italia del Duce y en nazismo en Alemania hitlerista. En un principio se basaba en un cariño hacia lo propio y la protección de los valores y tradiciones ¿quien no quiere su lugar de origen? Bueno, hay gente apátrida pero la mayoría nos encariñamos con lo nuestro y rara vez renegamos de lo que somos y de donde venimos. Lo malo es cuando se pasan de la línea y se convierten en fascistas, matones y abusadores.

La simpatía hacia los desposeídos, también es un sentimiento natural y bueno, aunque puede evolucionar de la peor manera cuando se expresa en alguna clase de fanatismo político. Fidel Castro, Ortega, Maduro o Chavez, en sus inicios seguramente fueron tipos nobles, con las mejores intenciones, pero en el camino se fueron pervirtiendo y se convirtieron en tiranos sádicos e hipócritas. Es lo que ha llevado a los movimientos de guerrilla en todo el mundo a convertirse en carteles de narcotraficantes, que ejercen toda clase de crueldades en sus dominios.

La religiosidad bien entendida, es un vehículo para ennoblecer a las personas. Muchas personas que son religiosas se preocupan de perfeccionarse moralmente, haciendo cosas buenas y evitando las malas. La mayoría de los libros religiosos tradicionales enfatiza la importancia de hacer buenas obras y preocuparse por el sufrimiento de los demás. Pero ¿que me dicen de los fanáticos religiosos? Muchos extremistas musulmanes de hoy han vuelto a niveles de salvajismo de los tiempos de Atila o Vlad el Empalador.

Lo curioso es que todos estos fanáticos, están internamente convencidos de ser mejores que los demás, de ser superiores, más puros y desprecian profundamente al resto de las personas. Esos son solo tres ejemplos pero hay muchos más. El problema es cuando un sentimiento que está bien, se convierte en un fanatismo exacerbado y se usa como paraguas para desencadenar frustraciones personales internas. Igual que el hincha de un equipo de fútbol cuando entra a las barras bravas y bajo el pretexto de amor hacia su club se convierte en una bestia para atacar y agredir a los que son de cualquier otro equipo.

Los animalistas militantes son -creo yo- otra forma de esa misma perversión. No tiene nada de malo sentir simpatía o cariño por los animales, pero cuando ese cariño "se expresa" en forma de agresividad hacia otras personas -cuando estos chiflados piensan que no están a la altura de sus estándares morales- no valen más que un nazi o un terrorista político religioso.

Con los animalistas hay una especie de gradualismo en la perversión. Muchas personas son misantropos, egocéntricos con fantasías sobre su propia superioridad moral, lo que genera que tengan rechazo social y acumulen resentimiento contra los demás. ¿Han escuchado eso de "mientras más conozco a los hombres, más quiero a mi perro"? Bueno, por ahi se parte, porque el supuesto amor por los animales no es el motor principal de estas personas, sino solo un vehículo que les permite expresar sus resentimientos y frustraciones personales hacia las demás personas.

A muchas personas egocéntricas les gusta creer que su perro, su gato, su canario, tortuga o lo que sea "los quieren" y que son "incondicionales", esa es la clave, que necesitan de relaciones incondicionales, porque son tan desagradables personalmente casi que nadie que pueda pensar los soporta, necesitan un animal que no piensa para hacerse la ilusión de que alguien los quiere.

Claro que no todos los amantes de los animales son así, mucha gente perfectamente normal adora a sus mascotas, tal como muchos patriotas, religiosos o políticos son personas perfectamente normales. Pero en algún punto aparecen esas personalidades torcidas, que se aprovechan de sentimientos nobles para usarlos como vehículos de su frustración y resentimiento.

Solo miren a Hitler, creo que no es casualidad su adoración a los perros, al nacionalismo y al "cuidado del medio ambiente" como se entendía entonces. Creo que Hitler es un perfecto ejemplo.

P.D. A propósito, encuentro en Internet que el primero en escribir la frase "mientras más conozco a los hombres, más quiero a mi perro" fue Lord Byron, que jamás tuvo un perro. Pero Hitler después insinuó que la frase era suya: "Curiosamente, esta frase fue usada por Adolfo Hitler en un encuentro con la prensa, insinuando que la frase era suya, lo cual parecía encajar porque el Fihurer siempre se hacía acompañar de un perro pastor alemán".

8 comentarios:

  1. "La biblia o el corán no son el problema, su descontrolada fanaticada lo es, porque usan su credo como tapadera de sus más bajas perversiones".

    En todo aspecto encontraremos gente ciega, sorda pero mas no muda. fanaticada descontrolada que piensa que ellos son los que tienen la razón, tienen un errado concepto del liderazgo (ellos mandan, no guian) compensado con buen blabla y mucha pero mucha baja autoestima, al punto de transmitirla en lenguaje corporal a la gente.

    Una representacion grafica del peligro que podria tener un grupo de animalistas militantes se ve en la pelicula "12 monos" (Bruce Willis y Brad Pitt como el lider de los animalistas que soltaron a los monos con un virus que casi exterminó la tierra).

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  2. Y es común ver que muchas atrocidades se hacen en nombre de un colectivo o un bien. En un minuto fue por la fe, luego por la igualdad, por la nación o el bienestar público. Irónicamente, muchas cosas que han beneficiado a otros han salido de alguien que sólo pensó para sí mismo. Por supuesto que todo esto es en términos generales, mas aún así, algunos casos excepcionales son discutibles.

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  3. Está el caso de los que protestan contra las corridas de toros muy activamente, o se meten en los rodeos a evitar que se jineteen los caballos, y así. Ahí hay una cosa más, y es que siempre hay gente a la que le gusta pontificar y lanzar el anatema sobre los pecadores. Quizás esto les gusta más que proteger a los animales mismos.

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  4. Parece que no viste 12 monos, el criminal era un cientifico que esparcio el virus no con animales. Los animales fueron soltados por la banda de los 12 monos, pero no propagaron enfermedad alguna. Sugiero ver tranquilamente y completa la pelicula, asi pasaras un buen rato. ��

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  5. José, Alberto, yo soy pésimo para ver cine, si hubiese visto la película tal vez habría escrito otra cosa jaja.

    Frx, Ulschmidt, eso es lo que me he dado cuenta: mientras más nobles y amplios son los objetivos, peores son las acciones, los salvadores de la humanidad o de la animalidad son de las peores pestes que existen. Bien podrían partir salvándose ellos mismos arreglando sus complejos y frustraciones personales.

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  6. La vida es bien irónica y paradójica para muchas cosas la verdad. Se podría hacer una recopilación de varios casos.

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  7. Los animalistas son presa de la pulsion (permiso al cuentero Freud) de joder al otro, comerselo, hacerlo sufrir. Si,se pudiese reemplazar los animales en los toreos, circos, zoologicos, etc, por robot, extenderian su proteccion "humanizadora a ellos.
    Pertenecen al mismo subtipo de los reformadores sociales, justicieros, ecochiflados, prohibicionistas de amplia gama.
    Los politicos operan muy parecido, pero al menos ellos se pelean por la ubre fiscal...

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