El día del Cuento Chino

Arica es un lugar lleno de tradiciones, y una de las tradiciones más antiguas es la del cuento chino, que consiste en que cada cierto tiempo aparecen inversionistas con enormes proyectos que prometen el cielo y la tierra a cambio de que les entreguen a precio de huevo, ojalá regalado, grandes extensiones de terreno o subsidios a cambio de proyectos que jamás llegan a concretarse.

Estaba leyendo ayer en La Estrella de Arica una de las versiones más recientes del cuento chino que consiste en unos inversionistas españoles que prometen hacer un hotel de cinco estrellas y un fabuloso casino a cambio de que les entreguen a vil precio lo que fué el Campus Velasquez de la Universidad de Tarapacá, no sé quienes serán pero me tinca que los he visto antes en alguna parte. Engañar a los ariqueños es piece of cake, somos como niños y por eso cada cierto tiempo aparecen estos vivarachos cantando el himno de Arica y ofreciendo el oro y el moro a cambio de sus fabulosos proyectos.

Los ariqueños antiguos deben recordar la estafa de Piroshka, una empresa argentina que a principios de los noventas ofrecíó traer autos ridículamente baratos para los taxistas a cambio de un pequeño adelanto. Muchos cayeron en el engaño y pusieron plata, hasta que un día todo se derrumbó y los tipos se arrancaron con la plata.

Pocos años antes un señor de apellido judío armó varias empresas en la ciudad y comenzó a pedir créditos Corfo hasta que se descubrió el verdadero cuento, que consistía en sacar oro de contrabando desde el Perú para exportarlo a USA, al poco tiempo que le pillaron un camión cargado de oro el inversionista se hizo humo y de él nunca más se supo. Creo que hoy es el rey de los casinos informales en el Perú.

A mediados de los noventa apareció un curioso personaje con un proyecto textil para convertir ropa usada en frazadas, yo que conozco bien el rubro me di cuenta enseguida que el asunto era un monumental engaño pero consiguió toda clase de bonificaciones y un gran terreno a precio de huevo, si no me equivoco es el mismo terreno que luego vendió con enorme ganancia, donde ahora se está construyendo Sodimac. Y del inversionista y su fabuloso proyecto de frazadas nunca más se supo.

Otro cuento chino fue el proyecto del Truck Center que consiguió todas las bonificaciones del gobierno para finalmente convertirse en un vulgar aparcadero de camiones, un lindo negocio aprovechando que tenía poderosos padrinos políticos. Al final resultó que los inversionistas y sus padrinos estaban metidos en un escándalo con plantas de revisión técnica en el sur y del fastuoso proyecto original nunca más se supo.

Sigamos con los cuentos chinos: el Parque Industrial Chacalluta y el Puerta de América (hoy embargado casi integramente por un banco por la enorme deuda) fueron ejemplos clásicos, lo mismo que las leyes Arica 1 y 2 que -como muchos ariqueños recordarán- fue inaugurada con inusual pompa por el presidente Frei Ruiz-Tagle que gritaba ¡arriba los corazones! anunciando que ese era el comienzo del despegue de Arica. Obviamente del despegue nunca más se supo.

Algunos años atrás un señor de apellido Manzur llegó a la ciudad anunciando la construcción de un enorme centro comercial en plena desembocadura del río San José, un intento de cuento chino que no se concretó porque los comerciantes ariqueños serán tontos pero no tanto. Y de la empresa del señor Manzur nunca más se supo.

Otro cuento chino frustrado fué cuando una conocida familia ariqueña ofreció hacer un enorme proyecto agrícola a cambio de que les regalaran 1.500 hectáreas cerca de la frontera, la gente del gobierno de Frei Ruiz-Tagle se avivó y se apropiaron del proyecto iniciando una farsesca serie de licitaciones internacionales que jamás llegaron a ninguna parte porque obviamente el asunto no era factible y la única gracia del proyecto era apropiarse de las 1.500 hectáreas a cambio de nada.

La lista de cuentos es enorme, solo estoy recopilando los más absurdos. Como buen ariqueño yo también trabajé en un cuento chino y gasté más de un año trabajando en el fastuoso proyecto del Mar de La Paz que consistía en la creación de una ciudad satélite, solo la primera etapa tenía un presupuesto de 200 millones de dólares. Después de innumerables reuniones con las autoridades, los inversionistas bolivianos y nacionales, resultó que nadie tenía un peso en el bolsillo y aparte de unas modestas lucas que alcancé a sacarle a la municipalidad jamás recibí un cinco por todo el trabajo de casi un año.O sea a mi también me cuentiaron porque de mis honorarios nunca más se supo.

Cuando el actual alcalde salió electo se le ocurrió la notable idea de convertir a Arica en el Miami de Latinoamérica,importó y plantó cientos de palmeras ecuatorianas por toda la ciudad. Cuento chino de nuevo porque casi todas las palmeras se secaron al poco tiempo, pero los inversionistas que las trajeron hicieron un lindo negocio con el asunto.

La Corporación de Desarrollo ha sido generadora de varios cuentos chinos que han dado buena plata a algunos asesores, como el autocarril de Arica a La Paz o el reemplazo de los techos en los pueblos del altiplano que jamás llegaron a nada pero cuyos estudios significaron cientos de miles de dólares a unos consultores españoles estratégicamente colocados. Yo solo digo, como en las aventuras de Quico y Caco "quien ojos tuviera, para que con ellos anduviera", eso es lo malo de no tener buenos padrinos.

El embalse en Livilcar fué otro cuento chino, que no llegó a nada pero sirvió para generar varios estudios espléndidamente remunerados en beneficio de las personas adecuadas. De nuevo "quien ojos tuviera, para que con ellos anduviera".,.

En fin, la lista es interminable y si quisiera ser exhaustivo tendría para llenar varios blogs. A lo que quería llegar es que el cuento chino es parte del patrimonio cultural de Arica, no solo eso, es también un producto de exportación porque a nuestros vecinos de Tacna también se los cuentiaron con un Mega- Puerto de diez mil millones de dólares (mega cuento como acertadamente lo llamó Gabriel Abusleme).

Siendo un producto tan característio de nuestra tierra como la aceituna de Azapa, la cueva del Inca o el Morro propongo a nuestras preclaras autoridades instaurar El Día del Cuento Chino, que podría celebrarse el 7 de junio junto con el aniversario de nuestra ciudad. Total, si los cuenteros hacen uso y abuso del ariqueñismo así es que la fecha sería perfectamente adecuada.

¿Saben cual es el verdadero problema con loscuentos chinos? que cuando aparezca un proyecto real, serio y financiado ya nadie lo va a creer,por el efecto de Pedrito y el lobo. Ese es el verdadero daño que hacen todos estos cuenteros. Y en la foto me pueden ver -por fin- manejando legalmente el Green Monster, con todos sus papeles al día. Cuando ya todos creían que era cuento chino, pero no señores, ese si que era real.