Cuando puse a la universidad Federico Santa María como ejemplo del mal camino que ha tomado la educación superior en Chile no contaba con que los sansanos, además de fundamentalistas, tienen mucha mística y defienden su universidad a todo evento, capáz que ahora me vengan a quemar la casa.
Para equilibrar un poco el asunto me acordaré de los profesores muy buenos que tuvimos a principios de los 80, cuando llegaron en grupo a la entonces Universidad del Norte, recién terminado su master, al abrirse las carreras de ingeniería civil. Recuerdo particularmente a dos muy buenos, Jaime Dávila, alias pluto, que era una máquina de enseñar matemáticas, nunca he conocido a alguien más claro, calmado y metódico. Entraba a clases justo a la hora y empezaba a explicar y escribir, lo escribía todo, tenía gran estilo como profesor, clarísimo. Había que ser demasiado bruto para no aprender con él, nos hizo los últimos cursos de cálculo. Creo que ahora enseña en la U Católica.
El otro fué Luis Hevia, que me hizo algo relacionado con la economía, hasta hoy recuerdo casi palabra por palabra su primera clase que fué una revelación para mi ignorancia que entonces tenía de los temas económicos. Varias veces he escrito aquí mismo acerca de la teoría subjetiva del valor, la paradoja de los diamantes y el agua y todo eso, bueno, eso me lo enseñó Hevia y es una de las pocas cosas de la U que todavía recuerdo.
Fueron un grupo muy talentoso y entusiasta y hacían todas las semanas los coloquios matemáticos donde ponían en aprietos a los viejos profesores venidos de la UTE que solo eran fuertes en operatoria y la parte mecánica del asunto. Algo muy común de ver en los sansanos es el entusiasmo y eso probablemente les jugó en contra, creo que algún envidioso echó a correr el rumor que eran izquierdistas -estábamos en pleno Gobierno Militar- y de ellos nunca más se supo por el norte. Creo que Luis Hevia hoy hace clases en el Departamento de Informática de la UTFSM.
Toda moneda tiene dos caras, siempre lo he dicho, no hay nada completamente malo ni completamente bueno, la Santa María tiene mucha mística pero también bastante fanatismo y carga ideologíca no muy sana, una cosa lleva a la otra. El sistema de estudios con el 60% de aprobación y la curva de rendimiento es muy duro, pero eso no tiene nada que ver con la inteligencia, hay tantos brutos de allá como de cualquier otra universidad, me consta. Bah, solo lo hago notar para sacarles pica.
En fin, no hay mucho más que decir sobre el asunto, cuando me hacían clases en Inacap por el convenio con la UTFSM los profesores se llamaban instructores, nos tuteabamos y tomábamos una cerveza juntos en el casino: ocho horas cronológicas de clase de lunes a viernes. Pero eran otros tiempos, 1974, cuando la carrera por el prestigio todavía ni asomaba. Ni Inacap ni la Santa María son la sobra de la sombra de lo que fueron, claro que todavía aprovechan lo que les queda de imagen de marca. No es un fenómeno aislado sino de todo el sistema, menciono esos dos casos porque alguna vez fueron instituciones muy buenas, tal vez las mejores de Chile.
Gracias al calentamiento global estamos entrando en invierno y los días sigues espectaculares, brilla el sol por mi ventana mientras demoro lo más posible el momento de ir a ducharme para salir a la universidad, nos acercamos al invierno y parece que estuviéramos en primavera, que bien, oigan chinos, sigan quemando carbón nomás, nada mejor que vivir en un invernadero.
Desde hace varias décadas que vengo escuchando a los catastrofistas, en los setentas se iba a terminar el petróleo, en los ochentas el debilitamiento de la capa de ozono iba a tenernos a todos con cáncer, en los noventas nos iba a golpear un enorme meteorito. En Arica es peor porque además estamos permanente espera del tsunami que va a arrasar con todo, ya viene, ya viene. Ahora andan todos con lo de la gripe de nombre raro, parece que la gente necesita ser aterrorizada porque todos los años aparece algún grupo de catastrofistas predicando que se va a acabar el mundo. Que se vayan al diablo, y que el mundo se acabe mañana si así le place, si en algún momento vamos a estirar la pata igual, de una u otra manera no le veo asunto a que todos anden corriendo como gallinas asustadas pensando que se van a morir. Tremenda novedad.
En fin, mejor me dejo de escribir tonteras y me voy a duchar, un día más de duro trabajo me está esperando. Hasta mañana.
La verdad es que nunca he usado eso del RSS, solo lotengo activado en el panel de control y no tengo la más remota idea de como podría arreglarlo.
ResponderBorrarjajaja... me divierte mucho tu perspectiva del catastrofismo de la gente de Arica; es cierto.
ResponderBorrarLo ironico es que en el caso de una pandemia (que al parecer se viene) sea uno de los lugares mas seguros; al "monstruoso virus" aparentemente le gusta mucho vivir en climas frios y secos lo que Arica no es...
Sabes? es curioso como tu hablas a menudo de las mismas cosas, lugares y gente que han tenido un valor especial en mi vida; me refiero en este caso a Hevia y a Davila. Sobre todo Luis Hevia quien me hizo entender el lugar de las matematicas en todo lo que hacemos o nos rodea, realmente, a el le tengo un afecto muy especial. En la U. del Norte habian muchos profesores de la UTFSM que eran fantasticos: Don Guillermo Gaete (QEPD) un viñamarino que se enamoro de Arica y se quedo alli, era toda una leyenda... en fin.
:-)
(desde un perfecto dia primaveral en Baltimore...)
Hay que prepararse para el 2012...ahí se viene el cataclismo final...jojojo. De pensar que hay una enormidad de vivarachos que han escrito libros que muchos giles compran para saber sobre la profecía maya, se genera todo un mercado que gira en torno a los "fines de mundo". Lo que es yo, ya estoy colocando un pececito de papel en mi puerta, pa' que no se nos pegue la sarna o la gripe porcina...
ResponderBorrarDe veras Lilian que tu estuviste en ese tiempo también, si me acuerdo de don Guillermo, gran valor.
ResponderBorrarOtro que fue muy amigo (hasta hicimos un preuniversitario trucho con él y el Pato Bastián) era Contande Nicolás, siempre me he preguntado si será familia de las Curves, mál que mal el apellido Nicolás no parece muy común.
Sigfridus, yo me vengo preparando desde hace años para el fin del mundo: comiendo y chupando como condenado para que el último suspiro no me vaya a pillar triste.
Tomas--
ResponderBorrarPero que quede claro que tu entraste bastante mayorcito a la universidad; yo era una baby...
En todo caso, a Luis Hevia lo conozco de antes de la universidad, es una larga historia digna de contarse con unos martinis de por medio la proxima vez que nos veamos en unos pocos meses mas si todo funciona como planificado :-)
Ya, ya, de acuerdo. Bien me parece lo de los martinis, te los debo y estaré muy contento de poder invitarte. Además que me dejaste metido con la historia.
ResponderBorrarDe que hablas?!, no me debes nada! pero recorde lo ricos que estaban los martinis del Casino la ultima vez... mmm... (I'm salivating) lol!
ResponderBorrarLa ilustración que elegiste es de una obra de Hokusai. Padre de los "manga".
ResponderBorrarLa Ola de Hokusai Katsushika
Que buen post sobre el ukiyoe (o como se escriba) Sergio. A mi me llamaron mucho la atención unas reproducciones de Utamaro y hasta me compré algunas el 83, lástima que eran "incolgables": abiertamente pornográficas, pero un estilo muy lindo, con las japonesas mirando de lado con cara de pescado.
ResponderBorrarNo había pensado en la relación con el manga, en verdad hay harta influencia.