01 agosto 2009

Al diablo con los gourmet!


Llevo tiempo sin leer un libro, y es que ya no me da ganas de probar con algún autor nuevo que puede resultar un fiasco, es lo que me pasó con Roberto Bolaño de quien había leído muy buena crítica, leí una de sus novelas Putas Asesinas y resultó tan mala como su nombre, bueno, tal vez escogí justo el malo pensé y leí Literatura Nazi en América, que basura más grande, soporífero, otro libro cuyo nombre ya ni recuerdo solo lo empecé, era más de lo mismo, debe ¡ser uno de los pocos libros que no he terminado, tengo que encontrar realmente malo un libro para dejarlo sin terminar. En fin, estoy cada día más flojo y ya no salen novelas de Vargas Llosa como antes, de Hemingway y Fitzgerald me lo leí todo y tenía en algún lugar del computador las Obras Completas de Truman Capote, pero ahora se me perdió, snif, pensar que incluso me da flojera buscarlas de nuevo. Ya se podría decir que soy un ex lector, aunque por Internet leo mucho, con la literatura estoy francamente en decadencia.

Ah una buena novela, no hay nada como eso, recuerdo una vez que el Tomás Jr. -que es pésimo lector- se enganchó con Robinson Crusoe y pasó un par de días hasta leerla de un tirón, cuando nos pasa eso con algún libro es una experiencia exquisita. Claro que hay escritores que exigen mucho como Kafka con sus párrafos interminables, cosa extraña, Kafka dijo una vez que su ambición era llegar a ser el Charles Dickens del alemán, ¡pero Dickens era un maestro de los párrafos!, en fin, tantos escritores difíciles de leer, a Thomas Mann no lo pude seguir, la Muerte en Venecia, ese libro medio depravado nunca terminé de encontrarle el sentido. Para que hablar de ls rusos, Gorky, Dostoievsky, Tolstoi con todo ese enredo de los nombres rusos: Kutúzov, Bezhukov, Roskov ¡que confusión!.

Que cosa más rara, había escrito esto en la mañana y lo tenía en el borrador, recién reviso mi correo y encuentro este furioso reclamo de uno de los feligreses de Bolaño por algo similar que escribí hace tiempo ¡es como si me hubiesen leído el pensamiento!. Bolaño tiene una caplla de admiradores fervientes que se engrifan cuando alguien dice que como escritor es basura, lo siento, eso es lo que honestamente pienso de él, un tipo desesperado por parecer original, ¿que de bueno podría decir sobre alguien que escribe tan mal? que hay unos pocos peores, Alberto Fuguet por ejemplo.

A otra cosa, en la tarde llegó mi amigo Edgar La Torre, el arquitecto con el que pasamos por tantos buenos ratos cuando trabajamos en la Municipalidad Provincial de Tacna. Andaba buscando un casco de bicicross para su hijo pero como las tiendas todavía no abrían nos fuimos a comprar un six-pack de cervezas y a la playa, aproveché de ponerme al día de las últimos chismes y novedades de la oficina en Tacna, fuimos a ver el asunto del casco y después a tomarnos un pitcher de cerveza en el Shop-Dog de 21 de Mayo. Todo muy bien, conversamos de lo divino y lo humano, entre otras cosas salió el tema de la comida peruana y como, junto con hacerse famosa ha ido perdiendo sus raíces en aras del marketing.

Era previsible, me decía que el lomo saltado ahora lo flambean con pisco, que hacen platos con porciones diminutas arregladas como un cuadro y en fin, todo ese esnobismo gourmet que acá en Chile conocemos tan bien, en el afán por aparecer como innovadores están apareciendo muchos cuenteros que alimentan a los snob con sus extravagantes creaciones, ¿adonde quedó la buena comida criolla, la mazamorra, el clásico, los chicharrones? reclamaba Edgar y ojo que este sabe de lo que habla porque fué dueño de un restaurant en Cusco durante muchos años.

Tiempo atrás yo tuve la oportunidad de conocer a un personaje muy influyente en la gastronomía periana y discutimos de lo mismo, yo le decía sobre la necesidad de volver a las raíces y no perder de vista los sabores originales, mientras el me contestaba que el auge de a cocina peruana se debe en gran medida al marketing y la innovación que resultó de haber abandonado la idea de los platos típicos. ¿Quien tiene la razón? quien sabe, en ambos argumntos hay un poco de verdad y son siempre los snob los que ponen algunas cosas de moda y hacen posible que entre más plata, también son los que exigen innovaciones. En realidad más que el buen sabor les interesa parecer conocedores, refinados y exclusivos, no hay lugar para la comida típica en ese esquema.

En fin, a mi ni me interesa parecer refinado, exclusivo ni conocedor, creo que una comida es comida y no una creación artística ni nada por el estilo, lo único que me interesa es el buen sabor, algo que me guste. No cambio por nada un buen plato de tallerines saltados en el chifa más humilde, o los anticuchos de corazón de la calle, esos que venden cerca del estadio de Tacna, o la leche de tigre en el Gran Chimú, al diablo con todos los malditos snob y venga mi clasico de mazamorra y arroz con leche, ese que venden en carrito adentro de una bolsa de polietileno ¡que viva la comida rica y tradicional! sobre todo si es barata.

3 comentarios:

  1. Estoy con Ud. en lo de la comida. La comida local es la mas barata siempre - se compone de elementos cercanos - y lo mas auténtico que puede ofrecerse a propios y extraños. Los gourmets deberían aggiornarla, no sustituírla.
    Me permito algo con Kafka: cuando yo leí sus novelas me pasó igual que a usted. Pero cuando leí "Metamorfosis" quedé maravillado. Es un cuento perfecto.
    Hay escritores cuyas novelas se ponen pesadas y cuyos cuentos son obras de arte. Cortázar era uno.

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  2. Claro que si, Kafka es un ejemplo de un escritor difícil de leer pero extraordinariamente bueno, ¡es alucinante! yo siempre he pensado que consumía droga, no veo como alguien en sus cinco sentidos puede imaginar cosas como las que describe en El Castillo, El Proceso o América. Dostoievsky es otro de esos, que monstruos.

    Yo leí Rayuela de Cortazar cuando recién salió, a principios de los setentas y me impresionó mucho, creo que fue uno de los libros que gatilló el vicio de la lectura, la escribió deliberadamente enredada, con los capítulos alternativos y todo eso pero como escritor era muy claro y fácil de seguir, claro, por eso los cuentos eran tan buenos. Con los años ya no me gustaron tanto lo de Cortazar como al principio, pero fue un excelente escritor de época, el y Ernesto Cardenal, uno los lee y vuelve a los setenta.

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  3. Y con lo de la comida, creo que pasa un poco como con las novelas, hay una carrera desesperada por parecer "originles" y no siempre lo original es lo mejor, tal vez por ahí está el problema

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"