Parece que por fin se terminó el juicio del ex diario Clarín -Firme junto al pueblo- contra el Estado de Chile. Malas noticias para la fundación Allende (la familia Allende) y peores para su abogado, el ubicuo Joan Garcés, asesor de confianza y rompehielos del finado don Chicho. No creo que le interese mucho el asunto a don Victor Pey, querellante, a su muy avanzada edad tiene la satisfacción de haber llevado el papel de palo blanco de Allende hasta las últimas consecuencias, don Víctor es un gran ariqueño por adopción, hijo ilustre, un caballero extraordinario.
La historia corta es así: durante los años de la Unidad Popular, cuando Allende era presidente, los dos medios de prensa más importantes de Chile eran la Radio Portales y el Diario Clarín (en esos años la tele estaba en pañales). La cosa es que en el curso del proceso revolucionario Allende decidió comprar para sí ambos medios. Para adquirir la Radio Portales negoció con la familia Hirmas (una de las hijas es esposa de Sergio Bitar, ministro de Allende) para que le traspasaran la radio a cambio de no tocarles su empresa textil.
El caso del diario Clarín fue bastante más turbio porque el que entonces era su dueño, Darío Saint Marie, se lo vendió en Londres a don Raul Pey en poco más de un millón de dólares en efectivo. En fin algunos detalles de la historia pueden leerlos AQUI.
Vino el golpe militar en 1973 y el diario fue confiscado sin indenmización. A la vuelta de la democracia aparecieron otros misteriosos "dueños" que demandaron al estado en un juicio express y consiguieron unos cuantos millones de dólares. Esto debe haber enfurecido a la familia Allende a quienes dejaron debajo de la mesa y así fué como don Raul Pey apareció demandando al Estado de Chile por sumas crecientes durante varios años, sin mucha suerte en los tribunales chilenos.
En la demanda también iban la Fundación Salvador Allende y el abogado Español Joan Garcés, que muy joven fue hombre de confianza de Allende. Siguieron todos los juicios posibles hasta demandar al Estado ante el CIADE, Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias, que actúa como árbitro cuando un inversor extranjero se siente perjudicado por el Estado Chileno. La demanda esta vez era de 800 millones de dólares y me imagino como se deben haber sobado las manos anticipando el turro que iban a recibir.
Mala suerte muchachos, leo en el Mercurio de hoy el rotundo fracaso de la demanda y el dictamen que los demandantes deberán pagar las costas de un juicio que se ha extendido por muchísimos años. Para llover sobre mojado, el Estado está abriendo un juicio por nulidad para que devuelvan los 10 millones que habían transado el año pasado ¿de donde van a sacar plata para pagar las costas ahora? En una de esas la Fundación Salvador Allende va a tener que sacar algunas cosas a remate, el sueldo de la Senadora Isabel Allende es bastante bueno pero ni soñar con que alcance para pagar lo que deben. En fin, como dice el dicho: esta vez les salió el tiro por la culata. No siempre van a ganar los frescos pues.
Ah siento un placer malsano cuando a un fresco le sale el tiro por la culata, o cuando matan a un asaltante, o cuando la turba muele a patadas a un ladrón. Esa es la verdadera justicia, nada de reeducación, el sufrimiento del delincuente es el premio para los que no nos gusta perjudicar a nadie. La venganza no es un placer muy moral que digamos, pero que diablos.
Cuando anduvo por Arica mi nueva amiga Ingrid, conversábamos sobre la ciudad y apareció un asunto del que ni me había dado cuenta: la precariedad en que vivimos por estos lados donde nadie se muere de hambre pero siempre estamos a medio morir saltando. Más que de las personas esa es una característica de toda la ciudad donde la mayoría tenemos medios de vida inseguros, vivimos haciendo malabares y habitualmente nos salvamos en el último segundo.
Yo miro para atrás y veo esto en mi propia historia, así como en casi todos mis amigos, acá parece que nadie vive asegurado, muy pocos tienen un sueldo fijo y la mayoría anda siempre al borde del desastre. Todo se improvisa pero al final vivimos felices y llenos de ilusiones. Arica es la ciudad de la montaña rusa donde un día estamos llenos de plata y al otro muertos de hambre, la ciudad del malabar. El taxista cuya familia depende de que no le pasen un parte, que no lo rchazen en la revisión técnica o que al auto no se le ocurra descomponerse, ese es el símbolo de la ciudad.
Incluso los más asegurados de todos, los políticos, andan tiritando cuando les cambia el gobierno y se quedan cesantes, en la pitilla. Acá no hay grandes empresas que puedan usar como pista de aterrizaje y la universidad, que es la gran esperanza de los políticos cesantes, también es precaria, depende la simpatía del Rector o el Decano de turno. En una ciudad donde la vida es tan fácil, este sentimiento de precariedad permanente es lo que nos da la adrenalina que nos falta, de otro modo nos moriríamos de aburrimiento.
Leo en La Estrella de Arica sobre unos empresarios españoles que anuncian la inversión de 80 millones de dólares en unos edificios fabulosos, con casinos y discotheques. Me imagino las ilusiones de los que están metidos en eso y creen que les va a resultar. Yo tengo alguna experiencia en esas cosas de cuando trabajé en el de Mar de la Paz, o cuando una empresa americana iba a construír un nuevo puerto. Por lo general siempre terminan siendo cuentos que no resisten ninguna evaluación seria pero, como dije, nos entusiasman y activan la adrenalina.
Gracias a Dios que no hay grandes empresas ni actividad económica, entonces estaríamos todos esclavizados a un horario de oficina, encerrados, con corbata, luchando por mantener un pedacito de seguridad que nos alcanza para llegar a fin de mes, todo eso en la ciudad más perfecta del mundo para no hacer nada. Para mí esa siempre ha sido la visión del infierno. Si es cierto todo eso de que a uno lo enjuician después que se muere y lo castigan yo estoy seguro que no me van a quemar ni nada de eso, me van a dar un trabajo de oficina, ese ser´mi castigo eterno y ahí si que me voy a arrepentir de cada una de las muchas maldades que he hecho. Por mientras pueda, me mantengo vago y en la pitilla, firme junto al pueblo, igual que el Clarín.
Es cierto eso, en Arica, como en Iquique, siempre hay "un cuento" que todos creen y que invariablemente terminan en proyectos impracticables, o quedan guardados en algún escritorio de un funcionario público en paro o con una eterna licencia médica.
ResponderBorrarArica es la ciudad del "no-hacer", mejor dejarla así. Ya se ha acondicionado la mentalidad de subsidio y "hacer pisar el palito" a cuánto despistado quiera invertir allá, pero sobreviven igual, cómo? ni idea, pero viven. Y no viven distinto a cualquier otra ciudad pobre de CHile, quizás más tranquilos.
Uno de los cuentos más grandes, aparte del Mar de la Paz, es uno que leí hace tiempo: "Proyectan a Arica como CENTRO FINANCIERO MULTINACIONAL!!!", jajaja...de adónde sacan eso? yo creo que siempre parte por algún candidato a algo que ofrece cualquier cosa.
No te rías hombre de poca fé, el Centro Financiero Internacional es cierto, yo lo ví con mis propios ojos. Solo necesitamos un par de sorzales, perdón, digo capitalistas, y estamos listos!
ResponderBorrarSegun yo entiendo el tribunal ordeno pagar 10 palos a los Allende (16 con costas), y lo que rechazo fue aumentarlo a 800. Y los condeno a pagar las costas de este nuevo juicio que son 400 mil dolares solamente.
ResponderBorrarChile alega nulidad del fallo, solo esperando que los Allende se conformen con los 16 palos, en cuyo caso no seguiria litigando.
Todos estos mafiosos ya deben haber tenido gastada la plata. Me gustaría haberles visto la cara cuando se enteraron de las novedades.
ResponderBorrarWilson, lo que yo entendí es que les pasaron 16 millones pero siguieron juicio por 800, ahora les negaron los 800 y por ese juicio tendrán que pagar las costas (con los abogados que puso el estado chileno dudo que sea poquita plata) y el fisco emprendió acciones para anular el juicio de los 16 millones.
ResponderBorrarAnónimo, como diríamos acá, se quedaron con cuello