Fue de esos típicos casos donde los periódicos manipularon los prejuicios de la opinión pública ignorante, que tomaba partido por uno u otro bando según le simpatizaran o no los judíos. Manipulación, engaño, traiciones y toda la maquinaria de los poderes fácticos tuvieron a Francia de cabeza con este caso, cuando el escritor Emile Zola escribió su famoso texto Yo Acuso:
Habéis salido sano y salvo de bajas calumnias, habéis conquistado los corazones. Aparecisteis radiante en la apoteosis de la fiesta patriótica que, para celebrar la alianza rusa, hizo Francia, y os preparáis a presidir el solemne triunfo de nuestra Exposición Universal, que coronará este gran siglo de trabajo, de verdad y de libertad. ¡Pero qué mancha de cieno sobre vuestro nombre -iba a decir sobre vuestro reino- puede imprimir este abominable proceso Dreyfus! Por lo pronto, un consejo de guerra se atreve a absolver a Esterhazy, bofetada suprema a toda verdad, a toda justicia. Y no hay remedio; Francia conserva esa mancha y la historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra presidencia.
Este presidente no solo conquistaba corazones del pueblo sino también de las damas, según leo en el diario Hoy de España:
Faure era un hombre mujeriego y atractivo, que se cambiaba de ropa varias veces al día e incluso llegó a proponer sin éxito que se crease un aparatoso atuendo oficial de presidente. Cuando era todavía ministro de la Marina, la señora Steinheil se había convertido en la principal de sus numerosas amantes, aunque ella prefería describirse como «consejera psicológica» y decía que le ayudaba a redactar sus memorias.
Resulta que así fue como lo pilló la muerte, en la sala azul del Palacio del Eliseo mientras madame Steinheil le proporcionaba la misma clase de servicio que miss Lewinsky alguna vez proporcionó al bueno de Bill Clinton. Hubo muchas bromas y abundante mitología en esos años sobre la muerte de Faure: algunos decían que había ocurrido en un prostíbulo y en el momento de morir su Excelencia la dama se desmayó, quedando su mandíbula rígida por lo que debieron ser separados por el bisturí de un cirujano.
A la dama en cuestión, que era casada con un pintor, le pusieron algo así como madame le pompe funebre (en francés pompe también significa bombear o succionar) y siguió teniendo numerosos y millonarios amantes, entre ellos el Rey de Cambodia y su último marido, un barón inglés al que sobrevivió 27 años.
No es el único ni el primer caso de tipos que han muerto en acto de servicio, lo curioso es que jamás he escuchado acerca de alguna mujer que haya muerto mientras tenía relaciones sexuales, parece que solo los hombres nos emocionamos a ese extremo. Nelson Rockefeller, que fue gobernador de Nueva York y vice presidente de los Estados Unidos, murió en circunstancias muy similares, mientras mantenía un affaire extra marital con sus secretaria Megan de 45 años. Se dice que ni los mejores expertos de maquillaje funerario le pudieron borrar la sonrisa de la cara.
A propósito ¿saben por que les cuento todos estos chismes? Es que me acordé de un amigo que hace tiempo me contaba que mientras estaba en una ciudad del caribe, dedicado a estos mismos trámites, transpirado, sofocado y cansado como un boxeador en pelea de campeonato, repentinamente empezó a pensar que a sus 70 años le podría pasar lo mismo que a Nelson Rockefeller. Y se asustó tando que se vistió y se mandó a cambiar enseguida. Uno nunca sabe, es mejor prevenir que lamentar. Hasta mañana.
Que presidentes! De aquí solo recuerdo que Guemes, un jefe militar y político de Salta, durante la guerra de Independencia fue a la ciudad a ver a su amante y ahí lo emboscaron los españoles. Dicen que recibió un tiro en el trasero, huyó y murió desangrado luego.
ResponderBorrarY leí de cierto mariscal alemán con doble personalidad, digamos, que fue a morir por causas naturales pero justo cuando estaba vestido con un tutu de bailarina - parece que le gustaban esas cosas en su intimidad. Tuvieron que hacer un gran esfuerzo para quitárselo pues estaba muy ceñido y debían velarlo con la presencia del Kaiser imperial a las pocas horas.
Ah en Chile tampoco tuvimos nada parecido. Presidentes aburridos y monógamos, excepto Allende con la Payita, pero ni se acercaron a Faure o Rockefeller.
ResponderBorrarLos Kennedy también hicieron los suyo y para que hablar del gran Berluscomi ¡bunga, bunga!
Estimado amigo, siempre hay un mensaje subliminal en lo que nos dice la mente...sería interesante, para no decir amarillista, saber cuáles son los temores :) :)
ResponderBorrar.. no se olviden de Gadaffi, ahora tan defenestrado, y su guardia personal de mujeres. Zamudio ¿cual seríe el mensaje??
ResponderBorrarAlfredo, nada, nada de teorías freudianas jaja!
ResponderBorrarUlschmidt Ghadaffi que importó containers de viagra para sus soldados! vaya tipo, lo de su guardia de mujeres, deben ser las primeras que rajaron, fieles hasta la muerte pero no estúpidas jaja.
Tambien hay mujeres que mueren gritando Viva Chile.
ResponderBorrarOtro cuento paisa: a un compadre se le murio la mina en pleno acto en un motel, y no encontro mejor solucion que meterla debajo del colchon y mandarse cambiar...
Al otro dia lo fueron a a buscar, de lo que se deduce que anotan la patente de los autos de los clientes... ojo con esos rastros.
Sobre los politicos de por aca, yo creo que tenemos un periodismo cobardon, con la chiva de la discrecion, solo se atreve con futbolistas y modelos
oiga Wilson ¿de verdad las mujeres chilenas gritan Viva Chile en el momento culmunante de la unión carnal??
ResponderBorrarHombre, que una noche de sábado en el motel del pueblo debe parecer una fiesta patria.
Las norteamericanas - según todas sus películas - dicen "Oh My God" lo que evidencia la influencia del puritanismo en esa sociedad.
Ulschmidt, gritar eso debe ser mas facil que jadear para simular el orgasmo ;-)
ResponderBorrarOh my God! no lo había pensado...
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