Alguien los hizo cholitos

Ayer estuve corriendo todo el día, Greg (que está viviendo en Tailandia después de un año en Arica) vendió finalmene su bicicleta tandem y me tocó enviarla por Tur-Bus a Valdivia. Lo que parecía simple se convirtió en una odisea porque ando sin auto, primera vez en dos años que maldigo no tener ni un auto funcionando. Caminé más que un mormón, igual tuve que tomar taxis y contratar un tres cuartos para llevar la enorme caja a Tur-Bus donde estuve casi una hora haciendo fila, en fin, una odisea.

Pero hoy me desquité, me junté después de almuerzo con un amigo gringo que vive en Perú asi es que después de pasar un rato tratando de instalar unos programas en su Ipad, sin ningún resultado (que basura más grande ese equipo) nos fuimos a comer y terminamos tomando un buen trago en el casino. Volví a la casa medio caramboleado y me quedé dormido como piedra... para despertar fresco como lechuga a las 4 AM. No había manera de dormir de nuevo, siempre que tomo me pasa lo mismo, diablos.

En fin, poco a poco me voy desocupando de las cosas pendientes, gracias a la maldita burrocracia universitaria veo que no me pagarán hasta fin de mes lo que me tenían que pagar el 15. Que importa, me tomaré la venganza a su debido tiempo y será terrible, la furia croata es sorda y la maldición gitana inevitable, ni yo mismo la puedo detener. El lunes nos vamos a Tacna con Tom McDonnell para pasar las penas y brindar por el triunfo de Ollanta, ahora si que ubicaré a Victor de todas maneras, esa cerveza Porter no puede seguir esperando.

En Arica ocurrió una historia divertida con un estudiante de historia y geografía de la Universidad de Tarapacá que hacía su práctica en un colegio católico, pidió permiso a la dirección para hacer algunos trámites pero en realidad se fue a una protesta estudiantil, tuvo la mala suerte que apareciera su foto sonriente en el diario mientras carabineros se lo llevaban detenido. Por supuesto que lo echaron.

Hoy aparece en La Estrella de Arica reclamando contra la injusticia. Creo que acaba de aprender la primera cosa útil en su vida, porque lo que le enseñaron en la universidad no le sirvió de mucho. A todos los estudiantes les pasa algo parecido, me ocurrió a mi mismo cuando fui a buscar trabajo en la empresa que tenía el primer computador de Arica y el dueño me dijo "aquí no necesitamos idealistas ni investigadores, yo quiero alguien que me solucione el problema y me ponga a trabajar este maldito programa", todavía recuerdo como me indignaron sus palabras.

El muchacho cree que estaba haciendo lo justo al luchar por sus ideales, ni se le pasó por la mente que a sus empleadores les importan un pepino sus ideales y ni muertos tendrán trabajando a un revoltoso que deja el trabajo para que lo tomen preso. Con su aparición en el diario debe estar muy contento pensando que está luchando por una causa justa al denunciar al colegio. No se da cuenta que se está cerrando las puertas para casí todos los colegios particulares subvencionados ¿quien va a querer contratar a un tipo que aparece reclamando en el diario por eso? el que lo contrate tendría que estar medio loco.

Solo le quedan los colegios municipales, pero en esos los viejos no dejan los cargos ni a palos ¿como no pensó en eso antes de aparecer reclamando?. Creo que ahora le queda por aprender la lección número dos y si tiene dos dedos de frente se dará cuenta que el único camino que le va quedando es dedicarse a la política, un trabajo sucio pero bien pagado para los poquitos que llegan a la cúpula, solo miren al compañero Martinez de la Central Unica de Trabajadores, que comía langosta en un almuerzo de 1.300 dólares (propina incluída) mientras a sus trabajadores los apaleaban los carabineros a poquitos metros. El secreto es saber como convertirse en los que comen langosta y no en los que reciben los palos.

Mi amiga y revolucionaria dirigente de los electrónicos Sue Ann, escribió hace poco en el Facebook ‎"Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica", le encuentro razón pero ser revolucionario no es sinónimo de portarse como un niño chico, esperando que los demás se acomoden a sus deseos y a sus preferencias y quejándose de las injusticias cuando eso no ocurre. Hay gente que llega a viejo sin darse cuenta de eso, son los viejos y seudo revolucionarios que viven quejándose de que el mundo es injusto con ellos, sin darse cuenta que cada cosa que uno hace tiene su consecuencia.

No le encuentro nada de malo que el practicante haya mentido, ni que haya salido a protestar en lugar de hacer trámites. Pero hay algo que encuentro no malo sino tonto: es que crea que en el colegio estén obligados a aguantarle esas gracias. Si se cree merecedor de unas felicitaciones le queda mucho que aprender sobre como funciona el mundo.

Pobre juventud por la flauta, mimados en la casa, les regalan las notas desde la primaria hasta la universidad, los criaron convencidos que tenían miles de derechos y cuando llegan al mundo real a exigir sus derechos se empiezan a dar cuenta que alguien los hizo cholitos como dicen mis patas en Perú. Son los hijos y nietos de la generación hippie, lo malo es que muchos nunca se dan cuenta y se mueren convencidos que son víctimas inocentes de un mundo perverso. En fin, hasta mañana.