Quien manda en Chile

Nadie sabe quien manda hoy en Chile, o al menos quien es el que está ejecutando una cierta visión estratégica, siempre hay alguien detrás de eso y -francamente hablando- creo que nadie piensa que Bachelet sea capaz de idear o ejecutar una estrategia. La gran fortaleza de Bachelet es que todos sus aliados la consideran un elemento decorativo y manipulable, por eso la apoyan a todo trance, en la esperanza de ser ellos los que manipulen. Sin contar con que es la única con capacidad de captar votos en su sector ¿cuantos votos sacaría Escalona, Girardi o Navarro en una presidencial?.

Podría ser que Bachelet resultara como fue Joaquin Balaguer en Santo Domingo después de Trujillo, todos lo consideraban un incapaz pero cuando llegó su oportunidad se mostró digno de Maquiavelo, pero hasta ahora no se le ha visto nada de eso, es simplemente una máquina captadora del voto más simple y básico de nuestro electorado, un imán, catalizador de antiguas envidias y resentimientos. ¿Quien estará mandando entonces? Podría ser Ernesto Ottone, sucesor del mediocre Tironi, ex orejero de Ricardo Lagos y no creo que se conforme con hacer clases, pensándolo bien veo que hay harto estilo Ottone en este gobierno de Bachelet.

El estilo Ottone, es interesante, lo vimos resplandecer durante Ricardo Lagos y se vendió bien en el Club de las Américas como en la oligarquía local, "los ricos aman a Lagos" es una frase que podría definir a su gobierno. Es un estilo que parte por asegurar una alianza fuerte con los bancos, Ottone se formó en la ex RDA y sabe con quienes no hay que pelear jamás, por eso durante Ricardo Lagos regalaron a los bancos el paracaídas dorado del "Crédito Solidario" para los universitarios, con altos intereses avalado por el estado y -paradojas de la vida- aprobado cuando Eyzaguirre, el actual ministro de educación era ministro de hacienda. La propuesta actual de eliminar el FUT es otro espléndido regalo para los bancos. Al menos en eso hay continuidad.

Es interesante la última visita de Bachelet a Estados Unidos, hace pocos días, donde se acompañó de todos los millonarios locales que pudo conseguir para defenderse de la acusación que estaba haciendo un gobierno de izquierda. "No tenemos aspiraciones refundacionales" fue lo que más repitieron y se dedicaron a promocionar la idea de "emparejar la cancha" que vienen plantando con éxito desde hace varios años, pese a que los inexorables números muestran como han hecho todo lo contrario.

Si no es Ottone el que dirige el barco, debe ser alguien muy parecido: retórica marxista, una alianza de hierro con los ricos y corrupción personal exagerada, son cosas que empezaron con Lagos y han seguido con Bachelet y se nota la misma mano en cuestiones estratégicas. No así en la táctica porque Bachelet no es Lagos y no puede inspirar confianza u ocultar la corrupción de la forma que él lo hacía, entonces tiene que hacer más concesiones retóricas a "la calle", esos briosos verdes pinos que ambicionan entrar en el festín por la vía rápida de la dirigencia estudiantil y sindical.

La derecha política chilena, básica y miope como ha sido siempre, piensa que vivimos en el borde del advenimiento de una nueva Unidad Popular y se desgasta peleando contra molinos de viento, que ven como los gigantes del marxismo internacional, como si esa cosa existiera hoy. La verdadera pelea es otra y pese a no tener oposición, o tener una oposición de estúpidos como es el caso actual, la están perdiendo, porque las concesiones retóricas están fuera de época. Será la gente común y corriente, no los partidos de derecha, los que paren la verborrea socialista, que solo perjudica a quienes la predican.

Al final ¿quien manda entonces en Chile? Yo creo que es Ernesto Ottone, o alguien muy parecido, pero creo que esta vez no le está resultando muy bien la receta.