12 octubre 2016

El candidato apolítico: un estafador solapado


El candidato apolítico (a veces se hace llamar "independiente) es un especímen relativamente nuevo en nuestra política. En mis 61 años de vida, recuerdo que era rarísimo, hasta 1973 al menos, que un candidato no estuviese inscrito en algún partido o movimiento político. No recuerdo independientes e incluso los excentricos como Jorge Prat o Raúl Ampuero se las arreglaban para crear sus propios movimientos o mini partidos. Esto siguió igual con el retorno de la democracia, debe haber sido el año 2000 más o menos cuando empezaron a emerger los rifleros que hoy vemos por todas partes.

La diferencia fundamental es que antes, hasta el más deshonesto se preocupaba de establecer claramente su posición ideológica y hacer su declaración de principios en torno a la definición básicas de la política: izquierda o derecha, en cualquiera de sus infinitos matices. Hoy en día, muchísimos consideran esto como un trámite innecesario y molesto. Basta con ser simpático, que la gente piense que son "honestos" y listo, eso los capacita de sobra para representarnos en el municipio, el congreso y hasta en la presidencia. De hecho así es como llegó -dos veces- Bachelet al poder.

Cualquier pobre diablo hoy se cree más que capacitado para convertirse en autoridad. Recuerdo que hace un par de años conversaba con un chofer de colectivo que me llevaba por el centro y me decía, absolutamente convencido "lo voy a hacer de cualquier manera, porque seré autoridad (...) usted no me cree, pero acuérdese nomas, mi lema de campaña va a ser el colorín, uno igual que tu". Relaté esa divertida experiencia en la entrada Conocí al Próximo Alcalde de Arica, y capaz que ahora mismo sea uno entre la multitud de candidatos.

En los años 1980 y 1990 muchos de nosotros, hastiados del excesivo ideologismo de la antigua política, empezamos a pensar que los políticos deberían ser profesionales de la gestión pública, tal como cualquier otro y que deberían vender sus capacidades y soluciones tal como se vende cualquier otro bien y servicio comercial, esa era la idea detrás de la "profesionalización de la política".

La idea no era mala, pero fue rápidamente corrompida, como suele pasar con casi todo lo que tocan los políticos, porque se abrió la puerta a la demagogia y sobre todo al descaro. Cuando un político era sorprendido vendiendo sus ideas como si se tratase de un detergente, decía "bueno ¿y que quieren? esa es la profesionalización de la política, al fin y al cabo lo único que importa es que nos elijan para poder contribuir a la felicidad de la gente".

La verdadera profesionalización habría consistido en que los políticos estudien y se preparen durante todo su desempeño para actuar de manera eficiente, técnicamente informada y sujetos a un comportamiento ético mínimo. Pero como la entendieron fue todo lo contrario: había que convertirse en vendedores de ilusiones, usando las técnicas de marketing -refinadas o burdas- y que el árbitro supremo del éxito o fracaso era si el aspirante conseguía o no ser elegido.

Con eso se rompieron muchas barreras y cualquier pelagatos se sintió los suficientemente empoderado como para convertirse en autoridad, ese es el origen de los candidatos independientes que hoy nos infestan. Al principio fueron militantes de partidos que comenzaron a renunciar, pero de una manera muy extraña, porque renunciaban al partido pero no a los cargos. Esto ocurrió en todo el espectro y si bien algunos como Scahullson y Flores, al parecer renunciaron por reparos éticos, muchos otros lo hicieron para consolidar sus intereses personales.

Comenzaron a usar los partidos políticos como banderas de conveniencia. El actual senador Bianchi, me parece que era un locutor de radio que se postuló primero por la Democracia Cristiana, después por partidos de derecha y finalmente cuando estuvo asegurado en el senado renució quedando como independiente. Hay muchos otros casos que muestran un oportunismo similar, acá mismo en Arica.

Lo que pasa es que -a mi modo de ver- la mayoría de estos candidatos independientes sirven al partido de su propio bolsillo y el de sus familias, se trata de gente ambiciosa que a veces se cuelga a algún pacto político para obtener un cupo en la papeleta y una vez elegidos empiezan a robar ara ellos solos, sus familias y amigos.

Ahora está de moda que presuman de su "independencia" y de no pertenecer a ninguno de los "corruptos partidos políticos", o bien muestran sus "manos limpias" y juran que van a "trabajar por la gente". Pura demagogia y engaño, es inexplicable como los chilenos hemos alcanzado tal nivel de estupidez como para creerles.

Claro que tengo amigos que van de candidatos independientes y aprovecho de hacer el disclaimer: ellos no son ladrones, simplemente son ingenuos, si tuviesen dos dedos de frente jamás debieron prestarse para esta farsa. Y pensándolo bien, son gente de partido, pero no pueden presentarse por el partido por distintos motivos, así es que no les cae el sayo.

Es cierto que los partidos políticos son unos nidos de ratas llenos de la peor basura, pero hay otros que -a mi modo de ver- son mucho peores: los que se jactan de ser apolíticos y dicen estar postulando por puro cariño a la gente y  la ciudad, esos son chantas y estafadores, burdos cuenteros que pertenecen al partido de su propia billetera. El candidato apolítico es un estafador solapado, el político a lo menos es estafador más abierto.

12 comentarios:

  1. Y a veces de independiente tienen la pura etiqueta nomás, porque igual se los ve con nexos con partidos de izquierda o derecha.

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  2. Lo peor -para mi- es el descaro con que usan el paraguas de los partidos para servir a sus propios intereses y después despotrican contra "la política".

    Es como esos que se acuestan con una mujer y después hablan pestes de ella

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  3. Puta que wena tu columna de hoy Tomas. Pues es verdad...con solo mirar el ejemplo del defensor del pueblo Ivan Fuentes quedo claro que todos estos independientes son mas vendidos que la cresta...son los peores pq son los mas calculadores de todos...yo conosco unos cuantos independientes que lo unico que les interesa es el billullo.

    La gente decente no se mete en politica pues aborrecen el nido de ratas de estas y tienen otras formas de ganarse la vida que siendo politico. El problema es que los cargos publicos importantes estan quedando en manos de todo el flaiterio nacional que para peor se hacen llamar representantes del pueblo.(La elite que tiene mejor educacion y que crea las empresas y puestos de trabajo no estan en politica o muchos se van del pais).

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  4. De los ccandidatos extrapolíticos, mi única favorita fue la Ciciolina. Como rezaba un grafiti "las putas al poder, ya probamos con sus hijos "

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  5. Creo que se olvidó de la "bancada estudiantil". Ahí están los peores pese a lo jóvenes que son.

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  6. En chilito el que no corre, vuela, y el que no vuela se arrastra, pero todos se mueven...

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  7. También creí en el profesionalismo de la política. Recuerdo que para el primer parlamento,un medio había escrito cuántos parlamentarios tenían un post grado, como si eso fuese una vacuna contra demagogia y el populismo. Desde Andrés Velasco hasta llegar a Piñera, uno se da cuenta que los títulos no importan.

    Otro error consintió en reducir la política en mera políticas públicas, olvidándose de los principios y la moral.

    Y por último, el voto transversal en se cree el cuento de que votan por las personas y no por las ideas que están detrás de esa persona.

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  8. Comparto el pensamiento de tomas y de los contertulios. lo chistoso de todo esto es que el ser "independiente" da para toda clase de ideas imposibles hasta las mas demenciales.

    En estas elecciones cualquiera puede cantar.

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  9. Edo, así es.
    Ulschmidt, la Ciciolina era muy cejuda para mi gusto, pero cuando se saba las tetas en el parlamento sin duda era un aporte.
    Anónimo, los ex dirigentes estudiantiles tienen lo peor de todos los mundos, pervertidos desde chicos
    Wilson, y el que no mama es un gil
    Javier: es un asunto complicadísimo, pero yo creo que tiene solución factible. Primero educación no es igual a títulos o posgrados, está repleto de imbéciles con doctorado (no lo sabré yo jaja) pero sin duda que existen personas educadas e ignorantes, hay gente inteligente y con sentido común así como burros, básicos y matones, yo creo que esa distinción existe y no depende de los grados académicos sino de las personas. Lo malo es que la descomposición que empezó en los partidos políticos, nos llevó a este estado donde los granujas se tomaron el sistema para ellos. Creo que lo primero es quitárselo d elas manos, hay que partir barriendo con la izquierda y después con la derecha, hay que ir limpiando pero desde dentro de los partidos.
    Los amigos del pueblo que no militan en ningún partido y quieren ser autoridades son los peores estafadores, peores que el político más cambuyonero que exista.

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  10. José, da lo mismo ser un burro que un gran profesor...

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  11. Se me olvidaba mencionar que muchos renuncian a lls partidos pq cuando son electos diputados o senadores tienen que pagar el diezmo o mas a sus partidos y por eso muchos quedan en la ruina asi que se mandan a cambiar. La otra es que hay candidatos que se postulan una y otra vez hasta que salen electos.

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  12. El libro "Política, Politiquería y Demagogia" es un documento nostradámico a estas alturas. Creo que voy a releerlo.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"