La vida es juego o la utilidad de lo inútil

 "La vida es un cuento lleno de ruido y furia contado por un loco y que no significa nada"
(Shakespeare)

Recuerdo una conversación hace varios años, cuando un buen amigo, borracho como cuba me gritaba en el oído ¡es un juego weon, todo lo que hacemos es jugar, igual que cuando éramos niños chicos! Hablaba con el corazón en la mano, sin duda, como habla uno solo cuando está borracho, porque nadie que sea digno puede hablar de esas cosas estando sano y bueno, el alcohol nos permite darnos ciertos pequeños lujos. Por eso no hay que tomar demasiado: de lo bueno, poco.

Jugar es una cosa muy importante y no sirve absolutamente para nada -pese a las explicaciones de los psicolocos- si lo miramos desde el punto de vista convencional, pero si pensamos un poco más vemos que la vida no tiene ningún propósito claro -al menos que podamos conocer- jugar y divertirse se convierte en la más útil de las cosas que hacemos, tal vez por eso el cuento ese de Chuang Tzu

El arbol inutil
Alguien le dijo a Chuang Tzu: “Cuando venía por el camino, he visto un árbol enorme, de los que llaman árboles inservibles. Su tronco está tan retorcido y tan lleno de nudos, que nadie podría sacar una tabla recta de su madera y sus ramas no se pueden cortar en forma alguna que sirvan para algo. Ni un solo carpintero se dignaría a mirarlo. ¿Te has fijado en él?”

Chuang Tzu respondió: “Si, lo conozco y lo he visto, está a un lado del camino”

El interlocutor prosiguió: “Pues tus enseñanzas son como este árbol, grandes e inútiles.”

A lo que Chuang Tzu respondió sin darse por aludido: “¿Alguna vez has observado a un gato salvaje? Permanece agazapado, vigilando a su presa, salta en una u otra dirección, hacia arriba y abajo y finalmente obtiene su presa. ¿Y has observado a un yak? Es enorme como una nube de tormenta y permanece firme en su poderío. Desde luego que es grande, pero ¡no puede cazar ratones!

Pues lo mismo ocurre con ese árbol, permanece en solitario en tierras áridas y siempre que quieras puedes pasear apaciblemente por debajo de él y tumbarte a descansar bajo su sombra, porque no peligra su vida, nadie lo cortará nunca, porque a ningún carpintero le sirve. ¿Que aún te parece un árbol inútil?, si es así tú deberías de preocuparte por tu vida” 

Todos los animales juegan, al menos los animales superiores: perros, gatos, monos, caballos, gastan buena parte de su tiempo jugando. Igual que las personas,cando pequeños y jóvenes pasan jugando todo el tiempo,  a medida que envejecen se dedican a descansar y a cazar si son salvajes, es decir empiezan a trabajar para sobrevivir. Igual que los seres humanos.

Pero nunca dejan de jugar totalmente, hasta el trabajólico más idiota siempre dedica una parte de su tiempo a jugar y entretenerse. Lo más notable es que cuando alguien se hace millonario, o resuelve por fin el problema de financiar lo que le cuesta estar vivo, lo primero que hace es volver a jugar, igual que los niños. Por eso vemos a los millonarios jugando polo, o en carreras de autos, dedicados a la pesca, a esquiar o a mucha otras cosas inútiles. Si algo puede mostrar la importancia de mantenerse jugando es esa: el que resuelve sus problemas pedestres vuelve enseguida a jugar.

Como la vida no tiene propósito  las ilusiones de trascender no significan nada -basta pensar un minuto cuantos genios, héroes, santos, etc. hoy nadie tiene idea que existieron- todo esto hace muy lógico pensar que vivir no significa nada, a menos que nos engrupamos con alguna idea religiosa que -si la pensamos críticamente diez minutos nos daremos cuenta de lo absurdo que resultan, entonces llegamos al botton line, a la raya para la suma que es que vivimos para entretenernos y que el instinto de supervivencia que  tenemos todos los seres vivos, no es otra cosa que queremos seguir jugando un poco más.

Creo que es una buena explicación al horror a la muerte, que nos inculcan desde que nacemos. También creo que justifica filosóficamente a los haraganes como yo, que pensamos algo así como:

Si fuera por mi, no le trabajaría un día a nadie, viviría haciendo lo que se me da la gana dedicado solo a lo que me entusiasma. Trabajar para comer y pagar las cuentas es indigno y si alguien piensa que eso es el propósito de su vida, bien, pero yo le tengo menos miedo a quedar ciego o hemiplejico que a estar obligado a un trabajo que odio o desprecio. Claro que a veces lo puedo hacer movido por la necesidad desesperada, pero siempre debería ser algo transitorio, de lo que se debe arrancar en la primera oportunidad.

Bueno, como decía un buen amigo y cura jesuita "uno no siempre puede vivir a la altura de sus ideales", pero por lo menos debería tratar de hacerlo supongo. Jugar puede ser lo único importante y ganar plata jugando, entreteniéndose, debería ser el propósito de cualquier persona que piense un poco. La sabiduría convencional nos enseña el valor de sacrificarse, pelmazos, eso no vale nada. 

Todas estas alocadas ideas se me ocurrieron de dos fuentes. Primero un interesante par de comentarios de mi buen amigo el doctor Renato Aguirre en Facebook, donde me hablaba sobre la importancia de prevenir enfermedades. Otra fuente que me aclaró todavía más la idea fueron unos cursos que estoy publicando en linkedin.com, donde se junta la gente que anda buscando trabajo.

Es impresionante ver la desesperación que causa el desempleo en algunas personas y sobre eso, pensando en la vida como un juego inútil, yo también tengo mi filosofía barata, que se las dejo en un par de párrafos

"Si uno se cree bueno no debería salir a buscar trabajo, sino que debe esperar que vengan a buscarnos a la casa,. Creo que buscar trabajo es un poco indigno para alguien que se cree bueno en lo que hace.

Y si nadie viene a buscarte es que todavía no eres lo suficientemente bueno, en ese caso lo mejor es dedicar la energía a mejorar más. Obvio que también hay que dar a conocer lo que uno hace mejor, pero -a  mi modo de ver- eso no se consigue yendo a entrevistas de trabajo. Si Dos quiere darme, ya sabe donde vivo".  total...