27 abril 2019

Refrito del sábado: Así andaba anoche

Esta entrada es del año 2006, han pasado como 13 años y sigo más o menos igual, lo que muestra que esa canción que dice "cambia, todo cambia" es mentira, al menos en mi caso. En fin, vamos al refrito de una vez

Así andaba anoche
Bueno, ya me tomé todos los tragos de auto-compasión que necesitaba, así es que ahora tengo que dejar las tonteras a un lado y ponerme a pensar correctamente.

Fíjense lo que pasa con los problemas, todo se adapta para llegar a un cierto equilibrio. Parece que las personas necesitamos tener problemas y ser en alguna medida infelices.

¿No me creen? solo miren a los privilegiados, los que nacieron en cuna de oro o los que han tenido tremendo éxito ¿son ellos mucho más felices que la gente normal? claro que no, porque los que no tienen problemas se los inventan.

Siempre me ha atraído la historia de Marilyn Monroe que logró tener casi todo lo que las personas desean en el mundo: buena apariencia, ser deseada por el sexo opuesto, ser querida, ganar mucha plata y finalmente llegó a ser muy respetada en su profesión no solo por su apariencia sino por su talento ¿fue feliz en su vida? Naranjas.

Los problemas vienen normalmente de deseos no satisfechos, de querer algo que no tenemos: el enfermo quiere salud, el sano quiere más plata, el feo quiere mejorar su apariencia y la mujer bonita quiere que no solo la aprecien por el tamaño de los pechos, en fin siempre hay causa para sentirse infeliz y cuando no hay no cuesta nada inventar una, lo hacemos a cada rato.

Tal vez por eso la búsqueda de la felicidad es tan inútil. ¿Saben quienes son los pocos tipos en el mundo que viven normalmente felices?, algunos con cierta forma del síndrome de Down, que no se cuestionan nada, me hace gracia cuando alguien se compadece de uno de esos afortunados, la verdad es que yo los envidio. Hay formas benignas de locura -es decir no violentas- que a mi me simpatizan mucho, siempre me han fascinado los autistas con su concentración extrema y algunos Down que viven en perpetuo estado de gracia.

Después de pensar todas estas trivialidades -a propósito del último ataque de la mala suerte contra este desafortunado servidor- he llegado a la conclusión de que como no soy Down (desafortunadamente, porque me encantaría que todos vivieran sirviéndome) tendré que soportar los castigos de la aviesa fortuna igual que el toro cuando le entierran la pica: empujando hasta botar al picador y al caballo, y de ser posible dándoles sus buenos cornetes en el suelo.

Además leyendo el último artículo de Evonomics me di cuenta que en realidad no hay eventos buenos o malos sino que nuestras reacciones ante lo que pasa pueden ser acertadas o equivocadas, y como nunca tendremos información completa hay que hacerse a la idea que una buena parte de nuestras reacciones van a ser equivocadas y enmtonces el martillo de la mala suerte nos dará con tutti.

Lo importante es saber que nuestras equivocaciones tienen un costo y estar dispuesto a pagar sin llorar como niñitas. No son las cosas que pasan sino como reaccionamos ante ellas.

¿Y por que esta entrada lleva la ilustración de unos borrachos? Porque así andaba anoche en el cumpleaños de un amigo. Saluti porque ya se me pasó el mal humor.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"