15 agosto 2019

Buen almuerzo en un día soleado

Hoy almorcé con mi buen amigo Tom Mc Donnell en el patio de su nueva casa, que tantas rabias me hizo pasar, sacamos unas mesitas y en un espléndido día de sol, en pleno invierno, comimos irish bacon con puré y broccoli salteado en mantequilla, mientras yo me tomé 4 latas de cerveza que me dejaron bastante maharishi. Todo muy bien, un día brillante en que nos sentimos como millonarios disfrutando de la vida simple. Le conté de la costumbre que tenemos los viejos de celebrar que pasamos vivos agosto y tal vez lo dejé preocupado porque el ya está bien pasados los setenta, pero que diablos igual nos podemos morir -jóvenes o viejos- en cualquier momento, así es que da lo mismo. El cobarde muere muchas veces, el valiente solo una.

Tom me decía que no se explica como hay billonarios que se van a vivir a Londres, donde pueden tener el palacio más lujoso del mundo, pero con toda su plata no pueden comprar la cantidad de días de sol que hay en Arica. Está bien vivir dentro de una mansión en un día de perros, al lado de la chimenea y mirar por la ventana cuando afuera está nublado y lloviendo a chuzos, pero mucho mejor es tener días con sol durante casi todo el año, claro en invierno tenemos frío y niebla en la mañana y en la tarde, pero al mediodía, al menos por un horas sale casi siempre el sol. Leo en Weather Spark un buen estudio sobre nuestro clima, que dice en resumen

"En Arica, los veranos son caliente, áridos y mayormente nublados y los inviernos son largos, frescos, secos y mayormente despejados. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de 15 °C a 26 °C y rara vez baja a menos de 12 °C o sube a más de 27 °C.

En base a la puntuación de turismo, la mejor época del año para visitar Arica para actividades de tiempo caluroso es desde principios de marzo hasta principios de enero."

No sé a que se refiere con los "veranos mayormente nublados", por lo que yo conozco en verano, igual que en todas partes es cuando más brilla el sol. Tener ocho meses en el año de "mejor época para actividades de tiempo caluroso" dice bastante.

Para mi gusto los mejores meses en nuestra ciudad son entre principios de diciembre hasta fines de marzo. Los días nublados a mí me enferman y cuento mis años en veranos, los inviernos solo sobrevivo y aunque muy rara vez hace realmente frío es costumbre de la gente en los días en que la temperatura baja de los 15º C salir con parka y quejarse que "el clima ya no es como antes", esa queja es una especie de tradición o rito popular, lo he escuchado desde 1969, la primera vez que estuve en Arica, todos los años igual.

Conversábamos de todo esto con McDonnell, animados por el buen día y la cerveza, en Arica se puede vivir como rico con muy poca plata, pero toda moneda tiene dos caras. Nuestra ciudad puede ser mortalmente aburrida, especialmente para quien no tiene amigos, por eso me junto siempre que puedo con McDonnell, que como no habla una palabra de español, aparte de mi no tiene otros amigos en la ciudad, además que lo pasamos muy bien tomando, comiendo y riéndonos de nuestras muchas desgracias.

Arica es una buena ciudad para viejos como yo y McDonnell, que ya no soñamos con viajes, fabulosos paisajes o grandes hoteles, yo ya estuve una vez en el Mandarin y el Hilton en Hong Kong, en el Keio Plaza en Tokio y he estado en otros más o menos igual de caros, todos tienen una cama  un baño y algunos muebles más o menos lujosos ¿y qué? duermo mucho mejor en mi propia cama, me baño, hago el uno y el dos mucho más cómodamente en mi propio baño, especialmente después que lo arreglamos. Soy un animal de costumbres.

Las cervezas me dejaron sin tema y con mucho sueño, así es que solo quiero comentar algo sobre las invitaciones. Una costumbre que jamás me ha gustado es cuando se juntan los amigos en un asado, una fiesta o lo que sea y se fija una cuota que todos deben pagar, eso de "la cuota" siempre me ha parecido cosa de rotos -como yo mismo soy roto, puedo rotear sin problema- bueno, para los que no son chilenos diré que "roto" es algo de mal gusto, pagar una cuota desvirtúa todo el sentido de juntarse con los amigos.

Entiendo que eso se haga en las oficinas, cuando trabajé en la Municipalidad de Tacna nos juntábamos casi todas las semanas y cuando no era fiesta de la institución, todos poníamos una cuota, pero eso es entendible, porque los compañeros de trabajo no tienen que ser necesariamente amigos y las fiestas de oficina son otro tipo de reuniones, aunque tengamos excelentes amigos, se trata de algo más estructurado.

Cuando yo quiero juntarme con mis amigos en cambio, si tengo plata yo invito a todos y si no tengo el que organiza el asunto invita y se toma todas las molestias, desde prender el carbón hasta lavar los platos después que se fueron los útimos borrachos. Claro que con mi larguísima cesantía, son muchas más las veces que me invitan que las que yo invito ¿con qué plata voy a invitarlos? Pero yo entiendo las invitaciones como un regalo, no como un negocio, donde primero te invita uno y después lo debes invitar en reciprocidad, eso no tiene ninguna gracia porque es solo un intercambio, las invitaciones son regalos y los regalos son gratis.

Si yo tuviera plata, invitaría siempre a mis amigos con el mayor gusto, no por que sea generoso, al contrario, por el placer egoísta de estar con la gente que me cae bien y pasar un buen rato comiendo, tomando y hablando las estupideces de siempre. Y cuando me invitan tampoco me siento obligado a nada, porque entiendo que la persona que me invitó no tiene problemas en pagar las cuentas y tomarse todas las molestias para pasar un buen rato conmigo. Así es al menos como yo veo la amistad, y también mis amigos, afortunadamente.

Por recomendación de Gustavo, regular de este Templo del Ocio, busqué el ensayo "La esencia de la chilenidad" del filósofo José Tomás Alvarado, entendí bien poco porque no estoy acostumbrado al lenguaje de los filósofos, pero al referirse al bien común encontré una muy bella metáfora que -por alguna misteriosa razón- creo que encaja bien en lo que acabo de escribir sobre las invitaciones y la amistad, miren: 

"Un buen símil es el de una fiesta. Piénsese qué es lo que constituye la fiesta. Se puede poner un bonito lugar, ni muy fresco ni caluroso. Comida y bebida ricas y abundantes; Buena música. personas.Y todo esto puede ser perfectamente aburrido, terrible y mortalmente aburrido. Todas esas son condiciones materiales que pueden facilitar el evento de una fiesta, pero no lo constituyen. La fiesta surge porque hay gente celebrando, alegre y manifiestamente alegre. La gente se alegra porque hay una fiesta, esta alegría es lo que constituye la fiesta. ¿Cómo se contribuye a una fiesta? ¿Con un saco de comida? Pues sí, esa es una contribución. Sin embargo, la mejor contribución es la propia alegría y buen humor, pues esto es lo verdaderamente indispensable que nadie podrá aportar por nosotros. Dicho en otros términos: ¿es posible hacer una fiesta en la mitad del desierto, sin comida ni bebida ni música ni bonitos espacios? Definitivamente, sí. Para una buena fiesta bastan compañeros con alma liviana. El punto, entonces,en lo que a nosotros concierne es el siguiente: Chile es algo así como una gran fiesta.

La pregunta por el ser de Chile, entonces, es una pregunta que adopta ante nosotros una forma cada vez más precisa: ¿qué bien común es el que participamos en Chile y el que constituye a Chile como la sociedad política que es?

Diablos, ese par de párrafos están muy buenos, se los dejo para que los mastiquen con calma.

3 comentarios:

  1. Quizas la panacea de la vida no sea tanto sol ya que me da la impresion que aparte del sol no se porque pienso que hay algo mas y que un billonario se quiera ir a Londres y no a Arica o a Santiago sera que Londres tiene algo que ni el sol da y menos Arica debe de haber todo un misterio.

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  2. No sabría decirlo, porque no soy chileno. Mi país - Argentina- además no tiene un bien común muy notorio, quizás algunos males comunes sí. Estuvo en guerras civiles durante 60 de sus 200 años y se llevó bastante mal casi todo el resto del tiempo.
    No tiene un origen común y no tiene un orgullo nacional mayor, salvo en tonteras evaporables como el fútbol.
    El chileno promedio me parece mucho más patriota e interesado en su país. Uls

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  3. Ulschmidt, la esencia de un país es un tema interesante, primero que todo es muy discutible la idea que pueda existir una esencia de esa entelequia que llamamos país, pero al menos podemos reconocer algo así como líneas base o sentimientos más o menos ampliamente compartidos. Sobre la argentinidad Borges escribió cosas muy buenas, como por ejemplo algo así como "si la Argentina hubiese elegido como texto fundamental "Facundo" en lugar de "Martín Fierro", tal vez otra habría sido su suerte".

    No tengo idea como ser´la argentinidad, pero desde afuera (desde Chile, para ser más precisos) Argentina se ve como un país enorme, con muchos regionalismos y caudillismos locales.

    También los veo como eternos pesimistas -o más bien escépticos- seguramente son los latinoamericanos más europeos que existen y con menos influenccia española o india que los demás países de la región.

    Es lo que veo desde afuera y habiendo estado apenas un par de días en Argentina, total, el conde Keyserling (o como se escriba) en similares condiciones hsta escribió un libro y eso que dicen que pasó muerto de borracho todo el tiempo que fue huesped de silvina Ocampo.

    Cundo anduve en Buenos Aires lo que más me impresionó era que las mucamas del hotel, los garzones y los choferes de remis todos me trataban de "tu" eso me encantó y me impresionó mucho

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"