Que vengan más inmigrantes, pero de los buenos

Hoy acompañé a McDonnell al centro a las multitiendas para comprar un colchón y una lavadora. Habíamos estado unas semanas antes viendo eso en las mismas tiendas y en todas nos dijeron que no tenían stock sino solo las muestras, había que pagarlas por adelantado más un flete de casi 50 dólares y esperar mínimo 20 días para que llegaran desde Santiago. Si le gusta lo toma, si no lo deja.

Como les decía, hoy fuimos de nuevo a comprar, sin muchas esperanzas Tom iba dispuesto a pagar el maldito flete por algo que tenían en la tienda pero no entregaban por ser muestra, además de los días de espera. Entramos a una tienda de retail -que no diré su nombre- y al buscar la lavadora, el único vendedor que había estaba conversando animadamente al parecer con otro cliente. Mientras esperábamos un buen rato, pacientemente, se nos acercó un tipo muy sonriente y nos preguntó qué buscábamos.

Le mostramos la lavadora y nos dijo que si, pero había otra más barata, con el motor más potente y de más capacidad, parecía perfecta, le preguntamos sobre garantía y servicio técnico, tenía ambas cosas y sobre la entrega nos dice "un momento, voy a consultar". Al poco rato vuelve corriendo y dice "no tienen entrega ahora, hay que encargar a Santiago, pero en la tienda del frente (la competencia) la tengo con entrega inmediata, si quiere los acompaño y vamos a verla".

Me quedé confundido, a todo esto el vendedor era venezolano, muy educado y servicial, le pregunté "¿pero tú adonde trabajas?", me dijo "trabajo en las dos tiendas, tres días en una y dos en la otra, soy como free lance, cuando no hay en una tienda puedo vender de la otra". Al llegar a la otra tienda saludaba a todo el mundo desde el guardia hasta las vendedoras que eran muy amables con él, ya me iba a dar cuenta por qué.

Nos muestra la lavadora y nos consigue un pequeño descuento, junto con la entrega inmediata. En esa misma tienda le habíamos preguntado a la misma empleada sobre la entrega del colchón, esta vez nos dijo lo mismo, que no tenían entrega, pero el freelance dijo "esperen un poco, voy a consultar con la bodega", en un par de minutos llega de nuevo corriendo de vuelta "ya, conseguí uno para entrega inmediata ¿quieren verlo?", fuimos a verlo y estaba perfecto, apretón de manos con el bodeguero y McDonnell se fue con todas sus cosas en el mismo día, el freelance se ganó su buena comisión porque la venta fue por unos 400 dólares y el bodeguero así como la vendedora tienen que haber agarrado su parte porque también estaban muy contentos. La misma vendedora que una semana antes tuvimos que pedirle casi por favor que nos atendiera y nos dijo que no había ni una posibilidad de entrega inmediata.

Al despedirnos le dije en broma al venezolano "ahora tienes que buscar un trabajo para los fines de semana", me contesto "¡si ya tengo! Trabajo como garzón sábados y domingos en el restaurante del terminal pesquero, vayan cuando quieran y yo los atiendo". De puro contentos nos fuimos a almorzar pollo con papas fritas en un buen local que queda al costado de la Prefectura de Carabineros. McDonnell me decía que ese tipo iba a tener plata en poco tiempo, sabía solucionar problemas, era servicial, no se mostraba ambicioso por propina ni nada y conocía muy bien su trabajo. Para las tiendas donde trabajaba debe haber sido una gran adquisición, porque seguramente no tenía contrato, leyes sociales ni nada y debe vender mucho más que los zánganos que están contratados con sueldo fijo asegurado, "el hambre es la mejor salsa".

De puro contentos nos fuimos a almorzar pollo con papas fritas, al costado de la prefectura de Carabineros, donde lo preparan muy rico. MaDonnell me conversaba que el venezolano iba a tener plata en poco tiempo si seguía así, estaba 100% orientado a solucionar problemas y le recordaba a los mexicanos en Texas o a los msmo irlandeses en Londres, trabajando negro por poca plata y durmiendo de 5 por pieza. Me decía que ee era el capitalismo en acción, en su forma más pura.

Seguro que el venezolano "le quitó" el puesto a un chileno, o tal vez no, porque las vendedoras chilenas que nos atendieron en varias tiendas, eran más flojas que la mandíbula de arriba, no se movían mucho y les daba más o menos lo mismo si vendían o no, si le quitaron el puesto a una de esas yo me alegro mucho y no siento ninguna simpatía ni solidaridad nacionalista con ellas. Fue una suerte encontrarnos con el free lance que solucionó los problemas, ahorrando tiempo y plata.

Me acordé que un tiempo atrás se me echó a perder el alzavidrios eléctrico del auto y me cobraban un ojo de la cara por el arreglo, también me enontré con un técnico que venía de Cucuta, Venezuela, hizo un arreglo muy ingenioso con relés, sin tener que pasar por el computador, más encima me cobró barato y todo quedó funcionando perfectamente. Por mi, que vengan muchos más de esos.

Yo se que no todos los inmigrantes son iguales, que llegan sicarios de Colombia, tipos con costumbres bastante animales de Haití y también delincuentes y vagos de Venezuela, en todos lados hay gente buena y mala, pero existen los promedios. Tengo dos amigos admirables de Haití, grandes amigas de Colombia, pero ha llegado mucha gente mala de esos dos países, que termina etiquetando y desprestigiando de entrada a todos. Igual como muchos chilenos que se "exiliaron" durante los militares eran lanzas y en los 80s cuando yo viajé, la mala fama del chileno en Europa era cosa seria.

Por mi ojala que Chile se llenara de inmigrantes, pero tal como ha sido siempre, gente con capacidad para ganarse la vida y con buenas costumbres ¿quien va a querer que lleguen mendigos, gente violenta, ruidosa, sucia que se come a los gatos? ¿Quien va a querer que lleguen sicarios, prestamistas, pandilleros? Nadie en su sano juicio, bueno, tal vez los jesuitas y otros que hacen negocio importando esa gente.

En los dos últimos años de Bachelet fue el holocausto, un enorme negocio de tráfico humano nos repletó de indeseables, hoy la ultra izquierda está trabajando duro con ellos porque aunque todavía no tengan derecho a voto, todo ese lumpen tiene un gran potencial para las protestas. ¿Que pasará cuando esa gente vote? ¿Como van a cambiar nuestro mapa electoral los sicarios y come-gatos?

Por eso yo creo que hay que empezar a apretar la mano en la entrada de nuevo lumpen. Y el sentido común nos recomienda hacer todo lo posible para que ingrese gente de buenas costumbres, con educación, trabajadores, para que aporten valor y a lo menos anulen al efecto de los sicarios, lumpen y come-gatos que trajo el gobierno de Bachelet.

La llegada de gente con profesión o preparación técnica de cualquier tipo crea automáticamente riqueza para el país porque ahorra el costo de la educación, que en Chile es enorme. A veces se habla contrala "calidad" de los profesionales y técnicos inmigrantes, la verdad es que la calidad de los profesionales chilenos en promedio no es nada de otro mundo, seguramente hay de todo, lo mismo entre inmigrantes que entre nacionales.

Eso de que vienen a "quitar trabajo" es la más completa estupidez. Para las empresas la mano de obra barata y motivada es excelente, pero no solo para las empresas, porque eso significa baja de costos que -gracias a la competencia- se traspasa a los clientes. En Arica conocemos muy bien el efecto de la mano de obra extranjera barata, porque desde siempre hemos tenido a disposición trabajadores que cobran menos porque en su lugar de origen (Tacna) lo que ganan rinde mucho más. Gracias a eso somos probablemente la ciudad más barata y con mejor calidad de vida de Chile.

Que vengan muchos más a "quitar trabajo" porque nadie tiene mejor derecho ni debe ser mejor pagado solo por ser chileno, en la cancha se ven los gallos y al final serán los empleadores y los clientes los que van a decidir, la llegada de más trabajadores nos traerá más riqueza, Yo felicito al que trabaje mejor, al que me de el mejor servcio al precio más bajo posible, me importa un pepino los "trabajadores chilenos" y su7s derechos, muchos de esos gatos gordos deberían estar cesantes por improductivos, por mi, que compitan mano a mano con los inigrantes, eso será bueno para la economía y para el país.

Claro que hay un pequeño problema, desde 1990 ahora hemos tenido puros gobiernos social demócratas, con políticos coimeros, irresponsables que han repletado a la gente de "derechos sociales", bonos, servicios pagados con impuestos, viviendas pagadas con impuestos, jublaciones pagadas con impuestos y mucho más. Eso no es sostenible ni siquiera para los chilenos, mucho menos para la avalancha de inmigrantes que han llegado, va a colapsar mucho antes de lo que la mayoría de la gente se imagina. a mí me parece perfecto..