El altiplano chileno y peruano alrededor de la frontera

Un altiplano vacío y otro repleto
Si se fijan en el gráfico, la sección celeste muestra la población de Juliaca, 276.110 habitantes, la anaranjada la población de Puno,  128.637 en Perú. En blanco, dos pequeñas áreas que ni siquiera alcanzan a ser pintadas representan la población de Parinacota 3.449 habitantes y General Lagos 684, en Chile, todos estos son datos e los censos de 2017. Así es el poblamiento del Altiplano en el área binacional entre Chile y Perú. Aquí pueden ver, más o menos, el territorio del Altiplano Sur Peruano y del Altiplano Norte de Chile

En la costa, la principal ciudad peruana es Tacna, con 286.240 habitantes y en Chile Arica con 201.131. Esa es más o menos la situación en términos de habitantes en esa zona: Perú 690.987 habitantes, Chile 205.264.

Existe el relato oficial del "despoblamiento del Altiplano", dice que desde los años 50 el Altiplano se viene despoblando aceleradamente debido a la pobreza, aislamiento y falta de oportunidades, por eso es necesario hacer inversión pública para revertir este proceso y lograr el repoblamiento que restablezca el equilibrio entre ambos países". Pero es un mito, nada más que eso.

La verdad de las cosas es que el Altiplano Chileno ha sido históricamente despoblado porque tradicionalmente ha sido una zona de poco o ningún valor económico. Si nos vamos a los datos, en los años cincuenta la población en el Altiplano Chileno era más o menos unos 6.000 habitantes, hoy son 4,133 ¿han bajado? Claro que si, pero siempre han sido muy poca gente, nuestro altiplano siempre ha sido un desierto en términos de población y la emigración a la ciudad ha sido más o menos la normal que se produce desde el campo hacia las ciudades en todo Chile.

¿Por qué esa enorme diferencia con Perú? Bueno, la verdad es que la ciudad de Puno siempre fue relativamente grande porque era la puerta de intercambio de mercaderías con Bolivia, pero a partir de los años setenta la población empieza a crecer enormemente cuando la situación política comienza a hacer rentable el contrabando. Yo recuerdo que en los ochentas Juliaca era un pueblito agrícola con haciendas importantes pero nada más, cuando se empieza a reprimir el contrabando en Puno Juliaca comienza a crecer de manera explosiva porque la mayor parte del contrabando se mueve hacia allá.

El altiplano peruano siempre fue más poblado, con clima menos extremo y terreno más fértil para la agricultura, en el Altiplano Chileno en cambio están los bofedales, el agua sulfurosa de los volcanes, temporadas secas más largas. La explosión del contrabando con Bolivia en el lado peruano, que atrajo a cientos de miles de personas también creó ventajas por tener grandes mercados para los productos agrícolas prácticamente al lado. El área de Puno no tiene comparación en actividad ni prosperidad con las provincias de General Lagos y Parinacota en Chile, con muy pocos y aislados pueblos casi fantasmales.

Ese es, en pocas palabras, el problema en el lado chileno: despoblamiento porque el lugar prácticamente no tiene ningún valor económico para sus habitantes. Aunque se dice que la ganadería o la agricultura dejan mucha plata negra, eso no se ve en los pocos habitantes que apenas parecen tener para pasar del día a día.

La situación no tiene solución en corto ni mediano plazo y como afecta a muy poca gente a nadie parece importarle mucho. Pero este exceso de población del lado peruano y el despoblamiento del lado chileno presentan el peligro que este despoblado se convierta en tierra de nadie, imposible de controlar. Existen todos los incentivos, es rentable procesar la pasta base en Bolivia, también pasar oro informal de la selva peruana para legalizarlo en Bolivia y para que hablar de lo vehículos robados, que hasta la policía y las autoridades los adquieren.

Ya existe un activo contrabando de todo eso y si no se controla a tiempo se va a masificar y será imposible evitar que se masifique, es un problema común en lugares despoblados, me tocó verlo en la Amazonia Peruana, donde la única ley que existe es la del que está mejor armado.

La respuesta del gobierno ante la situación es la típica del empleado público: no le interesa para nada resolver el problema o prevenir el peligro, pero si aparecer preocupado ¿qué hace el gobierno entonces? Invertir, con eso salva las apariencias. Entonces hace incongruentes escuelas de ladrillos en pueblitos donde hay solo uno o dos niños, que luego se van a Arica y la escuela queda desierta. Total, ya cortaron la cinta y gastaron algo de plata, con eso se cumple el objetivo.

"Según el diagnóstico de la Cancillería, el despoblamiento se debe al déficit de infraestructura y de servicios básicos, decepción con el Estado, una imparable migración a la ciudad y pérdida de la raíz identitaria".

La preocupación está bien, pero el diagnóstico es horrible. Invertir en "infraestructura y servicios básicos" en un amplio territorio despoblado es un fracaso asegurado, solo servirá para que los vivarachos de siempre se roben los pocos millones que destinarán, y lo que se salve de la rapiña serán inversiones incongruentes, de cero o mínimo impacto social, que en el fondo debería ser el motivo y primera preocupación de las inversiones.

Porque si se quiere "resucitar" el Altiplano Chileno, lo primero es mejorar la vida de los que allí viven. Todo lo demás es secundario y de adorno. ¿Y como va a mejorar la vida en un territorio que no tiene valor económico, aparte del nivel de subsistencia? La inversión pública no lo va a lograr, eso se los doy firmado. No tengo números an la mano, pero les aseguro que la inversión de los gobiernos en el Altiplano Chileno -per cápita- es enormemente superior a la inversión del Gobierno Peruano. Porque la inversión pública no crea riqueza en ninguna parte, para crear riqueza hay que crear valor económico antes que todo.

Ya vimos que la gran riqueza del Altiplano Peruano es el contrabando, por las asimetrías económicas y la informalidad que ofrece el Gobierno de Bolivia, nuestro altiplano no tiene ni tendrá esa oportunidad ¿qué nos queda entonces?

Porque como también vimos, nadie se hace millonario criando llamos o plantando en una tierra con bofedales y aguas sulfurosas, al menos yo no conozco nadie que haya hecho una fortuna allá. Pero para eso el ser humano tiene ingenio y donde no hay valor puede crearlo, porque como se sabe desde el Siglo Diecinueve el valor es subjetivo, no es objetivo

La basura de unos es el tesoro de otros
Como el valor es subjetivo, el aislamiento y la desolación, que a muchos les parece una situación horrible, puede ser un tesoro para los que buscan la tranquilidad, los paisajes maravillosos y la conexión con la naturaleza en su estado más puro y salvaje. Es lo que ocurrió en la Patagonia, que la mayoría de los que la conocieron en los años ochenta o antes la consideraban un lugar horrible, desolado e inhóspito, sin embargo llegó Douglas Tompkins, Constantino Kochifas y luego muchos más que motraron que esa desolación podía ser un lugar maravilloso para algunos. Créanme, el Altiplano Chileno debe ser de los lugares más impresionantes y uno de los pocos que todavía permanece casi intocado por la mano del hombre.

Así como a la Patagonia, que era sinónimo de páramos sin valor, donde no valía la pena mantener nada ni gastar recursos con el tiempo le encontraron un valor enorme, el Altiplano de Arica puede adquirir valor en base a lo que ya tiene, que es su aislamiento, flora, fauna y paisajes casi sin intervención humana. Obviamente hay que evitar caer en la tentación de convertirla en un nuevo San Pedro de Atacama, la Disneylandia del turismo rural en el Norte de Chile.

Y no es que el turismo masivo sea perverso, es tan legítimo como cualquier otro y en San Pedro mucha gente originaria del lugar ha mejorado su condición rentando de él, pero el caso del Altiplano es distinto porque su ventaja distintiva obliga a conservar. En cuanto deje de ser conservado y se masifique el lugar perderá la ventaja que lo diferencia.

Entonces turismo, pero de calidad. Poco y caro. Respetuoso del entorno. Turismo boutique. Conservacionista y ¿por qué no? Filantrópico. Creo que ni se necesita gran inversión pública, pero si se necesita un empresario atrevido, bien conectado y con recursos. Se podrían organizar "expediciones" con una caravana de motorhomes muy confortables para campamento base, y vehículos ligeros para expedicionar a los sitios menos accesibles.

Como el objetivo sería conservar, cada expedición debería salir con el compromiso de no dejar ni una sola huella de su paso, como en el Festival del Burning Man, todo debería quedar tal cual como estaba, hasta en el más mínimo detalle, cero huellas.

También está el turismo filantrópico. A no pocos billonarios les podría atraer la idea de contibuir a la conservación de un lugar aislado, intocado y en maravilloso estado de naturaleza, sí fue como Douglas Tompkins compró el Parque Pumalín y otras tierras que luego regaló al país con un modelo de conservación envidiable ¿Por que no podría aparecer un Tompkins para nuestro altiplano?

La marca altiplano es potente y puede integrarnos con Perú, no para importar su modelo sino para exportarles el nuestro, creando una zona de conservación natural única en o lugares donde todavía hay poca o ninguna intervención humana. Así es, más o menos, como creo que podría ser una solución a futuro para una zona que hoy está en riesgo y por la que nadie da un peso, excepto los políticos en época de elecciones