Demasiado humano

De lo poco que conozco de música clásica, las 32 sonatas para piano de Beethoven deben ser la música que más disfruto, no me canso de escucharlas. Y de ellas, la Nº 21 "Waldstein" y la 23 "Apassionata" son de las muy pocas que conozco de memoria. Este video fue grabado en 1983, cuando Claudio Arrau cumplió 80 años y lo celebró con un concierto en el Avery Fisher Hall de Nueva York.

Arrau no parecía pianista, con brazos relativamente cortos y manos gordas como garras más bien parecía un oso frente al piano, dudo que pudiese tocar algunas obras de compositores rusos, dicen que Rasmaninov alcanzaba una treceava con la mano en el teclado ¡como 30 centímetros! Pero lo de Arrau era otra cosa, aprendió a no ostentar del virtuosismo pero dedicó toda la vida a tocar con rigor. Que gran pianista.

Años atrás, yo andaba con insomnio y dándome vueltas en la cama empecé a acordarme de la Waldstein. En lugar de quedarme dormido no pude pegar los ojos en toda la noche y pasé como dos días más sin poder sacarme la maldita música de la cabeza. Me ha pasado lo mismo con los dos últimos movimientos de la Apassionata, por eso evito como el diablo de recordarlos cuando estoy acostado, son insomnio seguro.

Por el contrario, como a muchas otras personas la música de Bach me da sueño, las "Variacines Goldberg" las escribió justamente para aliviar el insomnio del conde Kaiserling, sabiendo que el cerebro humano se adormece cuando algo alcanza demasiada complejidad. Bach fue subvalorado por muchos años por la "monotonía" de su música tan compleja, la famosa escritora Collete comparó el sonido de su música con el de una máquina de coser, y es que el barroco era así de complicado. Muchos temas, a veces superpuestos, en contrapunto o uno tras de otro, a mi me aturden y me marean. Pero me imagino que la gente que conoce la parte técnica detrás de la música lo debe disfrutar mucho.

La música clásica, como todas las demás, se construye en base a "motivos" o frases que se repiten, se modifican, se tocan en contrapunto o se van encadenando con otras frases. Beethoven rompió con muchas formas y costumbres pero siempre se sujetó estrictamente a las reglas de la música clásica. Una de las cosas más características de su música fue el uso de motivos extraordinariamente simples, con 4 o 5 notas de las más comunes hacía temas maravillosos.

Por ejemplo en el minuto 39 del video que muestro, empieza el 2ª movimiento de la Apassionata que es un "tema con variaciones" un tema muy simple al que le hace 4 variaciones para luego volver al tema original. Para mi gusto, la mejor manera de enamorarse de la música clásica es -creo yo- escuchar estos temas con variaciones donde cualquiera sin conocimiento puede apreciar la gran belleza que se puede conseguir con una forma musical tan simple. El tema con variaciones de "La Trucha" de Shubert fue lo que me cercó a la música clásica y hasta hoy disfruto cada nota que me conozco de memoria. En el minuto 45:28 más o menos del mismo video, se ve la otra "firma" característica de Beethoven, los "subito forte" o "subito piano", el cambio violento en volumen en el momento menos esperado, de la calma a la violencia de un momento a otro ¿quien se va a quedar dormido con esa música?

Hay una buena historia sobre Lenin, que contó Maximo Gorki después de su muerte, la copio a continuación:

Gorki y Lenin asistieron a un concierto de piano en casa de la ex-mujer del escritor, Yekaterina Pávlovna Peshkova, donde el pianista Isai Dobrovein interpretó la sonata para piano nº 23 de Beethoven, conocida como la Appasssionata (2). Al terminar la audición, Lenin comentó:

“No conozco nada mejor que la Appassionata. Podría escucharla todos los días. ¡Qué música asombrosa, sobrehumana! Me hace sentir orgulloso, ingenuamente, de que la gente pueda crear tales milagros”.

Arrugando los ojos, sonrió con tristeza, y agregó:

“Pero no puedo escuchar música a menudo; me altera los nervios. Me dan ganas de decir cosas amables y estúpidas, y dar palmaditas en la cabeza a la gente que, viviendo en este sucio infierno, pueden crear tanta belleza. Actualmente no se puede acariciar la cabeza de nadie. Te podrían arrancar la mano de un mordisco. Hay que golpear esas cabezas sin piedad. Aunque, idealmente, estemos en contra de cualquier clase de violencia. Sí… tengo un trabajo endiabladamente difícil.”

Si la música de Beethoven pudo conmover y hasta asustar a un tipo monstruoso como fue Lenin, eso nos da una idea de su grandeza.