NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
25 abril 2020
Refrito del sábado: honor, orgullo, vanidad y egolatría
Publicado originalmente el 12 de enero de 2006
Me reconozco un vanidoso y me divertí mucho escribiendo el Diccionario de Vanidades, en verdad no recuerdo haber conocido a nadie auténticamente humilde aunque si a muchos presuntos humildes, de esos que tienen el ego más grande de todos.
La vanidad es un defecto, un pecado según los curas, aunque no es mortal, es un pecadito como la cobardía ¿quien no es cobarde para algunas cosas? todos lo somos. Y en la raíz de la vanidad está la inseguridad: necesitamos que nos admiren porque no estamos seguros de valer ni diez pesos.
En fin, todo eso es sabido y ya lo escribí en algún lado, también que la egolatría es una perversión de la vanidad. A lo que quería llegar es que desde estas dudosas bases se asientan cualidades mucho mejores que son el orgullo y el honor.
Porque el orgullo no es otra cosa que la sublimación de la vanidad, es una especie de vanidad interna porque admiramos lo que somos independiente de como nos miren los demás. A medida que dejamos de sentirnos inseguros la vanidad se va convirtiendo en orgullo y entonces "nos merecemos" actuar bien, cumplir siempre lo que decimos, salir adelante cuando la cosa se pone difícil.
El orgullo tiene sus lados brillantes y otros oscuros (si mal no recuerdo este si que es pecado mortal), para los aristocratas ser orgulloso era un requisito de su condición con lo bueno y lo malo que esto acarreaba, lo que se refleja muy bien en tantas novelas victorianas. Y finalmente llegamos al honor que es la forma destilada del orgullo, el honor es lo que creemos que nos merecemos.
Claro que la aristocracia pasó de moda y en la sociedad de masas el pobre diablo es el rey, ese no necesita pasar más allá de la egolatría y algo de vanidad, una vanidad muy barata claro, basada en la ropa o el aspecto físico, esa es la vanidad de los chantas y ese es su techo. Son incapaces de tener orgullo y tampoco tienen de que enorgullecerse, mucho menos tener honor. Y ser aristócrata o un pobre diablo (o PyTH) no tiene nada que ver con la plata o clase social, hay de los dos tipos en todas las clases sociales, lástima que los últimos tienen cada día más poder.
Ah, y la ilustración corresponde a los conceptos de "orgullo, jactancia, ostentación" (kouman) escrito en kanji, los japs si que saben de esas cosas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Como sea, la vanidad, orgullo o autosuficiencia del joven oficial que encabeza una tropa de gente mucho más veterana que él me sigue impresionando. La maestra que baja con su bolso del tren en medio de una llanura salvaje y se dirige a abrir la primera escuela para los analfabetos hijos de los jinetes. Esos repudiables británicos que sin embargo se sentían señores en la India o buscando las fuentes del Nilo, endebles absolutos pero convencidos de su superioridad. ¡ Si Hern{an Cort{es o Francisco Pizarro no hubiesen tenido una insoportable carga de vanidad, habrían hecho lo que hicieron ?
ResponderBorrarEn general, el 99.999 % de los vanidosos no hacen nada parecido a lo de Pizarro y no pasan de pedantes. Pero el orgullo parece ser un combustible importante en muchas empresas audaces. Uls
Sin duda Ulschmidt, el orgullo debe ser lo único que funciona para que la gente haga cosas extraordinarias, convierte a ovejas en leones.
ResponderBorrarSe ve en todas partes, en la guerra, los deportes, negocios, estudio, no hy actividad donde no esté metida la vanidad y el orgullo, como dice Mefistófeles en "Fausto"
"Con tal de que brilles exteriormente, todo te irá a las mil maravillas; el joven que no tenga su dosis de vanidad vale más que se ahorque. He aqí, a mi modo de ver, como debe uno presentarse a las gentes; lujósamente ataviado, si quiere arrastrar todos los corazones; si rio, todos reirán conmigo. Seguid mi ejemplo, y en breve podréis convenceros de que es gran medio para probar fortuna; porque las mujeres casi siempre perdonan que se les falte el respeto, con tal de que se empleen ciertas fórmulas. Fuera varitas encantadas y mandrágoras, ya que siempre ha sido el buen humor la mejor magia., y si en ello estamos todos de acuerdo, no se quien pueda tomarlo a mal."
La vanidad es un arma de doble filo, que nos puede perjudicar o favorecer según que tan grande sea y la circunstancia en que uno se encuente. un tipo demasiado ególatra, aunque tuviese los mismos méritos de Einstein, sería visto como un asshole y lo más probable es que viviría y moriria en la más absoluta soledad. Pero es a la vez esa misma egolatria excesiva que nos hace hacer proezas y logros en las area más diversas, egolatria positiva que tiene como vehiculo la competencia. La misma competencia que los mediocres demagogos hoy vituperan para dársela de justos. Tambien la vanidad en dosis prudentes es saludable, porque en forma de amor propio nos da sustento para mantener nuestra existencia, por miserable que sea esta.
ResponderBorrarClaro, todas las virtudes tienen su lado oscuro y todos los defectos tienen su brillo, las monedas tienen dos caras.
ResponderBorrarHay casos en que la vanidad y la egolatría son indispensables, en los artistas por ejemplo, los mejores artistas han sido siempre grandes vanidosos y ególatras, como no hay modo objetivo de medir su "calidad" ellos deben ser los primeros en sobrepreciarla: Picasso, Neruda, Kafka, por nombrar los que más admiro, tenían el ego del porte de un buque. Pueden haber excepciones, pero lo normal es que un artista modesto es malo, o no llega muy lejos.
Un poco de vanidad y egolatría no están mal, mucho es insoportable, a menos qu seas un genio y estén todos obligados a soportarte, dicen que Newton era un tipo intragable, nadie lo quería pero se la tenían que comer nomas