22 diciembre 2020

Chucherías

 

¡Lluvia de donaciones en la Benemérita Fundación Mi Billetera! Parece que el Pulento se acordó de su hijo descarriado, porque ayer recibí otro generoso aporte con lo que quedan aseguradas mis fiestas de Navidad, Año Nuevo y mi cumpleaños del 6 de enero ¡Tres hurras y chas gracias para quien yo sé!. Voy a celebrar bien celebrado, y bien curado, como corresponde.

Como el mes de diciembre las visitas bajan al mínimo -todos los años desde que tengo el blog pasa lo mismo- aprovecho de tomar una especie de vacaciones virtuales, me olvido de la sucia política y otros temas aburridos y escribo lo que se me da la real gana, aunque a menudo sean fruslerías, bagatelas, pequeñeces o insignificancias, es decir, tonteras que tal vez a nadie interesen.

Soy un tacaño
Pese a las bromas pesadas del Tomás Jr. y a las indirectas -a veces directas- de la Pilar por ser (un poco) tacaño, yo me mantengo firme en mi política de cuidar y dosificar hasta el último centavo que recibo, esto me ha permitido estirar el chicle desde diciembre del 2019, cuando me quedé cesante, hasta hoy sin mayores dificultades.. Pensándolo bien, este mes de diciembre cumplo un año de la más feliz cesantía, así es que tengo otro motivo para celebrar.

Wilkins Micawber es mi pastor y sigo al pie de la letra su inteligente ecuación que es muy simple: consiste en no gastar ni un centavo más de lo que tenemos en el bolsillo. Por mi estilo de vida yo he tenido muchas épocas de cesantía y siempre me las he arreglado lo más bien, según mis cálculos astronómicos puedo pasar sin problemas otro año sin trabajar con lo que tengo ahorrado y como supongo que algo irá a caer de vez en cuando, aunque no mueva un solo dedo, ceo que puedo dormir tranquilo. El que guarda siempre tiene.

Mi tacañería no viene de tener apego a la plata, sino por experiencia. No se me da nada gastar o perder plata,  el dinero es para gastarlo y debe circular, pero disfruto mucho más cuando optimizo mis ingresos, creo que esa obsesión por optimizar es el último residuo de ingeniero que me va quedando. Me entusiasma la frugalidad y me gusta pensar que puedo sacar más provecho de una misma cantidad de plata que la mayoría de las personas. En los años que gané buena plata, nunca pensé en asegurarme un ingreso ni invertir en un negocio, más bien me interesó comprar una propiedad e ir construyendo y esa fue la mejor inversión que he hecho en mi vida.

Tengo amigos que ganan buena plata y, después de trabajar 40 años no tienen casa propia, o tienen una casa que compraron sobrepreciada por capricho, o que están pagando créditos hipotecarios a 20 o más años, realmente no lo entiendo, para mi lo principal es tener un techo. Una de las peores experiencias de mi vida fue una vez que quedé en una ciudad del sur, donde no conocía a nadie, sin plata para pagar una pieza y no tenía donde dormir. Todavía tengo a veces pesadillas que son un derivado de eso.

Nadie sabe el futuro, las matemáticas tampoco
Un alumno de mi curso online sobre proyectos de inversión pública me pregunta de donde se saca la tasa de descuento ¡que buena pregunta por Dios! Resulta que la tasa de descuento es una conjetura, lo que suponemos que se va a desvalorizar la plata en el futuro, el alumno que preguntó eso tiene olfato para los proyectos  porque sabe donde están las cosas importantes.

Si tuviera que dar una explicación flash sobre los proyectos -un crash course- sería más o menos así:

Un proyecto es una simulación que nos permite evaluar si vale o no la pena invertir en algún negocio. Para esa simulación hacemos un presupuesto y a partir de eso un flujo, anual por ejemplo, con la estimación de los gastos y de los ingresos. Como el dinero que no gastamos en consumo se desvaloriza en el tiempo (y cuando invertimos postergamos el consumo) debemos calcular como se desvalorizará nuestro flujo de ingresos menos gastos, esto se hace usando la fórmula del interés compuesto. Al flujo actualizado le restamos la inversión y lo que nos queda (el VAN, valor actual neto) es como lo que le queda a un almacenero al final del mes, después de sumar ingresos y restarle los gastos. Podemos decir que el VAN es como la "utilidad" de un proyecto.

Eso es, pero como decía al principio, un proyecto es una simulación, no algo real, que se hace en base a estimaciones que pueden cumplirse o no. Por ejemplo yo estimo los gastos, pero pueden aparecer imprevistos y los gastos reales aumentan. También estimo los ingresos, pero por a, b o c motivo estos ingresos podrían se menores o mayores a mi estimación. Sobre todo estimo la desvalorización del capital y allí entra la famosa tasa de descuento, el capital se puede desvalorizar por inflación, o por variaciones en la tasa de interés bancario, por poner solo dos ejemplos.

La pregunta entonces ¿de donde sale la tasa de descuento? es fundamental, porque como los proyectos son estimaciones, están sujetos a errores y los dos errores más frecuentes son la estimación de los ingresos y la estimación de la desvalorización, reflejada en la tasa de interés. Después de toda esta lata explicación, yo se que el alumno pensará que estoy eludiendo la pregunta, que era muy directa, pero no, solo quería explicar por que estimar bien la tasa de descuento es tan importante.

La respuesta es que la mejor forma de estimar una tasa de descuento realista es mirando el mercado. Ver otros proyectos -lo más parecidos posible al nuestro- y ver que tasa le han estimado, esa es la mejor forma, y mientras más tasas se puedan revisar, más posibilidades tendremos de estimar una tasa realista. También hay pisos y techos, la tasa debe ser mayor que el interés de un depósito a plazo o los Bonos del Tesoro de USA por ejemplo, también deberá ser mayor al efecto de la inflación, obviamente.

Existe una especie de fetichismo de las matemáticas. En cosas de economía, medicina y muchas otras, la gente que no entiende matemáticas o tiene un conocimiento superficial de ella, suele tener una especie de respeto religioso por cualquier cosa que contenga fórmulas y cálculos, mientras más complicados mejor, suponiendo que si son tan enredados no pueden equivocarse.

Ese fetichismo delas matemáticas se ve claramente en los proyectos, donde las matemáticas financieras son bastante básicas, pero mucho más en las estadísticas, que pueden llegar a ser muy complicadas y muchos que no entienden, y otros que hasta son doctores en matemáticas pero tienen una idea superficial del asunto, consideran los cálculos como una especie de magia negra infalible. No es así, las matemáticas pueden estar igual de equivocadas que las suposiciones más estúpidas, los cálculos y ecuaciones muchas veces esconden simplificaciones groseras y el valor de los modelos es muchas veces cercano a cero, pero como casi nadie los entiende, lo aceptan tal como antes aceptaban la misa en latín.

3 comentarios:

  1. El VAN se vuelve facilmente positivo, la TIR compite con cualquier tasa bancaria, y los proyectos parecen todos viables. Esos es lo que dicen los austríacos de las emisiones cuantiosas que hacen los bancos centrales para activar la economía, como ahora con el parate mundial por el COVID: Empapelan, la plata es barata, se inician muchos emprendimientos y se irán a pique en los años sucesivos muchos de ellos.

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  2. Cuando era huaso a la planilla del proyecto le metia un par de variables aleatorias año a año, usando los numeros seudoaleatorios del 123 y del excel despues, por ejemplo heladas o lluvia en flor, con una probabilidad dada y nivel de daño (lo que tb. disminuye los costos ese año), y cambios en la cotizacion del dolar, aleatorios o consistentes (nada resistia una depreciacion de la moneda de un 1 % anual), todo ese berenjenal producia ciertas curvas de costos e ingresos, un van y un tir, y haciendo que se recalculara todo se inventaban historias alternativas; entonces los proyectos que resistian mas simulaciones eran preferibles en los numeros. Despues habia que ponderar por lo que se sabia del mercado probable, las variedades agricolas cambian a cierta velocidad. Luego supe que algo semejante se llamaba simulacion Montecarlo.
    EL tir que usaba, como eramos pobres como ratas, era el costo del credito mas algo

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  3. Ulschmidt, exactamente correcto, el VAN puede dar el valor que uno quiera, basta con "calibrar" un poquito la tasa de descuento o las estimaciones de ingresos y gastos, tal como los estadísticos "calibran" las muestras, los intervalos de confianza o las muchas otras variables con que se puede mentir usando números. Lo del ciclo económico de los austriacos es puro sentido común, dentro de su irracionalidad, la gente tiende a hacer proyectos inviables cuando el financiamiento sobra. los estados y los bancos centrales tienen gran responsabilidad en los ciclos y recesiones.

    Wilson, al empezar a leer tu método me acordé de las simulaciones de Montecarlo, que a too esto n sirven para ganar en la ruleta, como su nombre falsamente promete.

    No debe haber actividad más riesgosa y sujeta al azar que la agricultura, por algo el dicho ese "huaso rico, huaso pobre", en comparación, cualquier casino queda chico

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"