16 abril 2021

Refrito del sábado: querido Ben Franklin

A propósito de la lectura, yo nunca he creído que leer mucho sea gran cosa, nada más peligroso que un fanático que se aficione a la lectura, o un tonto por ejemplo. También hay gente que ha leído poco o nada en su vida pero tienen una mente extraordinaria. La lectura para mi gusto es solo un vicio más, como el alcohol y otros que mejor no nombro.

Sin embargo, como todos los vicios, a veces nos puede dar muchas satisfacciones, cuando uno toma un libro y le cuesta soltarlo por ejemplo, es una gran sensación y a veces hasta nos puede dejar algo de provecho. Un comentario de Ulschmidt en la entrada anterior me hizo recordar al querido Ben Franklin, que leo y acaricio de vez en cuando, cada vez que admiro mis escuálidos ahorros, pero en fin, vamos al refrito sin tanto trámite:

Querido Benjamin Franklin (publicado originalmente el 1 de octubre de 2017)
Anoche empecé a leer la Autobiografía de un Hombre Felíz de Benjamín Franklin, resulta que me quedé pegado y no pude parar de leerlo. Cerca de las 6 de la madrugada me fui a acostar, cuando me faltaba poco hoy en la noche lo termino. Mientras lo leía me parecía que lo hubiese escrito yo mismo, era increíble el nivel de identificación con este caballero que -más de doscientos años atrás- había pasado por aventuras muy parecidas a las mías: hambre, incertidumbre, problemas de todo tipo.

Mis conocimientos habían mejorado en Londres, pero no así, desde luego, mi fortuna. En conjunto, yo había hecho amistades interesantes y con las cuales había aprendido mucho y había leído en abundancia.

Me maravillaba ver como a Franklin le había pasado lo mismo que a mi, no ganaba un peso, pero conocía gente interesante, igual no paraba de estudiar y tratar de mejorarse a si mismo aunque no le rindiera nada, bueno, la diferencia es que a él -con el tiempo- le rindió frutos la cosa. Cuando me fui a acostar pensaba como era posible tanta sincronía entre el relato y lo que yo sentía, el asunto no me dejaba dormir porque me quedé pensando, hasta que lo encontré.

Resulta que yo había leído este mismo libro cuando chico y ya casi se me había olvidado, solo recordaba el nombre pero tuvo una influencia grande que quedó allí por todos estos años. No es que me hayan pasado las mismas cosas, lo que pasa es que yo las interpreto "a la manera de Ben Franklin" sin darme cuenta. Eso solucionaba el misterio, después de eso caí dormido como piedra y no desperté hasta pasado mediodía, o sea hace solo un rato atrás.

Incluso redacto y pienso a la manera Ben Franklin y mis billetes preferidos son los que tienen su imagen, los atesoro y cada mes que tengo que desprenderme de uno, me duele como si me sacaran una muela con un alicate, sin anestesia. Nunca, hasta ahora, me había dado cuenta cuanto influyó ese libro de Franklin que leí hace como 50 años atrás. En fin, tal vez esté racionalizando por un libro que me gustó mucho:

las enseñanzas de mi maestro Tryon, que tomar pescado era algo así como un crimen, ya que los peces nada nos habían hecho ni nos harían que justificara aquella matanza. Aunque la cosa parecía razonable, lo cierto es que con anterioridad a mí me encantaba el pescado, y los que allí pescaron salían de la sartén con un olor que estimulaba el apetito. Sopesé mis inclinaciones y mis principios, y al ver que de los estómagos de los bacalaos salían otros pececillos, encontré la fórmula salvadora y la justificación para, a mi vez, convertirme en devorador de pescado. Actitud que he mantenido (...) Una de las ventajas de ser animal racional es poder encontrar siempre una buena razón para hacer lo que nos parezca.

¡Es como si lo hubiese escrito yo!  Muchas cosas que creemos opiniones inventos u ocurrencias nuestras, resulta que son recuerdos que quedaron en algún lugar de las viejas lecturas. Incluso mis ideas políticas, que pueden parecer fruto de los años de experiencia y cosas que he visto en mi vida, tal vez se moldearon por una frase del viejo Ben que me quedó en el subconsciente, como

Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial, a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no merecen ni la libertad ni la seguridad.

Tal vez no sea que yo piense igual que Franklin, sino que sus ideas se me quedaron pegadas desde los doce o trece años cuando leí su maldito libro. En fin, que bien me cae ese tipo, pensar que lo he estado copiando inconscientemente casi toda mi vida: mi obsesión por la puntualidad, la manía de planificar en detalle hasta las cosas más triviales

En dicho relato pienso que lo más interesante puede ser el Plan que redacté durante la travesía con ánimo de hacer un programa de mi vida futura. Teniendo tan pocos años es curioso pensar que hasta mi madurez me atuve con bastante fidelidad a aquel proyecto.

Entre las curiosidades de Franklin estaba su plan de trabajo diario, al que se atenía rigurosamente: 5 AM levantarse, luego se hacía la pregunta del día ¿ue cosa que valga la pena voy a hacer hoy?, entonces se daba hasta las 7 AM para lavarse y desayunar.  Entre las 8 y las 11 AM se dedicaba al trabajo. Entre las 12 y 1 PM revisar las cuentas, leer y almorzar. Entre las 2 y las 5 trabajar nuevamente. Entre las 6 y las 9, poner las cosas en orden, juntarse con los amigos, escuchar música, conversar, etc. Antes de irse a dormir, a las 10 de la noche se hacía la pregunta "¿que hice hoy que valiera la pena?", después de eso se metía al sobre y hasta el día siguiente.

Claro que a mi me costaría mucho llevar un plan así. Yo me levanto cuando me despierto -aunque a veces me quedo un rato más en cama- puede ser a las 6 AM o a las 11 AM (generalmente esto último, siempre que puedo), y me acuesto pasadas las 1 o 2 AM, durante el día me dedico a leer, estudiar o hacer algún trabajo pendiente si es necesario, porque odio tener cosas pendientes y dedico generalmente una o dos horas a escribir mi entrada para este Templo del Ocio. Creo que escribir acá es parte de mi formación profesional. Aunque dudo que me vaya a hacer rico con ese programa, por lo menos conozco mucha gente, aprendo muchas cosas y todo eso.

Ah el gran Ben Franklin, del Poor Richard´s Almanac, tipógrafo, librero, cartero, impresor de billetes, escritor, inventor, activista político, diplomático, amigo de Voltaire y sobre todo Filósofo Barato, hasta ahora no me había dado cuenta que la introspección y la filosofía barata -que yo creía haber inventado- era solo un refrito de lo que le leí hace un montón de años. El viejo Ben es tan importante para mí que todos los días lo miro, lo cuento y le hago sus cariños, a principios de año tenía un montón, ahora me quedan cada día menos, trato de demorar su partida con dientes y muelas, pero que diablos, si hay algo que he aprendido en mi perra vida, es que las cosas buenas no duran. Chau querido Ben, no sabes cuanto te extrañaré...


P.D. Ben Franklin, además de escribir su filosofía barata y prestar su cara para los billetes de a 100, escribió algunos ensayos sobre temas serios como "Fart Proudly" (largarse pedos orgullosamente), "On Choosing a Mistress" (sobre como escoger una amante) y "Rules on Making Oneself Disagreeable" (Como ser desagradable). Como pueden ver también se trataba de un tipo serio, igual que yo.

7 comentarios:

  1. cada vez que uno va a "quemar" una reserva con la cara de Franklin hay que recordar el principio de frugalidad de Benjamin: "No desperdicies nada" Uls

    ResponderBorrar
  2. Sin duda Ulschmidt. Cada vez que digo adión a un Benjamin, lo hago con lágrimas en los ojos y tras muchas reticencias. Si por mi fuera, que los tuviera a mi lado por siempre...

    ResponderBorrar
  3. Su plan diario lo he leido casi identico en estoicos, planear el dia al despertar y evaluarlo antes de dormir, Marco Aurelio lo escribia ( de ahi sus Meditaciones), Seneca recomendaba tres preguntas al revisar el dia: ¿Que he hecho bien, que mal, que podria hacer mejor?
    Un adolescente cercano, iniciando una terapia cognitiva conductual, recibio la misma tarea, un diario donde examina su dia. Es interesante es la terapia que resiste la evidencia.
    Y obio recordar a Marci Aurelio y su "Libro II
    1. Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable...." Agregaria unpolitico, un periodista :-) buen ejercicio para desarrollar la percepcion de lo que no controlamos.
    Si, estoy muy chiflado.

    ResponderBorrar
  4. Jaja, cierto, don Benja era un estoico

    ResponderBorrar
  5. Jaja que divertido el post, hasta el momento no conozco mucho del personaje histórico, ya le dedicaré un poco de tiempo.... Un dato curioso, parece que el gaga de jbiden también le gusta Don Benja, ya q puso su retrato en la oficina!

    ResponderBorrar
  6. Te recomiendo leer la autobiografía, es adictiva, la tomas y resulta muy difícil soltarla. La puedes bajar directamente de aquí https://freeditorial.com/es/books/autobiografia-de-benjamin-franklin/downloadbookepub/pdf

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"