Los griegos antiguos era muy supersticiosos
"(Nicias) Nunca habla salido de casa con el pie izquierdo. Inscribía palabras mágicas en las paredes de su morada para protegerla de los incendios. Los días nefastos (pongamos el martes y el viernes) jamás había iniciado ninguna empresa. Para cortarse el pelo esperaba la luna llena. Cuando el vuelo de los pájaros indicaba mal tiempo, pronunciaba la fórmula de conjuro y la repetía veintisiete veces. Organizaba y pagaba de su bolsillo procesiones para la cosecha. Abandonaba el Senado si oía el chillido de un ratón. Se tapaba los oídos a cada palabra de sonido funesto.
A cada muerto de su familia, que siendo antigua habían de ser muchos, le dedicaba una ceremonia especial, invocando por el nombre a cada uno de ellos a cada bocado que engullía; tantos muertos, tantos bocados; tantas muertas, tantos tragos. Es más, comía incluso con una tablilla ante los ojos en la cual estaban escritos los nombres de todos sus antepasados, para no olvidar a ninguno; y a medida que honraba a uno, tachaba el nombre con tiza, eructaba en señal de saludo y pedía otro servicio. Después de lo cual, demócrata cristiano ejemplar, alquilaba otro rebaño de esclavos y se ganaba otra propinilla de millones".
Que delicioso relato de Montanelli. No he querido leer de un viaje toda la "Historia de los Griegos", como suelo hacer cuando me gusta un libro. Esta vez lo voy racionando, probando de a pequeños bocados que siempre me sorprenden y entretienen. Leer la historia de los antiguos es en muchos sentidos como leer el diario del día, uno se encuentra con cosas que son familiares y nunca pensaría que eran también comunes en tiempos muy remotos.
Yo nunca he sido supersticioso, porque como todo el mundo sabe eso trae mala suerte. Solo que tengo unas cuantas manías -muy pocas- que siempre respeto, mas que nada como humorada. Por ejemplo cuando salgo y tengo que devolverme porque olvidé algo, antes de salir de nuevo me siento y cuento hasta diez. A veces estoy impaciente o ando apurado y cuento muy rápido, entonces cuando estoy por salir de nuevo, recapacito y me vuelvo a sentar fingiendo esta vez que no tengo ningún apuro cuento hasta cincuenta. En la casa se ríen mucho de esta chifladura, pero yo me la tomo muy en serio.
Tampoco paso jamás bajo una escalera nada que forme una figura triangular, porque en alguna parte leí -hace años- que eso también trae mala suerte. Si se me cruza un gato negro paso todo el resto del día preocupado, pensando por qué los dioses me habrán mandado ese mal presagio, cuales son las cosas malas que podrían pasarme y como debería reaccionar en cada posible caso. Eso me quita mucho tiempo, pero como saben a mi el tiempo me sobra, afortunadamente.
Unos pocos días antes que me quedara colgando con mi camioneta, a más de 100 metros por una ladera del Morro de Arica,
tuve una pesadilla en que me veía bañado de sangre mientras un arlequín mecánico salía y entraba en una caja de sorpresas muerto de la risa. Desde esa vez quedé medio
espirituado y me preocupo cada vez que tengo alguna pesadilla, sin embargo he tenido pesadillas varias otras veces y no me ha pasado nada después, así es que no son muy predictivas. Aunque igual me preocupan un poco.
La verdad es que no creo en nada paranormal y estoy seguro que los muertos no pueden venir a penarnos, porque de poder, mi mamá -que era una gran bromista y me amenazaba siempre con venir a tirarme las patas después que se muriera- no habría desperdiciado esa oportunidad de aterrorizarme. Creo que esa es la prueba más sólida que ha formado mi convencimiento que no existe vida después de la muerte. Creo que cuando uno se muere, se apaga la luz y se termina el mundo, chao.
Cuando yo era chico, teníamos en mi casa un cajón para guardar cosas que era del mismo tamaño y similar forma a un ataúd y mis primos hacían muchas bromas con eso, lo mismo mi mamá. Decían muy serios que en las noches, adentro se metía a dormir la tía Corina, una pariente que supuestamente se había muerto trágicamente muchos años atrás y a veces salía a tirarle las patas a los que estábamos durmiendo, era motivo de muchos chistes, pero a mi me dejó una extraña fobia y una superstición.
La fobia es a los ataudes, que todavía la tengo. Cuando chico vi muchos muertos atropellados de manera horrible, en los años sesenta simplemente los tapaban con diarios y los dejaban hasta que alguien de la morgue tenía a bien ir a buscarlo, así es que los muertos nunca me impresionaron. Lo que no había visto nunca era morir a alguien y tenía mucha curiosidad, hasta que finalmente tuve la suerte de estar junto al papá de n amigo y junto a mi tía Ester en el momento que murieron, tampoco me impresionó mucho y las muertes nunca me han causado tristeza ni nada de eso, incluso de las personas que más quiero.
Pero no soporto la idea de ver un muerto dentro del ataúd, eso me da fobia y cuando murió mi tía y la vinieron a meter al cajón yo me encerré en el dormitorio, mientras los demás forcejeaban y golpeaban las paredes tratando de bajar la maldita caja por la empinada escalera de mi casa. Reuerdo que estaba bastante asustado. Nunca he ido a un velorio, es decir he ido, pero me mantengo a 20 más metros del cajón, me da mucho miedo ver a alguien muerto y encajonado. Debe se otra superstición, o alguna secuela de los chistes de la tía Corina.
También tengo unas pocas supersticiones para la buena suerte, como mi chanchito de la buena suerte , a quien no le he dado cigarrillos en lo que va de este año... y así es como me ha ido. También tenía un dólar de plata, un cuarto de dólar de esos que traen la figura de Kennedy, una moneda de un peso de 1955, el año de mi nacimiento y un "gluckpfennig", todos esos los he llevado en un bolsillo de mi billetera y todos se me han ido perdiendo de manera misteriosa. El bolsillo tiene un cierre que no abro casi nunca y así y todo se me han perdido.
Con el Gluckpfennig me pasó una historia muy divertida, porque efectivamente después que lo encontré me trajo suerte y mucha plata y cuando lo perdí me volví a quedar en la ruina, esa historia la conté en
la entrada El gluckpfennig y releyéndola, veo que la escribí en circunstancias muy parecidas a las de hoy, en un día frío y aburrido sin mucho tema que contar. Tal vez las coincidencias no existan y las cosas pasan o no según el capricho de los dioses, quien sabe.
La cosa es que lo que me pasó con el gluckpfennig a mi me dejó pensando si no será que hay amuletos que en relidad traen buena suerte, pero tenemos que perderlos pasado cierto tiempo, para que otro lo encuentre y reciba su cuota de fortuna. Si uno lo piensa bien, vivir siempre con buena suerte, sin tener que enfrentar problemas y sin adrenalina, debe ser bastante aburrido. En fin, otra de esas cosas inútiles que se e ocurren para escribir en invierno, por si no lo notaron, hoy fue un día horrible, nuboso y amanecí con los monos. Ya quiero que llegue el verano de una vez.
Por aca nada con las superticiones. Solo, y mas como tema de conversacion, si elogio a un niño, aveces agrego dios (a Dios) lo guarde. Recuerdo de una de mis abuelas que cuando pendex y enfermabamos venia a "rezarnos", tomaba una hoja, un trozo de pan y los atravezaba con una aguja y repetia un rezo , en arabe claro, y le corrian las lagrimas. Por supuesto a los minutos ya estabamos sanos y pidiendo comida. Era mal de ojo decia ella. Insistia en que repitieramos el gracias a dios cuando elogiaramos a alguien, especialmente a menores. Obvio que eran ligeros resfrios o indisposiciones y como la llamaban a los varios dias de iniciado,ya estbamos listos para que pasara. Igual hay gente que cree. Un detalle del mito, es qu el rezo solo puede pasar entre sexos diferentes sucesivamente, y quien lo pasa lo pierde, asi que habia solo un mismo numero de iniciados, decreciente por supuesto con los que mueren antes de trasmitirlo. Hoy podria haberse publicado en facebook y no se perderia :-)
ResponderBorrarUna curiosidad personal, un tiempo participe en una sociedad de parapsicologia, muy entretenido, eso de ser joven ocioso...pero cero evidencia, nada de nada, ni telepatas ni clarividentes, ni sicoquinesis, ni siquiera espiritismo, nada , cero puro cuento, malas intepretaciones, relatos de oidas que no se corroboran etc.
Así es, los viejos rezan y cuando les preguntas como están te dicen "bien, con el favor de Dios y la Virgen". Esto debe ser porque antes la vida era más dura y difícil, y la gente que ha tenido una vida dura sabe lo útil que es rezar cuando es lo único que te queda por hacer. Da lo mismo que funciones o no, pero rezar te evita pensar que no puedes hacer nada, creo que la utilidad es que te permite hacer algo cuando no hay nada más que hacer.
ResponderBorrarHoy casi todos tenemos una vida cómoda, fácil y aburrida. Vivimos entre algodones, cosa que antes estaba al alcance de muy pocos, así es que no necesitamos religión ni rezos, los reemplazamos por creencias todavía más tontas: pensamos que las vacunas y los tratamientos médicos nos van a salvar de las enfermedades y de la muerte, es otra forma del antiguo pensamiento mágico. Cuando haya más conocimiento la gente se va a matar de la risa tal como nos reímos hoy de las supersticiones de los griegos.
EL pensamiento es siempre mágico y seguimos creyendo en supercherías como antes, los consensos de hoy serán las supercherías de mañana, la mayoría de las veces que vamos a un médico, es tan útil -o inútil- como rezar dos padrenuestros, con la diferencia que el médico nos despluma y rezar es gratis.
Yo tampoco he visto nunca algo paranormal, ni ovnis ni nada de eso, aunque tampoco he visto jamás un átomo ni menos un campo electromagnético y eso que dicen que estamos hechos de eso, así es que creo que no hay que mirar a huevo al pensamiento mágico, porque la cantidad de cosas que aceptamos por pura fe es enorme, tal vez todo es fe nomas.
Las supersticiones siempre han sido parte de nuestra idiosincrasia, nuestro folklore y nuestras vidas.
ResponderBorrarAlgunas son chistosas e incluso se han transformado en leyes en algunos paises y estados.
La mia es, si me echo sal en las manos, me las froto en los hombros para espantar la mala vibra.
A mi me dijeron una vez que trabajar traía mala suerte...
ResponderBorrarCuando di mi examen de grado entre tarareando glorias prusianas jurando que estaba en media batalla, me fue como el pico pero igual la repetí hasta que funcionó
ResponderBorrarjajaja, eso es lo mejor de las supersticiones. Uno las repite y las repite, hasta que funcionan!
ResponderBorrarEntonces yo soy un eterno desafortunado... maldito seas Glad Con Suerte!!! (como diría Donald)
ResponderBorrarAh, pero a ti te espera un depósito en tu cuenta cada fin de mes, mientras yo vivo al salto de la mata, una por otra jaja
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