01 noviembre 2021

El racismo cultural

Acabo de juntarme con mis amigos Waldo y el arquituerto Marco Antonio, libamos copiosamente comimos algo y conversamos bastante como de costumbre, bueno, de la conversación de borrachos (o casi borrachos) salió el tema de esta entrada que se refiere a algunas características culturales del racismo. Sin más preámbulos, aquí voy.

Sobre este asunto yo tengo una divertida experiencia para contarles. En mi primer trabajo, como yo escribía más o menos bien en inglés, empecé a ayudar a hacer los pedidos al gerente y al dueño de la empresa que eran los que normalmente hacían ese trabajo. El asunto no era tan sencillo como hacer una lista de compras y te mandaban las cosas. Por el contrario, como en esos años estábamos entre los principales clientes de Casio Computer Corp. en el mundo, el proceso de compra era engorroso, lleno de peleas y negociaciones.

Resulta que éramos distribuidores exclusivos para el Cono Sur de América Latina y esa exclusividad la hacían pagar bien caro. Casio fabricaba varios cientos de productos, algunos que se vendían como pan caliente con gran utilidad (los caramelos) y otros que sabíamos que no se iban a vender nunca pero igual había que comprarlos (los huesos), así es que a fines de cada mes empezaba la guerra donde ellos nos trataban de vender la mayor cantidad de huesos, mientras que nosotros tratábamos que nos vendieran tantos caramelos como fuera posible.

Para colmo, los japoneses hacían sus órdenes de producción en base a los pedidos, así es que trataban de adelantar las órdenes tanto como pudieran. Y como si esto fuera poco, cuando se aparecía por Tokio un chileno, peruano o argentino con 300 o 500 mil dólares cash, ellos le vendían bajo cuerda sin problemas, mientras nos aseguraban que nosotros éramos los únicos, que jamás nos traicionarían y que el otro era un contrabandista sinvergüenza que compraba saldos a algún "third party". 

Era una mentira tan descarada que enfurecía a mis jefes, al punto que llegaron a odiar hacer los pedidos. Por eso cuando llegué a la empresa calcé casi de inmediato, ya que les sacaba un gran peso de encima.

Al poco tiempo de trabajar con los japos me empecé a dar cuenta cómo era la cosa. detrás de toda la fraseología sobre la confianza, el honor y la buena fe, se escondían los hipócritas más grandes, capaces de vender a su madre y sus hijos si aparecía una oferta conveniente. A diferencia de mis jefes, eso no me enojó, lo encontré divertido, interesante y pensé que  también yo podía engañarlos, porque entre mis tareas estaba la de mandarles regularmente informes de inteligencia comercial y cosas así.

Cuando finalmente me invitaron a Tokio, el cruce del Pacífico era un vuelo larguísimo y yo no podía dormir, así es que pasé unas 10 horas escribiendo un "informe" lleno de datos inventados en el momento sobre la situación comercial en nuestros países y los escenarios que podían venir, todo manuscrito en un largo marmotreto. Cuando llegué allá y se los mostré se volvieron locos sacando fotocopias, obviamente el escrito era tendencioso y bastante falso, tal como se merecían.

En lugar de los tour que tenían programados, estuvimos todos los días en business meetings y yo seguía agrandando más y más mis mentiras. Cuando terminaba la jornada de trabajo, nos íbamos con los sub gerentes a un bar idéntico al de Midnigth Diner: Tokio Stories de Netflix, en el mismo barrio de Shinjuku. He llegado a fantasear que el local hasta podría ser el mismo. Bueno, la cosa es que los muchachos tenían la sana costumbre de tomar cerveza después de trabajar hasta quedar bien borrachos.  

En un minuto de confianza, cuando yo estaba algo más que a medio filo se me ocurrió contarles sobre la jugarreta que les estaba haciendo. Me arrepentí en seguida pensando que se iban a ofender con el  engaño ¡pero ocurrió todo lo contrario! Me lo celebraron enormemente, y con eso establecí un prestigio de cagador fino, que me acompañó hasta el último día que trabajé con ellos, desde entonces hacer los pedidos se nos facilitó una enormidad.

¿Por que cuento toda esta aburrida historia? Porque creo que tiene su miga. Pensando después en eso, me acordé de nuestros vecinos huiliches en Chiloé, que tenían su tierra al lado de la nuestra. El viejo cacique era gran amigo de mi mamá y muchos de su familia trabajaban en nuestro aserradero, se llevaban super bien con nosotros. 

Pero apenas llegó la Unidad Popular cambiaron, y en 1972 se tomaron el aserradero y el campo, como parte de sus "reivindicaciones ancestrales". Para mi padre esa traición fue un golpe durísimo, sin embargo yo nunca lo vi así: solo estaban esperando su oportunidad y la aprovecharon. Si mi padre los hubiese cagado de vuelta a partir de 1973 -tenía todo para hacerlo- ahí si que lo hubiesen respetado: los cagadores solo respetan al que los caga, los demás son tontos.

Esas experiencias me sirvieron enormemente para trabajar con aimaras de Perú y Bolivia, cuando tuve negocio muchos años después. Si mi primo -que era el de la plata- me hubiese escuchado, nos habría ido excelente en lugar de la espantosa quiebra que me tocó enfrentar, él no los entendió nunca y terminó estafado, furioso y desilusionado, igual que mi padre. Los aimaras son ventajistas, igual que los japoneses o los huiliches, están culturalmente condicionados a sacar ventaja y usar el engaño a su favor, por eso les asocian reputación de traidores a lo que ellos simplemente ven como expresión de su inteligencia.

Creo que el engaño y el ventajismo es común en todas las razas que aprecian mucho sus valores ancestrales. Tal vez se debe a que todavía conservan costumbres depredadoras que eran fundamentales para su supervivencia. Es algo que no tiene nada que ver con la genética pero si está indudablemente asociado a las razas por medio de las tradiciones y el condicionamiento social. Los que creen en el mito del "buen salvaje" inventado por el pelmazo de Rosseau no entienden nada de nada, ese buen salvaje los va a cagar una y otra y otra vez, porque para ganarse su respeto hay que cagarlos primero. Parece chiste, pero es una verdad del porte de un buque.

13 comentarios:

  1. Recuerdo haber visto el remake de la serie "The Sweeney", una especie de Miami Vice pero britanica en la que decían "tienes que ser un criminal para atrapar a otro criminal", es decir, jugar su propio juego.

    Los japos, aun a pesar de tener un código de honor que dicen respetar a rajatabla, son tanto o más cinicos que cualquier otra persona en el mundo. Si te pueden cagar, te cagan. Pero así es la vida. Les jugaste su jugada y al final terminaron respetandote porque vieron en ti un digno rival.

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  2. Tal como dices, en algunas partes el engaño es como un juego, y si vas de frente y con buena fe te revientan. Para que te aprecien y te respeten tienes que engañarlos primero. Es muy raro pero es así.

    Por eso los mapuches durante la conquista hacían parlamentos y pactos de paz con los españoles y los rompían cuando les convenía, la doblez era algo que estaba en su cultura y como muy pocos españoles llegaron a entenderlos, a la larga no pudieron derrotarlos.

    A mis amigos de Japón yo les decía "recuerden Pearl Harbor, ustedes son traicioneros" eso les mataba de la risa

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  3. Es una realidad, pero desagradable el tener que andar cuidándote del cuchillazo.
    La otra cara de la moneda. Mi amigo Otto por ponerle un nombre sin autorización.
    Vendía su auto. Una joya por donde la miraran. Lo publicó en el Mercurio y el primer tipo qué llegó lo compró. La mano, y nos vemos en la notaría el Lunes. Luego llegó otro comprador y como el auto estaba afuera lo vio y al saber que estaba vendido, ofreció más. El alemán lo retaba enojado, diciéndole que estaba weon. Que si no había escuchado que el auto valía xx y estaba vendido y eso no se hacía. Cuando me contó, todavía estaba enojado con “estos chilenos” yo me reía y no lo encontraba tan grave. El aimara, seguro no respetaba el trato. Es su naturaleza, pero penca.

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  4. Marcelo, yo creo que lo importante es saber leer el ambiente en que uno está funcionando. Uno no puede funcionar según sus propias preferencias dentro de otra cultura, eso te garantiza pasar rabias y fracasar. Tal como al tipo que trata de hacer sus pillerías en un lugar muy correcto le va mal, lo mismo pasa con el que trata de funcionar correctamente en un lugar donde la pillería es generalmente aceptada.

    En el fondo muchos valores que nos enseñan como absolutos -respeto a la palabra empeñada, buena fe, etc.- funcionan solo en los ambientes donde son generalmente aceptados.

    Al final la moral es relativa a la cultura donde te estás moviendo y si puedes entender y adaptarte a eso te irá bien donde sea. Creo que no hay formas correctas o incorrectas que valgan en todas partes, el contexto y el lugar son muy importantes. Por eso para funcionar bien primero hay que entender como es la cosa donde te estás moviendo.

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  5. Puede ser cierto eso del entorno y demás.
    Pero la “viveza criolla” no me gusta.

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  6. Muy cierto la cultura es la cultura; a mi me toco caer en medio de un huaserio, donde la palabra era ley. Si te equivocaste...cagaste te mando saludos, pero cumples lo que dijiste y a su vez te cumpliran. Entonces el tramposo la hace una sola vez y luego solo le queda irse o quedar como el mañosito no confiable. Es buen sistema, al final la palabra vale plata.
    Por lo que recuerdo de los temporeros mapus, eran de dos tipos, lo que llegaban probando si podian ser"mañositos" pero que aprendian al primer apreton, y los que eran derechos al tiro. En cambio la gente que llegaba de Lota eran la maña misma, flaites, casi delincuentes, eran irrecuperables.

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  7. Marcelo, yo aplico "a donde fueres, haz lo que vieres" jaja

    Wilson, eso de que la palabra empeñada se cumple es muy típico del campo en la Zona Central de Chile, supongo que es porque son familias campesinas que viven desde la Colonia en lugares relativamente chicos. Donde todos se conocen es mucho más difícil hacer jugarretas y sobrevivir.

    EL problema es que a muchos los cambias de ambiente y quedan totalmente perdidos, incapaces de funcionar en un sistema nuevo. Recuerdo muy bien amigos que llegaron desde la zona central entre los 80 y el 2000, cuando era la locura del contrabando para Perú y Bolivia, muchos acá perdieron hasta la camisa y se fueron renegando, pero al final es que nunca entendieron el sistema y creyeron que podían seguir jugando con sus mismas reglas y ganar.

    A la "viveza criolla" yo la veo más como un juego de ingenio que como mala intención, no hay motivo para enojarse cuando uno pierde, excepto consigo mismo por no saber jugar. Y no es para nada un asunto moral y de valores, porque tanto donde impera la viveza criolla como en los lugares supuestamente más "correctos" la cantidad de sinverguenzas es prácticamente la misma, solo que usan otras formas. Es solo cuestión de formas.

    Me acuerdo que a mis amigos japoneses una vez les recriminaba que me habían dicho "si" a un asunto y después me lo negaron cara de palo, cuando les reclamé me dijeron "es que tu no entiendes, nosotros somos muy educados, nunca le decimos que no a un amigo, pero tienes que ser muy tonto para creer que vamos a hacerlo solo porque tu lo pides", más enojado todavía le dije "¿y por que diablos no me dices no de una?" me respondió "Ah, no pues, somos bien educados, tu fuiste el tonto, debiste pensar que lo que pedías era absurdo. Cuando dijimos "si" significa, "si, te entendemos, si, te estoy escuchando", pero eso no significa "si lo voy a hacer". Aprendí mucho con eso jaja

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  8. Don Tomás,
    Estudiando de su experiencia y sus link en su sitio he llegado a la conclusión que posee dedos para el piano para hacerse un sardinero de aluminio o acero. Ya pus "cagador fino", y le pone un Yanmar con caja reductora, eje, hélice, prensa estopa, descansos de eje, válvulas mas la electrónica Furuno made in Japan a precio reducido por su prestigio! Lo hace en un garaje arrendado no mas.
    Le va a quedar un barco la "r" y se va a poder comprar varias casitas...El capitán o patrón, la tripula y el capital se la consigue con sus conocidos. Yo colaboro en la Ingeniería y me da un porcentaje del costo de la embarcación sin ser cagador fino!!!
    Mire que un cliente ya pasó el año de garantía y está muy satisfecho.
    Si desea le escribo un e-mail confidencial. Ja, ja ,ja.
    Me he reido mucho de su aventura japonesa!!!

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  9. Centurio, a propósito de lo mismo, un amigo loco que anduvo por Arica pensó en hacerse un catamarán con sus propias manos, con madera terciada. Después cambió de idea y construyó una mini cabaña para irse a vivir al altiplano, estuvo como 6 o 7 años desarmada en mi bodega donde ocupaba montón de espacio, al final se la regaló a otro amigo que también vive en el altiplano, hice una fiesta cuando se la llevó.

    Ya me imagino con un barco en la bodega jajaja!

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  10. La historia de su experiencia con los japoneses siempre es interesante de leer, por el hecho de que da antecedentes sobre su forma de ver y hacer las cosas que la gente no esperaría. Recuerdo que una vez entre el 2016 y 2017, vi un video de un latino viviendo en Japón y decía que los japoneses tienen el prejuicio de que todos los latinos son comunistas. No sé si será cierto que tengan esa idea.

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  11. Frx, al menos a mi nadie me dijo comunista jajaja

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  12. En todo caso parece ser una apreciación más "actual", aunque tampoco los culparía por creer eso jajajajaja.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"