En la familia Bradanovic hay una especie de leyenda que he escuchado de varias ramas distintas que no se conocen entre si. Se trata de mi bisabuelo Luka Bradanovic Zamaria, de quien -dicen- que era dueño de una isla y se la regaló a sus habitantes. Incluso mi prima Angélica Bradanovic, hija de mi primo Tomás, Bradanovic Bradanovic me aseguró que ella tenía un documento firmado por los croatas agradeciendo la donación. Quedó de mandarme una copia en cuanto viajara a Antofagasta, donde la tenía junto con otros papeles, pero antes que eso ocurriera Angélica murió sin dejar descendencia ni familia directa, todo quedó en nada.
Esa misma historia me la había mencionado mi padre, que recordaba vagamente y no creía mucho en el asunto. También me la contó Consuelo Bonilla Forray, de la rama Bonilla Bradanovic. Mi primo Tom Lincir tenía su propia versión. Todos hablaban de una historia similar pero cada cual tenía sus variantes. Tom Lincir me decía que la familia era dueña de la península donde se encuentra el cementerio y un monasterio en Vis, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. En una carta me decía que él era el único heredero por ser el último Bradanovic nacido en Vis y pensaba reclamarla. Él también murió, a los cien años, sin haber vuelto a Croacia ni reclamado nada.
Algo en que coincidían la mayoría de las historias era que Luka había peleado en la batalla naval de Lissa (Vis) el 11 de julio de 1866 por el lado de Austro Hungría y que el emperador austriaco le había regalado la isla, que Tomo a su vez se la había dado a los que vivían allí. Consuelo incluso me hablaba que ella suponía que algo tuvo que ver Luis II, el rey loco de Baviera y su prima Isabel de Baviera, la conocida "Sissi", esa de la película.
A mi me llamaba la atención que la historia fuese tan persistente y extendida entre ramas de la familia que ni se conocían entre si, así es que estuve tratando de averiguar durante un tiempo. Como saben cuando me da por investigar algo no suelto fácilmente la presa. Leí mucho y nunca encontré ni una pista, ni la menor mención de que algo de eso fuera cierto. En ninguna parte apareció que Luka hubiese sido marino ni menos capitán de barco, nada.
Al final pensé que tal vez algún antiguo Bradanovic, chamullento, había inventado toda esa historia para darle lustre al bisabuelo. Tal vez se inspiró en la Ínsula Barataria del Quijote, donde a Sancho Panza le hacen creer que era gobernador, la leyenda era bien similar a la historia que aparece en El Quijote, un libro espantoso que nunca terminé de leer. En fin, hasta el día de hoy el asunto sigue siendo para mi una leyenda, pero sigo atento a ver si aparece algo.
Don Roko
Después me olvidé de todo el maldito asunto, hasta que hace como un año atrás me llegó un mensaje directo por Facebook desde Islandia. Un documentalista de ese país me preguntaba si yo sabía algo de un tal Roko Bradanovic, que a principios del Siglo XX fue "cónsul de Yugoslavia" en Bratislavia (Hungría) y en Praga (Checoslovaquia). Hasta me mandó una foto de don Roko en su auto último modelo de los años veinte, es el que va sentado atrás, con sus perros. En el pórtico se lee "Prodej vina" (se vende vino)
Me puse a averiguar y llegué a la suposición -no encontré documento que lo acreditara- que por las fechas y el nombre debió ser nieto de mi abuelo 6º Roko Bogdanić Bahan. En la familia era costumbre repetir los nombres de padres a hijos, nietos, etc. Así me puse a averiguar quien era don Roko y me encontré con una buena historia que de alguna manera lo relaciona a la emperatriz Sissi
Roko fue comerciante en vinos que nació en la Isla de Vis y llegó a tener mucha plata como veremos luego. Aparece en pocos lugares de la web pero en The Internet Archive su empresa aparece mencionada varias veces en exposiciones de vinos finos, que al parecer era su especialidad. Ese negocio lo combinaba con su actividad consular.
Seguí investigando y en un artículo de Internet me encontré que el año 1928 don Roko compró el Hotel Spa Emperatriz Isabel, diseñado por el famoso arquitecto vienes Bernard Scharz, que demoró 17 años en construirse sobre lo que quedaba del antiguo palacio del duc de Venecia en Hvar, su reconstrucción fue financiada por la mismísima emperatriz Isabel (Sissi) para que sirviera como un spa para la realeza europea. Aquí una foto de cómo era el hotel en la época que lo compró Roko
Tienes pasaporte croata?
ResponderBorrarAhora es muy fácil, ya no es necesario que tu padre o madre lo sacara primero y tampoco es necesario saber croata como era hasta hace poco.
Nunca me ha interesado sacar pasaporte ni menos viajar a estas alturas. Tengo entendido que -como dices- es un trámite muy fácil siempre que se paguen las correspondientes lucas, cosa que ni en sueños dispongo.
ResponderBorrarMi buen amigo Dane Mataic, que fue diplomático y cónsul general de Croacia en Chile hace años creo que me comentó lo mismo que dices, igual no se de él hace varios años, pero hace mucho que se me quitaron las ganas de viajar por el mundo
Mejor viajo por Google Earth Street View: no gasto un peso ni tengo que hacer las malditas esperas en los aeropuertos, que deben ser lo peor de todo viaje. Igual conozco todos los lugares que me interesan como turista virtual
ResponderBorrarYo decía nomás. El abrazo fraterno y emocionado que le dan los croatas (de inmigración) a los descendientes de sus emigrantes que vuelven a conocer la tierra de sus ancestros, vale la pena el esfuerzo.
BorrarSi, debe ser bonito pero es un gusto muy caro. Cuando gane mis primeros diez billones de dólares tal vez viaje jajaja!
ResponderBorrarPor lo que he visto es todo muy bonito por allá, algo contabas tu la otra vez sobre las minas!
Muy buena la investigaciòn !
ResponderBorrarAcá la juventud anda con el síndrome de mandarse a mudar a algún lugar del universo donde no haya peronistas, mas o menos.
El menor de los mìos ya hizo su investigaciòn y está consiguiendo todo para la ciudadanìa italiana, uno de sus ocho bisabuelos. Italia no es exigente, España es más complejo, y para la Suiza tenés que bailar chotis cantando en alemán, mas o menos. Yo sigo con expediciones en Google, como Ud. Uls
Ulschmidt ¡somos turistas de sofá! Igual que Traveller del libro de Cortazar. Internet nos permite viajar sin movernos de la casa, a mi me parece exelente.
ResponderBorrarY muy bien eso de la nacionalidad italiana, ese es uno de los pocos países que me encantan y donde me gustaría vivir si tuviese que arrancarme de Chile