Al aplazar pagamos doble

 

Como matar el aburrimiento
Conversión electromecánica de la energía se llamaba, y era uno de los cursos más áridos, aburridos y carentes de interés para mi, que era telecomunicante y me importaba un huevo como funcionaban los malditos motores. Normalmente yo me sentaba en primera fila frente al profesor, al lado del Dietram Eitner, pero en este maldito curso  yo me sentaba atrás, para que el profesor no se diera cuenta que mientras daba sus aburridísimas explicaciones yo me dedicaba a dibujar para pasar el tiempo. 

Debo haber hecho cientos de esos dibujos desde que entré a la universidad, este es el único que sobrevivió. Tuve que recurrir a toda mi fuerza de voluntad para aprobar ese maldito ramo, no se como lo conseguí, pero es el que aparece muchas veces cuando tengo la pesadilla del examen. La cosa es que cuando algo nos desagrada lo aplazamos y a veces eso significa pagar doble. Así fue como reprobé algunos ramos cuando estudiaba, no fueron los más difíciles pero si los más aburridos, este de motores lo aprobé apenas, por milagro y con un esfuerzo enorme.

Mi aventura en el dentista
Ayer estaba pensando en eso, que cuando algo no nos gusta le damos largas y me acordé que hace como un mes se me había roto un colmillo dejando un feo y peligroso agujero en el trabajo de joyería que me había hecho el gran dentista doctor Lostaneau en el año 2000 "Te va a durar 20 años" me dijo, bueno, todavía me dura después de 22 años, pero ya están empezando los problemas.

Pensaba que si lo dejaba así se me caería todo el colmillo y que todas las muelas de titanio de Lostaneu, que se afirmaban allí -que tanto me han servido- se irían al diablo. "Al aplazar se paga doble" pensé. Ya tenía decidido ir al dentista hace rato, pero no lo hacía por gallina. Recordando mi buena experiencia con el sistema público acompañando a McDonnell, y que mi condición de anciano me permite tener atención dental gratis en el consultorio de salud primaria, decidí tomar el toro por las astas. Así fue como anoche le dije a la Pilar que me despertara a las 5:30 AM.

Y como se dijo se hizo, a las 6AM en punto yo  estaba en el consultorio donde ya habían unas 10 personas esperando. Tengo mucha paciencia y no me molesta espertar, al contrario, aproveché de soñar despierto, conversar conmigo mismo y redactar esto que estoy escribiendo ahora. Cuando uno espera, el tiempo pasa más lento, así es que se vive un poco más. En eso estaba cuando a las 7:30 AM empezaron a repartir los números. 

Me preguntaba por qué diablos había que ir tan temprano y entonces lo entendí, habían disponibles solo 18 números para el día y a la hora que empezaron a repartirlos habían unas 30 personas, se podrán imaginar lo furiosos que quedaron los "vivos" que llegaron como a las 7 AM y no alcanzaron número. Yo recibí el número 4. Registraron mi carnet y después de una corta espera entré -muerto de miedo- a enfrentarme con el terrorífico sillón.

La dentista, muy joven, me dijo que iba a rellenar el agujero con una pasta o cemento y tenía que rezar para que pegara bien y no se cayera, porque en ese caso habría que "entrar a picar ", con un poco de suerte el problema quedaría arreglado. En unos 15 minutos ya estaba listo con mi flamante parche y la prohibición de comer o tomar líquidos por al menos dos horas. Fue tan fácil como arreglar un neumático pinchado y cuando volví al auto eran exactamente las 8:15 de la mañana.

Pensaba que si hubiese ido a un dentista en la Clínica que no quiero nombrar, habría tenido que partir pagando unos 50 dólares (equivalente) por la consulta, seguramente me habrían hecho un presupuesto millonario por arreglos que todavía ni pienso hacerme, tal vez me habrían mandado sacar una radiografía y por el empaste me habrían cobrado otro tanto. Ah, y seguro que me habría demorado las mismas dos horas y media o más. Cuando iba con Tom con hora fijada la espera era unas 2 horas en promedio. 

Está bien, no reclamo por que sea más caro porque es lo lógico, puede que la atención sea más amable, tienen mayores costos y tal vez hasta mejores profesionales. Pero quiero destacar lo bueno que puede ser el sistema público que -muchas veces por desconfianza- no aprovechamos. Y la otra moraleja es que a las cosas desagradables no hay que darle largas "como se dijo, se hizo".

Bottom line: fue una excelente decisión ir al consultorio, solo gasté mi tiempo -que dispongo en abundancia- solucionaron mi problema y mi billetera permaneció intacta, no me costo ni un miserable centavo ¡Y dicen que es malo ser viejo!. Felicitaciones para todo el personal por su cortesía y paciencia.

También en economía
Algo parecido pasa con la economía en todo el mundo. Los problemas económicos de los países como inflación, desempleo, desinversión, estancamiento siempre tienen una sola causa: el déficit fiscal, es decir cuando el gobierno empieza a gastar más de lo que recauda, lo demás son todas consecuencias. Es un problema muy sencillo y sería trivial de resolver si no fuese por un pequeño detalle: todos tendemos a aplazar lo desagradable.

El déficit fiscal es un desequilibro y para volver a equilibrarse debemos empobrecernos, no hay otra. el ex ministro de Castro lo expuso claramente en la entrevista de la entrada de ayer: se bajaban los sueldos y todos los problemas se resolerían de la noche a la mañana. El problema es que a nadie le hace maldita gracia que le bajen el sueldo, por el contrario siempre quieren más.

Esto no es cosa de hoy ni de los últimos siglos, viene desde las más antiguas civilizaciones. Roma cayó después de casi 11 siglos cuando no pudieron financiar el gasto militar necesario para mantener al imperio ¿Por qué se quedaron sin fondos? Gasto público descontrolado y los ciudadanos adictos al pan y circo. Lo mismo ha pasado con todos los gobiernos de todas las ideologías: las monarquías francesas, los socialismos reales y finalmente las social democracias. Todas han seguido el mismo camino económico a la ruina.

Esto no es lineal sino algo cíclico, a los gobiernos se les descontrola la caja hasta que revientan, entonces viene otro ciclo donde se ordenan las cuentas, el país crece, la gente vuelve a exigir y se vuelve a descontrolar la caja. Y así sucesivamente. Siempre se acumula un enorme desequilibrio que finalmente explota. La vuelta al equilibrio puede ser corta y dolorosa o una agonía muy larga pero bajo una especie de anestesia.

En Chile, como en todo el mundo, hemos visto estos procesos hasta 1914 la economía anduvo bien pero vino la "crisis del salitre" y los gobiernos empezaron a perder el control de la caja... les tomó la friolera de 55 años volver a ordenarse hasta 1974 más o menos. Todos esos años estuvimos bajo la anestesia socialdemócrata, que nos mantuvo en un proceso de agonía lenta y moderadamente dolorosa. 

Entre 1974 y 1990 volvió el orden a la caja fiscal y tuvimos 10 años seguidos de crecimiento, hasta 1995, pero ya estábamos de vuelta en el desorden, un proceso como el cáncer que fue creciendo hasta el nivel que llegamos ahora.

Lo mejor de todo es que la socialdemocracia hoy está destrozada, así es que lo más probable es que tengamos un ajuste violento y mucho más corto esta vez, porque no tenemos droga a la mano, o al menos pocos o nadie quieren usarla. Estratégicamente Boric es el presidente ideal para apurar el momento del ajuste, al menos así lo veo yo. 

P.D. mientras me parchaban el neumático del colmillo, la dentista y su asistente comentaban que ayer unos pacientes furiosos -"extranjeros" por cierto- habían rodeado y golpeado el auto de un funcionario que trataba de salir. Ese mismo día otros golpearon a un par de carabineros en el consultorio Iris Véliz, tal como en Iquique. Comentaban que estaban muy asustadas porque en el consultorio no tienen personal de seguridad. Eso nunca fue necesario. "Si están haciendo eso a los carabineros ¿que queda para nosotros?" comentaban muy preocupadas. Les encontré toda la razón.