La falta de inteligencia

En Chile

¿Alguien se acuerda de la Agencia Nacional de Inteligencia? ¿Y de la Ley de Inteligencia que el gobierno de Piñera supuestamente iba a promulgar? Hace no muchos años atrás ese era un tema importante en Chile, hoy la ANI no le interesa a nadie y está sumida en la más completa irrelevancia.

Desde principios de la República, la inteligencia exterior en Chile la han hecho las tres ramas de las Fuerzas Armadas y ha sido notablemente eficiente. La inteligencia interna en cambio ha dado puros dolores de cabeza.  En 1938, cuando llegaron los radicales al poder con Pedro Aguirre Cerda, la inteligencia interna quedó en manos de la Policía de Investigaciones, específicamente en su sección Identificación y Pasaportes, como lo relata el entretenido artículo Gobernar es sospechar, de Camilo Plaza Armijo.

Desde esos años hasta el gobierno de Allende, la Policía de Investigaciones estuvo a cargo del asunto y siempre fue usada por los gobiernos de turno para hacer operaciones políticas, reprimir y perjudicar a los adversarios. En el país se conocían popularmente como "los guatones de la PP" (por Policía Política) que siempre fue una sección inútil y frecuentemente corrupta.

Cuando llega el Gobierno Militar -que hizo tantas modernizaciones y  cosas extraordinarias- cometió un error gigantesco al crear un organismo como la DINA, producto de la paranoia y miedo irracional al comunismo, que dio un poder enorme al coronel Manuel Contreras, quien nunca debió tenerlo y causó un daño inmenso al país y al Ejército. Finalmente la DINA terminó infiltrada y con el asesinato de Letelier se selló el declive y fin del gobierno. Otro fracaso de inteligencia interna.

Con la llegada de los políticos en 1990, después del asesinato de Jaime Guzmán se crea "La oficina" que terminó en un escándalo, luego se creó la Dispi y Ricardo Lagos finalmente creó la actual ANI, donde deben estar los mejores trabajos de Chile, porque no necesitan hacer absolutamente nada desde que el gobierno de Bachelet primero y el de Sebastian Piñera después la dejaron sumida en la irrelevancia.

La idea original era que el presidente se reuniera todos los días con el director de la ANI, como se reune el presidente de USA con el director de la CIA o lo que sea ahora, para  discutir los riesgos y amenazas para el estado y los posibles cursos de acción. En teoría todo perfecto, un equipo de profesionales muy especializados dedicados a recolectar información analizar, crear escenarios y todo eso. 

El problema es que para que algo así funcione, se necesita un presidente inteligente con la capacidad para entender lo que le están diciendo, usarlo y tomar así mejores decisiones. Demás está decir que ni la incapaz Michelle Bachelet ni el enfermo mental de Piñera eran capaces de digerir información de inteligencia y usarla para tomar decisiones, eso estaba muy por encima de sus capacidades, así es que simplemente los ignoraron y los análisis fueron sistemáticamente ignorados. 

Las decisiones entonces fueron impulsadas por el resentimiento y torpeza de Bachelet, mientras que Piñera, el cobarde, tomó cada una de sus decisiones movido simplemente por el miedo, escuchando a sus orejeros que son tanto o más cobardes que él mismo. En fin, he escrito muchas veces sobre esto y ahora solo me estoy repitiendo, pero creo que la invasión de Putin a Ucrania muestra de manera perfecta lo que pasa cuando hay falta de inteligencia.

En Rusia
En el video que encabeza esta entrada, que también puede verse en este link, Putin presiona, se ríe y pone en ridículo a su jefe de inteligencia, mientras lo escucha hace gestos de desagrado y tamborillea la mesa con impaciencia. No hay que analizar mucho para darse cuenta que lo considera un tonto, le pregunta si -en su opinión- Rusia debería reconocer o no las repúblicas del Dombass que declararon su independencia, pero se nota que la respuesta no le interesa, su decisión ya está tomada.

Si tienes como jefe de inteligencia a alguien que consideras un tonto y no te interesa su opinión, el hecho de haberlo nombrado en ese puesto y conservarlo allí es un acto idiota ¿quién en su sano juicio contrataría a un tonto para que lo aconseje? Bueno, la decisión que tomó Putin de invadir Ucrania fue una apuesta arriesgadísima y le está resultando horriblemente mal, pero sobre todo es una falla monumental del uso de la inteligencia.

A estas alturas las fallas de inteligencia son evidentes. La reacción prevista de los demás países fue espantosamente equivocada, la invasión aparece sin ningún objetivo estratégico, aparte de cubrirse de verguenza ante la opinión de todo el mundo, los soldados avanzan disparando a granel sin obtener nada aparte de mala prensa.

Esta es la primera guerra de la historia que se puede ver a través de las cámaras públicas y privadas de vigilancia en todo el mundo, con eso y el la cantidad de teléfonos celulares, el terrorismo y las emboscadas se facilitan enormemente. Pero sobre todo es una guerra simbólica, miren esta foto de Putin con sus generales a la derecha y el ucraniano con sus generales a la izquierda: el pasado y el futuro.

Esta guerra de imagenes se traduce en resultados. Por primera vez la Asamblea General de la ONU se reunió de emergencia luego del veto de Rusia en el Consejo de Seguridad, el resultado fue una paliza 141 votos a favor de la censura, 5 en contra y 34 abstenciones, entre ellas la de China, Cuba, Venezuela y Nicaragua.   

Alguien podría decir que las resoluciones de la ONU no sirven para nada y eso es cierto en un nivel superficial, ninguna resolucion va a impedir que Rusia siga con los ataques, sin embargo los resultados de esa votación sirven para ver -en caso de necesidad- con que países aliados puede contar: Belarus, Corea del Norte, Eritrea y Siria. No es mucho que digamos. Inclusive Serbia, uno de los aliados más tradicionales de Rusia votó por censurar a su antiguo amigo.

Todo por la falta de inteligencia. Ojo, que en Chile, donde han ignorado y destruído todo el aparato de inteligencia interna, podría pasar también cosas catastróficas, peores a las que ya pasaron