Mis amigos son unos atorrantes.
Se exhiben sin pudor, beben a morro,
se pasan las consignas por el forro
y se mofan de cuestiones importantes.
Mis amigos son unos sinvergüenzas
que palpan a las damas el trasero,
que hacen en los lavabos agujeros
y les echan a patadas de las fiestas.
Mis amigos son unos desahogados
que orinan en mitad de la vereda,
contestan sin que nadie les pregunte
y juegan a los chinos sin monedas.
Mi santa madre
me lo decía:
"cuídate mucho, Juanito,
de las malas compañías".
En fin, creo que ya tendrá tiempo de experimentarlo y verlo con sus propios ojos. Por mientras vamos al refrito
Los amistócratas (publicado originalemente el 19 de junio de 2006)
En algunas partes existe una poderosa aristocracia, que controla y dirige los hilos del poder, en otras partes es una burocracia la que manda, o una tecnocracia, hasta puede que exista algún lugar del mundo controlado por la meritocracia (lo dudo mucho).
Pero como Arica es única, acá la cosa es distinta, existe una amistocrácia que dirige cada cosa que pasa en la ciudad. La red social es tan grande y homogenea que no hay negocio que se mueva ni trámite que prospere si uno no está apadrinado por un amigo.
Existen dos niveles de atención para cualquier trámite: el amistócrata ("pase por aquí nomás") y el normal ("¿para cuando me dijo que lo quería?") y no es porque existan logias o círculos cerrados sino que la dinámica de la ciudad es así, las personas encuentran siempre puntos en común porque a pesar de los 180000 habitantes Arica sigue siendo un pueblo chico donde todo el mundo se conoce. Estos puntos en común son muchos: los barrios en que hemos vivido, el colegio adonde fuimos, los lugares donde hemos trabajado. Pero también hay algunos puntos aglutinantes donde todos finalmente se encuentran y se mezclan: la playa, los bancos, la calle 21 de Mayo, la Isla del Alacrán.
Es algo que nunca deja de asombrarme, cada cierto tiempo se me olvida porque se hace algo tan normal como el clima templado, pero después algo aparece que me lleva a asombrarme de nuevo. Ocurrió con ciertos trámites que he estado haciendo, resulta que tenía que contratar abogado y por supuesto fuí donde una abogado amiga, llegamos a la notaría donde también nos atendió una persona conocida y como necesitaba algunas firmas recurrí a otros amigos bien dispuestos a ayudar. Tenía que averiguar por el dueño de unos terrenos y casualmente mi amigo Daniel es parte de los que tienen la propiedad, luego necesitaba algunas averiguaciones confidenciales y un amigo de Daniel me sirvió mucho, en fin, ¡todos son gente conocida!.
Mas tarde venía entrando al Edificio Empresarial y en el ascensor me encuentro con un amigo que no veía hace años, de cuando trabajaba para los tribunales, vino la habitual pregunta de "que estás haciendo" y para tomarle un poco el pelo le dije que estaba cesante. Noté en la cara la procupación de mi amigo y casi pude leerle el pensamiento que me estaba buscando algún trabajo, le aclaré rapidamente que era una broma, ¡no vaya a ser cosa que me consiga algún trabajo, ahi mismo me mata!
La amistocracia en Arica pasa de generación en generación y no solo se trata de intercambio de favores, es que siempre aparecen puntos en común. Ayer estaba limpiando por fuera la casa rodante cuando se me acercan unos muchachos jóvenes que andaban en bicicleta, uno se me presenta y me dice que lee este blog y que me había mandado algún mail de saludo.
Y así nos pusimos a conversar un rato y de la conversación salió que eran sobrinos de mi amigo Humberto, el cubano que vive en Arica y me regalaba cigarros puros. En fin, les mostré la casa rodante y le pregunté que hacía, me dijo que había terminado de estudiar técnico en electrónica digital y estaba desempleado, lo anoté mentalmente. Cuando necesite contratar a alguien ahí tengo un técnico electrónico.
Lo más chistoso es que los hijos de mis amigos se van haciendo amigos del Tomás Jr. O sea que la amistocracia, igual que la aristocracia, es hereditaria. La única diferencia es que cuando un amistócrata se pone vaca, se corta la línea, de a una.
Pero como Arica es única, acá la cosa es distinta, existe una amistocrácia que dirige cada cosa que pasa en la ciudad. La red social es tan grande y homogenea que no hay negocio que se mueva ni trámite que prospere si uno no está apadrinado por un amigo.
Existen dos niveles de atención para cualquier trámite: el amistócrata ("pase por aquí nomás") y el normal ("¿para cuando me dijo que lo quería?") y no es porque existan logias o círculos cerrados sino que la dinámica de la ciudad es así, las personas encuentran siempre puntos en común porque a pesar de los 180000 habitantes Arica sigue siendo un pueblo chico donde todo el mundo se conoce. Estos puntos en común son muchos: los barrios en que hemos vivido, el colegio adonde fuimos, los lugares donde hemos trabajado. Pero también hay algunos puntos aglutinantes donde todos finalmente se encuentran y se mezclan: la playa, los bancos, la calle 21 de Mayo, la Isla del Alacrán.
Es algo que nunca deja de asombrarme, cada cierto tiempo se me olvida porque se hace algo tan normal como el clima templado, pero después algo aparece que me lleva a asombrarme de nuevo. Ocurrió con ciertos trámites que he estado haciendo, resulta que tenía que contratar abogado y por supuesto fuí donde una abogado amiga, llegamos a la notaría donde también nos atendió una persona conocida y como necesitaba algunas firmas recurrí a otros amigos bien dispuestos a ayudar. Tenía que averiguar por el dueño de unos terrenos y casualmente mi amigo Daniel es parte de los que tienen la propiedad, luego necesitaba algunas averiguaciones confidenciales y un amigo de Daniel me sirvió mucho, en fin, ¡todos son gente conocida!.
Mas tarde venía entrando al Edificio Empresarial y en el ascensor me encuentro con un amigo que no veía hace años, de cuando trabajaba para los tribunales, vino la habitual pregunta de "que estás haciendo" y para tomarle un poco el pelo le dije que estaba cesante. Noté en la cara la procupación de mi amigo y casi pude leerle el pensamiento que me estaba buscando algún trabajo, le aclaré rapidamente que era una broma, ¡no vaya a ser cosa que me consiga algún trabajo, ahi mismo me mata!
La amistocracia en Arica pasa de generación en generación y no solo se trata de intercambio de favores, es que siempre aparecen puntos en común. Ayer estaba limpiando por fuera la casa rodante cuando se me acercan unos muchachos jóvenes que andaban en bicicleta, uno se me presenta y me dice que lee este blog y que me había mandado algún mail de saludo.
Y así nos pusimos a conversar un rato y de la conversación salió que eran sobrinos de mi amigo Humberto, el cubano que vive en Arica y me regalaba cigarros puros. En fin, les mostré la casa rodante y le pregunté que hacía, me dijo que había terminado de estudiar técnico en electrónica digital y estaba desempleado, lo anoté mentalmente. Cuando necesite contratar a alguien ahí tengo un técnico electrónico.
Lo más chistoso es que los hijos de mis amigos se van haciendo amigos del Tomás Jr. O sea que la amistocracia, igual que la aristocracia, es hereditaria. La única diferencia es que cuando un amistócrata se pone vaca, se corta la línea, de a una.
Somos seres sociales, ... aunque algunos lo seamos menos de lo habitual :-)
ResponderBorrarHay abundante evidencia de eso y de la contribucion al bienestar mental y fisico.
Marcos Vasquez, curiosamente ingeniero, suele argumentar linkeando a algun paper cada pocas lineas. Para lo interesados en nutricion, ejercitacion, e incluso estoicismo vale la pena explorar sus publicaciones.
SObre la soledad https://www.fitnessrevolucionario.com/2016/06/18/peligros-de-la-soledad-y-como-nos-une-la-adversidad/
Pero como es que yo tambien sigo fitness revolucinario hace años, incluso Marcos tenia otra pagina de vida revolucionara, es un capo
BorrarSi, el sitio de Vasquez es muy bueno, aunque por su culpa casi dejé de comer pan, privándome de uno de los placeres que me van quedando.
ResponderBorrarEn un pueblo chico como Arica, la amistocracia todavía funciona y eso que todos más o menos se conocen o se ubican no es raro, aunque ha sufrido con la avalancha de inmigrantes. Buen link, grax
Si Rodrigo, MArcos Vasquez es muy coherente en lo que escribe, yo lo leí, vi algunos de sus viveos y después me arranqué, no fuera cosa que me convenciera de hacer una vida sana. Es muy bueno
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