Mi buen amigo Humberto Olea es una de esas personas extraordinarioas que he tenido la suerte de conocer por Internet, cuando peleábamos casi a diario en el grupo chile.soc.politica de Usenet. Incluso una vez, hace muchos años, nos juntamos en Arica conversamos cara a cara y nos tomamos unas buenas cervezas.
Pelicano -que era su nombre de combate en CSP- tiene diversos talentos, se licenció en filosofía y lenguas clásicas en la Universidad de Chile, sacó un magister en literatura hispanoamericana en la Católica y en la Chile nuevamente se doctoró en lo mismo, pero también es calígrafo, diseñador gráfico y varias otras cosas.
Afortunadamente no fue seducido por el mundillo académico que ofrece un alto sueldo y la seguridad vitalicia a cambio de una sumisión completa a los círculos de poder. En lugar de eso se convirtió en una especie de Llanero Solitario de la investigación, lo que a mis ojos lo hace un tipo admirable a pesar de sus excecrables ideas medio zurdoides. Pero bueno, vamos al punto, resulta que desde hace mucho tiempo fue seducido por el estudio de La Lira Popular y ha dedicado muchos años a eso.
Seguramente se preguntarán ¿qué diablos es la Lira Popular? Bueno, es algo curioso y muy chileno. Resulta que antes la política se hacía en versos, coplas y cosas por el estilo, las ideas se imprimían, unos pocos compraban el panfleto y luego se difundían de boca en boca. La gente necesitaba alguna manera de poder recordarlas y para eso se usaban las rimas, es mucho más fácil memorizar una rima que un texto en prosa, eso lo descubrieron en la Edad Media, cuando andaban los juglares transmitiendo las novedades, o tal vez mucho antes. Además la rima permitía conservar la integridad del texto, reduciendo la probabilidad de ser distorsionado al pasarlo de boca en boca.
En Chile durante siglos se practicó esa política en versos, décimas, cuartillas, coplas y todo eso. Uno de los aspectos poco conocidos de don Diego Portales es que fue publicista, editor y escritor de los buenos en periódicos y panfletos de la época, sus coplas eran ironicas e ingeniosas, en su tiempo era casi tan popular como periodista que como hombre de estado.
Así fue como durante muchos años hubo estos debates políticos en verso, que a veces terminaban en grescas o cárcel cuando a alguien se le pasaba la mano. En los años cincuenta, durante el gobierno de Gabriel Gonzalez Videla, los diarios recibían estos versos espontáneos y publicaban los mejores. Así fue como nació "La Lira Popular", donde escribían mayormente los comunistas para promover sus ideas, pero también para comentar la actualidad, hacer un poco de filosofía barata y cosas así.
Era un Chile donde había una lucha de clases -que dejó de existir hace rato- donde los patrones, oficinistas y obreros peleaban por sus intereses... verseando. Bueno, eran otros tiempos menos decadentes que los actuales, pero en fin, no vamos a entrar en lloriqueos.
Los versos de la Lira tienen su antecedente en los payadores. Cuando yo era chico tenía en mi casa una colección de libritos rojos que -si no recuerdo mal- eran de Raúl Silva Castro que me iniciaron en el vicio de la lectura y recuerdo el relato del duelo entre Don Javier de la Rosa y el Mulato Taguada, un clásico de nuestra historia popular que debría enseñarse en las escuelas en lugar de tanta basura inútil.
El Mulato Taguada era el mejor payador de la época, campesino de brillante ingenio y rápido para rimar apodado "el invencible", don Javier de la Rosa era un agricultor acaudalado y muy culto, también payador famoso. El comienzo que leí hace más de cuarenta años, todavía lo recuerdo, lo que muestra el poder que tiene la rima para memorizar un texto
(don Javier)
-¿Quién es ese payador
que paya tan a lo obscuro?
Tráiganmelo para acá
y lo pondré en lugar seguro.
(Taguada)
-Y ese paya'or, ¿quién es,
que paya tan desde lejos?
Si se allega para acá
le plantaré el aparejo
En fin, fue una paya que empezó pareja, pero poco a poco don Javier se las arregló para ir humillando y apabullando al mulato con su mayor cultura, haciéndole preguntas que no pudo contestar, la tradición dice que la paya duró ochenta horas y fue transcrita en el lugar. Después de perder el Mulato Taguada se ahorcó.
Mi primo Alejandro que vive en Brasil me manda el pdf de uno de los geniales libros de Renzo Pecchenino "Lukas" editado de manera póstuma por la fundación que lleva su nombre. Lukas fue un grande, que de manera análoga a la Lira Popular, relató y comentó al Chile de los años sesenta. El libro es un festín para los que vivimos y tenemos recuerdos de esa época, comenta cosas de nuestro país que muestran aspectos significativos y profundos de nuestra idiosincracia, lo pueden descargar de aquí.
Ese si que era arte puro, incluso una radiografía a los hechos históricos, una foto instantánea. Sobre Lukas, me encantaba como dibujaba, me inspiró muchas veces a hacer historietas o viñetas pero no pulí bien mi talento sino que hasta entrada la adolescencia.
ResponderBorrarLukas si sabia retratar los momentos históricos, mejor que un fotografo.
Se paso el Humberto , una exagerada meta cumplida con honores. Felicitaciones por el tremendo logro.
ResponderBorrarSolo espero que, en bien de su alma, no lo haya considerado como la actividad innobre, sino un placer :-)
Es un gusto repasar a Lukas y recordar esa epoca algo ingenua.Gracias por el link
DON TOMAS!,
ResponderBorrarBrindo para que la payadura no termine!
Tremenda obra del Olea!
Sobre Lukas, tengo el original
Un regalo de mi papá.
Gran dibujante Don Renzo!.
Él que me hiso vibrar
con los asertivos
Don Memorario y Florencio!
Aro aro aro, cuando me caigo me paro
ResponderBorrarYa me salió un payaor, el mentao don Centurio
Afímese usted mi señor, que no soy poeta espurio
Poeta espurio hay si y lo digo en elegante
porque si hay que ponerse roto
venga el burro y se lo plante
más cuidado tomasito, no salga con cochinadas
cuide el lenguaje po ñor, no va a dejar la cagada
Aro, aro, aro,
Segunda
Todita razón Centurio, el Pelicano es grandioso
que lo publique el Mercurio, muestra que nos es tan odioso
a sacar los cocodrilos y comprarle su libraco
Con felicitaciones de estilo, no hay copete pal pajarraco
Y Lukas, gran dibujante, filósofo de la viñeta
no puedo aguantar el desplante, venga el burro y te lo meta
¡Por Dios que amanecí grosero! Me desconozco señores
Que toda esta cosa vuelva a cero, antes que pase a mayores
¡Aro, aro, aho, dijo ña Pancha Lecaro!
(fin del minuto de confianza)
José, Lukas era completo, sus dibujos precisos y hermosos pero también tenía ideas y argumentos. En Chile normalmente hay ilustradores muy buenos pero casi sin argumentos, Lukas fue un fenómeno. Y lo mejor que se puede hacer para darse cuenta de lo bueno que es un dibujante es tratar de imitarlo. Con 30 años menos yo lo estaría imitando, demás jaja!
Anónimo, doy fe que don Pelícano es un hombre decente y de buenas costumbres, jamás se me ocurriría verlo dedicado a trabajar, como ciudadano de CSP está libre de ese feo vicio del trabajo.