Ahora le toca al portón

Sigue mi fiebre constructiva y ahora estoy dedicado a algo que me molestaba desde hace años. Siempre pensaba "cuando tenga un poco de plata voy a arreglar esta porquería, sin falta". Y bueno, resulta que ahora ando con un poco de plata y me estoy gastando hasta el último centavo en seguir con los arreglos de la casa.

Lo que me molestaba era el frente. Cuando me hicieron la bodega y el taller, el maestro dejó destruida la vereda, lo mismo que cuando me instalaron el portón original, entonces todo el frontis de la casa tenía la vereda de tierra, porque había sido destruida completamente.

Además el portón -que tenía seis metros de largo- pesaba toneladas, era colgante y al poco tiempo de instalado ya era imposible abrirlo. En caso de apuro -como cuando vendí el CRX- lo tuvieron que abrir con palancas de fierro y después volvió a quedar trabado. Era un asunto que me irritaba muchísimo.

Además lo había hecho con tablas de cedro, carísimas, pero no contaba con que el cedro es aceitoso y si no se mantiene de manera permanente, empieza a gotear el aceite y a mancharse. La cosa es que se veía feísimo.

Mi proyecto entonces era cortar el portón a un ancho de 3.5 metros, hacer una nueva estructura de fierro más firme, asentarlo con ruedas en el piso, prolongar el muro frontal en lo que saqué de portón, cambiar la puerta por una linda puerta de mara que había comprado durante otras vacas gordas y sobre todo pavimentar de nuevo la vereda y entrada del auto. Poquita cosa.

Todo eso lo hizo el maestro soldador con su hijo y otro maestro ayudante, en solo tres días ya tienen el 80% del trabajo hecho, cosa que me tiene muy contento.

Las tablas de cedro se las voy a pasar a mi amigo Fidel -el mueblista- para que trate de recuperarlas, esa madera roja es preciosa y creo que me vendría de perillas para forrar las vigas, hacer una cubierta de mesa o alguna cosa por el estilo.

En lugar de esa madera le pienso poner otra nueva o bien siding de fibrocemento texturado, que se ve bastante bien y es eterno. Además no es tan caro.

Es extraño, por una parte estoy ansioso por terminar, poder hacer un video de como quedó para mandarme un poco las partes y disfrutarlo. Sin embargo por otra parte se que cuando termine volveré a ser pobre y ya no podré entretenerme diseñando y discutiendo con los maestros.

A propósito de maestros, cuando uno construye con poco presupuesto no se puede dar ciertos lujos como buscar un contratista, que además de pagar a los maestros tiene que ganar su parte que no es poca, especialmente si se trata de un arquitecto, ingeniero o constructor civil necesitado de lucas para pagar el CAE que lo persigue.

Entonces uno mismo se tiene que convertir en contratista, inspector de obras y todo lo demás, esto tiene el riesgo evidente de cometer grandes errores pero también la ventaja que se puede hacer bastante más con la misma plata.

Encontrar buenos maestros es una ruleta rusa con toda clase de riesgos: algunos pueden ser ignorantes y chapuceros, otros pueden ser ladrones, insolentes, aprovechadores y etc. etc. 

Yo he tenido de todo eso pero en fin, son los riesgos del asunto y con el tiempo uno va desarrollando cierto ojo y amistades con gente que trabaja bien, cosa que es super valiosa.

Hay básicamente tres formas de contratar: una es pagar un jornal diario por día trabajado, que tiene la desventaja evidente que el maestro se puede demorar meses en algo que requiere solo días. Sin embargo para cierta clase de trabajos puede funcionar muy bien, por ejemplo en trabajos de pintura y yeso, que no pueden ser demorados.

La otra forma es pagarle por mano de obra vendida y uno mismo compra los materiales. No es un buen sistema porque uno se empieza a enredar con las cuentas cuando -de manera inevitable- el maestro empieza a pedir anticipos. Los trabajos mal hechos abandonados a la mitad después de cobrar muchos anticipo son caracterñisticos de esta forma de contrato.

Lo que a mi más me acomoda es contratar por obra vendida, llave en mano, suma alzada, etc. Es decir no se le da un solo peso al maestro hasta que el trabajo está terminado, ellos compran los materiales, pagan a su gente y todo lo demás, al entregar conforme el trabajo reciben su pago.

Esta forma de trabajar sale a veces más cara, porque el maestro está tomando el riesgo por los imprevistos y el riesgo hay que pagarlo. Además tiene que disponer de capital y hacer el trabajo lo más rápido posible.

Pero estos contratos por obra vendida tienen muchas ventajas para todas las partes, porque el maestro normalmente compra con grandes descuentos en el retail por ser cliente frecuente, así puede bajar sus presupuestos y subir su ganancia. Uno tiene la seguridad de un trabajo rápido.

Un posible inconveniente de esta forma de contratar es que para bajar sus costos el maestro uso materiales de menor calidad, por eso hay que especificar muy bien lo que queremos. Creo que esa es una especie de sello de calidad porque los maestros buenos trabajan casi siempre en esa modalidad.

Lo que nunca jamás hay que contratar es -por ejemplo- a un inmigrante o alguien desempleado que no tiene herramientas. Me pasó con unos venezolanos que aseguraban ser expertos, pero no tenían ni siquiera un maldito martillo, tampoco sabían trabajar y eran muy insolentes, desastre total pero experiencia. nunca más.

Como toda regla eso también tiene una excepción. Para trabajos simples como cargar, picar suelo, pintar, limpiar y cosas específicas puede funcionar muy bien, la regla de oro en este caso es JAMÁS dar un anticipo: trabajo entregado y trabajo pagado, ni un centavo antes.

En fin, calculo que me voy a gastar unos 20 mil dólares entre pitos y flautas. O mejor gastaré solo 15 mil y dejaré guardados 5 mil por si las moscas. El que guarda siempre tiene, y si hay que guardar, yo siempre voy por el dólar.