20 enero 2009

Adam Smith y la simpatía


La entrada anterior contra la compasión me llevó a revisar cosas escritas por los utilitaristas cuyas ideas me gustan mucho, justo al medio entre la especulación vacía de los antiguos y la ingenuidad de los racionalistas. Existe una corriente de pensamiento de los que tienden a ver las cosas como parecen ser y no como les gustaría que fueran, esta corriente ha tomado varias formas desde los hedonistas, cínicos, estoicos y finalmente los utilitaristas que son, yo creo, como un último eslabón de una forma de pensar más práctica antes que especulativa.

Stuart Mill, Bentham (el del Panopticón),Espinoza y el gran proto-utilitario Adam Smith profeta, para muchos de una autoridad solo ligeramente inferior a los de la biblia (Galbraith), fueron notables ejemplos de utilitarismo y están en la base de las ideas neoliberalistas que tanto obsesionan al compañero Evo.

De Adam Smith hay dos libros fundamentales: la Teoría de los Sentimientos Morales y lla Riqueza de las Naciones, algunos han escrito que ambos libros son contradictorios En los Sentimientos Morales, atribuye nuestras acciones a la simpatía; en su Riqueza de las Naciones, las atribuye al egoísmo (William Buckle, Historia de la Civilización de Inglaterra). Sin embargo esta contradicción parece que es solo aparente, Smith siempre afirmó que nuestras acciones reponden al egoismo en sus distintas formas, lo interesante es el papel que le da a la simpatía.

La simpatía según Adam Smith es como un árbitro imparcial, que aprueba o desaprueba nuestras acciones, es un concepto curioso pero bastante real, nosotros aprobamos o desaprobamos muchas cosas por simpatía, pero más que un árbitro imparcial creo que la simpatía es bastante instintiva. La simpatía no obedece a razonamientos, simpatizamos con la derecha o la izquierda, con los introvertidos o los extrovertidos, muchas veces simpatizamos con gente que racionalmente nos parece detestable. Nuestras simpatías también cambian a medida que va cambiando nuestra experiencia, eso daría cierto apoyo a la idea del juez imparcial, aunque raras veces racional, que llevamos adentro.

La simpatía es algo muy curioso y -al menos en mi caso- tengo muchas simpatías inexplicables hacia gente que, teoricamente,  debería despreciar, lo que revela que no soy un tipo de convicciones muy firmes. ¿Por que alguien nos cae simpatico mientras a otros no los pasamos? es un misterio tan profundo como el del huevo y la gallina, yo no tengo explicación. Claro que hay gente de convicciones firmes y que tiene muy claro quienes le caen simpáticos y quienes no, generalmente esos son los pelmazos, limitados, muchos de los cuales a mi me caen muy simpáticos.

Que raro eso de las simpatías, lo relaciono con afecto, cariño instintivo, agrado, atraccción. Una persona simpática para mí no es alguien perfecto ni alguien que piense parecido a mi, sino que me produce afecto instintivo con todas sus fallas incluídas. 

Adam Smith escribió que el egoismo es el motor de nuestras acciones y -tal como Maquiavelo- ha sido interpretado superficialmente en este punto, la idea no es nueva, incluso el progresista Galbraith la explica así: : 

"Esta es, quizás, la única ley económica que nunca ha sido discutida, y ello por la razón de que nunca ha tenido una excepción importante. La naturaleza humana puede ser una cosa infinitamente variable. Pero tiene constantes. Una de ellas es que, ante una alternativa, cada cual guarda lo mejor para si mismo, y también para aquellos a quien quiere más"

El egoismo descrito por Adam Smith no es el de un depredador agresivo que busca perjudicar a los demas sino que algo mucho más obvio, que las personas al momento de elegir siempre buscan en primer lugar su propio bien y el de los suyos. Algo tan obvio pero que es negado con furia por religiosos y humanistas. Smith balancea el egoísmo propio de la naturaleza humana con la simpatía, un afecto desapegado, desinteresado que también es parte del bienestar personal. Ojo con la simpatía, recordemos que muchas cosas que creemos lógicas son solo racionalizaciones de lo que nos cae simpático o antipático. 

Pero en fin, demasiada filosofía barata, es hora de cerrar este ciclo para dedicarnos en adelante a comentar sobre cosas más serias e importantes como lo bueno que queda el melón con vino.

2 comentarios:

  1. En relación a un aspecto personal, que podría aplicarse a lo que comentas, pienso que la mirada objetiva es esencialmente simultanea y sintética.

    Bromeando en Facebook con mis “amigos” (esta red social se ha convertido para mí en una fragua de actitudes, humor y experimentación desenfadada) decía que objetivamente hablando, el vaso no esta ni solamente vacío, ni solamente lleno; lo que pasa es que ambas cosas ocurren a la vez. Ergo, al parecer algo que es aparentemente tan obvio, en lo personal no me resulta así; siempre se dice (se predica) que hay que actuar con optimismo, y ver la mitad llena en vez de la vacía (esto ya apesta de tanto que se cita). Al parecer lo que hay que hacer es aceptar la simultaneidad de hechos subjetivos convergentes, teniendo la sabiduría necesaria para saber elegir los eventos pertinentes de la infinidad (de hecho son infinitas) de maneras de ver las cosas.
    El vaso medio lleno está medio vacío también, así como un hombre, un individuo, es egoísta y generoso a la vez; puede ser egoísta en ciertos contextos, y extremadamente generoso en otros; es infantil pensar que puede ser coherente que un hombre sea de una sola línea absoluta; esta premisa es falsa, y creo que inclusive es agresiva e impertinente, pues quienes predican esto se la llevan emplazando a los demás en relación a la coherencia en las acciones, cuando para medir cada acción por separado no podemos llegar y comparar un arrojo en tal situación con un amedrentamiento en otra.

    Para los fanáticos de las ideologías (de cualquier bando) resulta fácil y torpe pensar así; solo aplican como molde la ideología que escogen y la aplican tanto sea a la revolución de los planetas alrededor del sol como al enamoramiento de la hija.

    Sería mi pie inicial para esta discusión (si es que se extendiera más allá)

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  2. Pero te hago notar que el egoísmo en la visión de Smith no es opuesto a la generosidad (como han colocado mañosamente los curas y humanistas varios) de hecho se puede ser generoso por motivos egoistas y asi ocurre normalmente.

    O sea poner egoísmo y generosidad como opuestos y excluyentes, como lleno o vacío, es una deformación.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
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Will you still need me, will you still feed me
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