29 abril 2009

Plegarias atendidas


Y se terminó el verano, ayer fue el día de umbral como cuando nos miramos al espejo y nos damos cuenta de lo viejos que estamos. Amaneció nublado, también hoy y aunque hace calor tenemos ese cielo color ratón que tanto detesto. Cuento mis años en veranos, así es que un verano menos, snif, snif.

Para un tipo como yo, ya sin ambiciones, me divierte revisar las encuestas y entrevistas a los alumnos del liceo que planifican su futuro cuidadosamente. Igual alguna vez pensé que con una pofesión, una casita y un autito la felicidad llegaría envuelta en papel de regalo para el resto de la vida. Y así fueron felices y comieron perdices, esa es la frase con que terminan los cuentos. Nada de eso, la felicidad no existe, o al menos no tiene nada que ver con como la imaginamos. Cuando somos realmente felices ni nos damos cuenta, solo la disfrutamos después, en el recuerdo.

Lo mismo pasa con las cosas materiales, cuando me compré mi primer auto, un VW escarabajo, fue un salto cuantico porque jamás había soñado con que algún día tendría mi propio auto, eso estaba fuera de todo cálculo, recuerden que en los setentas solo un médico o un abogado tenían su citroneta, a lo más un Fiat 600, de pronto yo que no tenía en que gastar la plata, me encontré con que había ahorrado lo suficiente para comprarme un auto y ahí estaba, en la notaría firmando papeles y con las llaves en la mano aunque ni siquiera sabía manejar. ¡Como han cambiado las cosas desde esos años! sin embargo no recuerdo haber estado muy feliz en esos momentos, a lo más un poco aturdido por la impresión.

Ahora cualquiera tiene uno o más autos, sin embargo no parece que la gente sea más felíz con eso, las cosas nos dan placer cuando las deseamos pero después de tenerlas uno piensa bah, ¿y eso era todo?, lo que parecía un placer pasa a ser una necesidad y solo nos sirvió para sufrir cuando -por ejemplo- perdemos el auto y tenemos que andar a pata.

A mi siempre me gustaron los autos, cuando chico iba al antiguo garage de la Moneda, frente a la puerta de Morandé 80 a admirar el Galaxy 500 que todavía se usa en los desfiles, los tipos me ubicaban y me dejaban ir a ver los detalles que después dibujaba cuidadosamente. También había un Bentley de la embajada del Reino Unido y un Austin Healey que eran mis sueños dorados. En 1983, cuando estaba en Hong Kong con mi amigo Antonio decidimos salir de fiesta la segunda noche y había que hacerlo a lo grande, arrendamos un Rolls Royce que allá funcionan igual que los taxis, solo que un poco más caros, siempre había soñado andar en un Rolls, al final no era gran cosa, como pasa siempre, es mejor cuando uno se lo imagina.

Truman Capote, el escritor que nunca me ha desilusionado, escribió un libro llamado Answered Prayers, haciendo referencia a santa Teresa de Avila "las plegarias atendidas causan más lágrimas que las que quedan sin escuchar" muy cierto, hay gente que tiene la mala suerte de que todas sus plegarias sean atendidas.

4 comentarios:

  1. Hola Tomas,

    totalmente de acuerdo. Yo incluso atesoro un momento de felicidad cuando más mal lo pasaba. Y precisamente en Arica. Recuerdo que un día de franco (época de servicio militar), nos preguntaron a los sureños si teníamos donde quedarnos, si no, de vuelta al regimiento. Dije que si, pero no tenía donde caerme muerto.
    Cuento corto, después de bagar por la disco y conocer un par de personas, me fui a dormir toda la mañana y tarde a la playa Chinchorro, debajo de unas palmeras, muerto de hambre y sed.
    Pero ese fue el día más libre, azul y relajado de mi vida. Como buda accediendo al Nirvana!
    :-)
    Saludos

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  2. Hola Tomas
    Saludos de tu colega peruano. Yo también amo el trabajo.

    Particularmente, desde que ví un
    mustang del 71, no me lo saco de la cabeza. Y de Truman Capote, tiene un par de cuentos que me gustan y dos novelas que siempre releo, "Desayuno en Tiffany's" y "Música para Camaleones". Buenazos.

    A propósito, amerita un post sobre esta extraña situación que vive el mundo, conspiración?

    Joaquin

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  3. Hey Ruben a mi me pasa exactamente lo mismo, las cosas que recuerdo con más cariño en su momento no las he apreciado, los años de la universidad, de Inacap, la Zofri, las aventuras en Tacna y tantas otras cosas, pero en fin, lo mejor es mantenerse entre la pura esperanza y la nostalgia jaja!

    Pero Joaquin hombre, como puedes decir que AMAS el trabajo, esa maldición bíblica jaja, cuando uno disfruta trabajando ya no es trabajo, es pura diversión.

    La teoría de la conspiración la he escuchado varias veces hoy día, que curioso, la gente se pone irracional cuando siente miedo, me acordé de la novela esa de Camus "La Peste". Un abrazo compadre.

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  4. Ah Capote, que buen escritor, un Relato de Navidad, A sangre Fría, Plegarias Atendidas, Desayuno en Tiffanys, Música para Camaleones, Pequeños Ataudes de Madera, Vueltas Nocturnas, ni un solo libro malo, ni uno

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"