Estaba releyendo el interesante libro de Norberto Ceresole "Caudillo, ejército, pueblo. La Venezuela del presidente Chavez" donde se postula que en América Latina estaría surgiendo una post democracia, un sistema basado en caudillos con apoyo del ejército, refrendados periódicamente por el pueblo mediante plebiscitos. Las razones de esta post democracia son lo que todos conocemos: la descomposición de las instituciones, un problema que ha estado siempre presente en las democracias formales de América Latina.
El libro fue profético, escrito mucho antes que este sistema se popularizara con mayor o menor éxito a otros países como Bolivia, Ecuador, Argentina y el intento de Zelaya en Honduras. La descomposición de las instituciones en democracia es un fenómeno común en nuestro continente, solo revisando la historia de Chile se observa una montaña rusa que nos ha llevado de gobiernos autoritarios a anarquías en ciclos perfectamente reconocibles. En otros países de América Latina la cosa ha sido aún peor, el peronismo en Argentina hundió a un país con capacidad para ser potencia mundial a una sucesión de defaults, golpes de estado y democracias corruptas, parece que es nuestro síndrome.
Lo más difícil es dejar el poder, pregúntenle a Fidel Castro nomás. No es un asunto de algún sector o idea política, nadie se resigna a dejar por su propia voluntad una posición de poder con todos los beneficios que trae. Los derechistas Fujimori, Menem, Uribe, en su tiempo pensaro que lo estaban haciendo tan bien que habría sido una deslealtad con el pueblo no hacerse reelegir indefinidamente, en eso se parecen a los izquierdistas Chavez o Evo Morales, solo cambian los discursos pero las intenciones son las mismas. Todos somos rapaces y vanidosos: lo mismo Ghandi que Stalin, tenemos hambre de reconocimiento y nos encanta rodearnos de privilegios y aduladores, como escribió Goethe "el que no tenga vanidad más vale que se ahorque".
En América Latina hay una fiebre por eternizarse en el poder de manera descarada (Chavez, Morales, Correa, los Kirchner) o más cosmética, como ocurrió con el PRI en Mexico o la concertación en Chile. Todos usan la democracia para dar una apariencia de legitimidad a su codicia, la gente furiosa participa cada vez menos en el sistema político, corrupto y perfectamente arreglado para que siempre se repitan los mismos, ese desprestigio de los políticos favorece a los caudillos, en fin, parece que no hay solución.
Lo malo es que mantenerse en el poder es costoso y el costo lo pagamos los contribuyentes. La cadena de bajo crecimiento y alta cesantía en Chile durante los últimos años es consecuencia directa del costo que ha tenido que pagar la concertación para mantenerse gobernando: compra de votos, pago de favores políticos, financiamiento de propaganda de campañas. La presidenta Bachelet en Chile bate todos los records de popularidad a la mano con el "gasto social" que bajo distintas excusas ha alcanzado los niveles más altos.
Malgasto social debería llamarse, porque usar la plata que les cayó del cielo con el precio del cobre en regalar casas, pensiones para los que jamás ahorraron, prestaciones de salud gratis garantizadas y tantas otras formas de cohecho encubierto, tienen un efecto desastroso sobre la productividad. La gente se acostumbra rapidamente a exigir esta avalancha de nuevos derechos, el gobierno, sabiendo que no los podrá mantener en el tiempo trata que los privados se sumen a este reparto de beneficios no retornables, pero nadie regala su propia plata de buena gana, así es que después de cada generosa ley laboral sube automáticamente la cesantía, es más que lógico, cuando contratar a alguien deja de ser un negocio simplemente no se contrata y los negocios se cierran. Solo el estado puede regalar plata alegremente, porque es plata ajena, la propia nadie la da con gusto.
Al final las historias se repiten, en Grecia, Roma, la Edad Media, siempre lo mismo: grupos que tratan de eternizarse en el poder como sea y terminan arruinándolos a todos, luego todo parte desde cero. Tal vez una solución como la lotería de Babilonia de Borges podría funcionar, o un buen dictador pero eso es casi tan difícil de encontrar como una buena democracia.
No hay por donde, la democracia nos ofrece libertad y autogobierno, pero su tendencia natural es hacia el autoritarismo y la acumulación de poderes en camarillas igual que las dictaduras. Las hormigas, que nos ganan en evolución con muchos millones de años de ventaja han pasado por casi todas las formas de organización social, desde la completa anarquía al modelo fascista que es actualmente el más extendido, aunque todavía quedan grupos pequeños muy arcaicos que conservan la organización anárquica, pero eso solamente cuando las colonias tienen pocos individuos. Parece que el achoclonamiento nos lleva inevitablemente hacia alguna forma de dictadura.
Creo que esta última versión del populismo fue alimentada por el boom de los comodities (Mientras China torna al capitalismo global, nuestros socialistas de trasnoche financian sus revoluciones vndiéndole materias primas!) Y que colapsaran mas tarde o mas temprano, Chavez inclusive. Bolivia es la que pasa una situación más peligrosa; el indigenismo hace una prédica de odio, enfrente suyo tiene sectarios y racistas también, no se dónde van a terminar.
ResponderBorrarCierto, la plata dolce de los commodities ha financiado la llegada al poder de la mayoría de los caudillos y el sostenimiento de su popularidad. Lo que no estoy tan seguro es si se van a ir cuando se acabe la plata, los países no quiebran y los problemas económicos son un buen pretexto para decretar facultades extraordinarias, reprimir la oposición, exigir más sacrificios, todo en nombre de la patria. Es cosa de ver a Cuba nomás. Ojalá me equivoque.
ResponderBorrarBolivia tiene una larga historia de revoluciones y polarización, un amigo de allá me comentaba sobre lo mismo "estamos acostumbrados, por algo la casa de gobierno se llama
Palacio Quemado" son varios países en uno y la estabilidad es muy rara por allá. Indigenistas fanáticos, racistas y entremedio toda la masa de gente normal que se desplaza atraída por uno u otro extremo.
Pero en cuanto retome el ritmo de la economía, el Oriente boliviano va a tomar vuelo por su economia agrícola, pero la extracción gasífera, petrolera y minera de la que depende el Estado boliviano para hacer robin-hood-ismo va a seguir decayendo, porque no quieren invertir. Vendrán (ya estan viniendo) las nacionalizaciones, pero serán manotazos. No habrá inversión nueva, habrá fugas de capital. Ya vimos eso tantas veces. Entonces un oriente rico soportará semejante carga? las tensiones autonómicas van a recrudecer.
ResponderBorrarSi, pero tienen la geografía muy complicada. Para Chile no podrían pasar sin atravesar el altiplano, el Oriente Boliviano está encajonado entre la enorme pared que sube hasta el altiplano y la selva brasileira. Creo que hacia el Brasil las vías son principalmente fluviales lo que también tiene sus complicaciones. En fin, Bolivia es un ejemplo típico de esos países que nuestros "libertadores" dibujaron en un mapa sobre territorios que conocían apenas, ahora se ven las consecuencias.
ResponderBorrarcada vez que la cosa se comienza a ver plana la cosa , es bueno recurrir a su pluma para salir al menos del aburrimiento que produce visualizar la cascara de la realidad de nuestra sociedad actual con la facilidad de su punto de vista.
ResponderBorrarPero , bajo esa cascara bulle una actividad febril y autocomplaciente , encausando los recursos del estado a las mas diversas e inimaginables areas que ,a lo menos causa asombro.Dejando las promesas de "proteccion social" en un lindo espectaculo de pirotecnia, pues se trata de espejismos e ilusiones,los verdaeros recursos fluyen como cloacas interconectadas que "mezclaos" con los intereses y recursos privados bailan "todos manoseaos".
Anónimo, yo creo que la protección social si funciona muy bien... lo único malo es que los protegidos son los funcionarios del estado y sus familias, ¡y con la plata nuestra!
ResponderBorrarAh diablos, "siglo veinte cambalache"