Otra vez con los monos

Y volvió mi querida suegra del hospital con dos clavos más aparte de los que le pusieron en el pie no hace mucho tiempo, estuve viendo las radiografías y se quebró el hueso en dos partes, ya la operaron y ahora está enyesada en la casa. Que porquería son las enfermedades y accidentes. La cosa es que ahora la señora ahora tiene más clavos que Jesucristo.

Los días pasan improductivos y aburridos, ayer fui a una reunión donde los dueños de un colegio daban su discurso inaugural a los profesores, me acordé que Chile es como un fundo de Talca con patrones abusadores e inquilinos ladrones. Unos tremendos discursos sobre la competencia que se avecina en la educación y que los empleos de los profesores estarán en peligro, mientras los profesores por su parte se comprometían a ponerse la camiseta del establecimiento.

Es todo mentira, a los dueños solo les interesa exprimir un poco más el limón pagando lo mismo o menos. Y a los profesores seguir ganando el sueldo haciendo lo mismo, o menos de ser posible. Todo adornado con lindos discursos, estamos fritos. Lo peor es que se creen sus propias mentiras, se sienten satisfechos de que lo están haciendo muy bien y están convencidos de que la culpa es de los otros.

Falta formalidad, falta disposición a arriesgarse, falta aprender a cumplir con los compromisos y faltan ganas de diferenciarse. Están demasiado cómodos y lo único cierto es que va a llegar la competencia y se los va a comer mientras siguen dedicados a hablar bonito. Ahora entiendo por que dicen que es muy fácil diseñar estrategias pero muy difícil implementarlas, lo que pasa es que nadie quiere cambiar, prefieren hablar del cambio. Enojado me fui de la reunión sin despedirme de nadie, mejor hacer algo más productivo, como cortarme el pelo por ejemplo.

Me iba a cortar el pelo pero todas las peluquerías estaban repletas con lo de la vuelta al colegio.Nunca había visto algo parecido: la gente haciendo fila para que les corten el pelo. A los que nos estamos quedando pelados, como dijo una vez Jaime Guzman, debemos ir a la peluquería más seguido porque las cuatro mechas se desordenan con extrema facilidad. Voy a esperar que pase el frenesí escolar y buscar una peluquera con sex appeal como me enseñó mi amigo el Matute, a ver si eso me arregla el día.

Por si no se ha notado hoy ando de mal genio, esa maldita reunión me cortó la leche porque me dí cuenta que todo lo que hice fue por nada, ah diablos. Hasta mañana.