Mejor es morirse de una

Recién terminé un curso sobre la crisis de la Eurozona de Tyler Cowen y Alex Tabarrok, los mismos profesores del curso Development Economics de la Marginal Revolution University. Ambos son economistas de primera, Tabarrok es profesor de la Universidad George Mason y Cowen columnista del New York Times. Están entre los economistas más influyentes y su blog Marginal Revolution es excelente.

La Marginal Revolution University es un emprendimiento de Cowen y Tabarrok atendido por sus propios dueños, donde uno puede aprender, opinar y meter la cuchara, todos los comentarios son leídos por ellos y a veces hasta contestan algunos. Creo que es una gran oportunidad tomar estos cursos gratis con economistas de ese nivel.

El curso es cortito (20 videos que totalizan más o menos una hora y media) pero va directo al punto y los profesores no se miden en lo que dicen ni hacen muchas concesiones a la corrección política, a veces no he estado de acuerdo con lo que dicen pero creo que sus opiniones son completamente independientes y reflejan exactamente lo que piensan. Eso es un mérito en estos tiempos que todo el mundo parece trabajar como portavoz de alguna persona o grupo de interés, especialmente los economistas.

En el curso identifican tres causas distintas para la crisis de la Eurozona: primero la insolvencia de los bancos privados por culpa de burbujas especulativas que los han dejado sin ni uno, esto principalmente en Irlanda y España. En el mismo sentido la crisis fiscal en Grecia, con el gobierno gastando enormes sumas ha causado problemas también a los bancos privados porque nadie quiere tener su dinero en Grecia.

La otra causa que mencionan son los desbalances entre economías fuertemente exportadoras (principalmente Alemania) y las economías de la periferia (como llaman a Grecia, Portugal, España, Irlanda, Italia) que son principalmente importadores. Esto causa que los flujos de capital, que antes fluían a Grecia y los otros de la periferia, han arrancado de vuelta hacia Alemania.

Y la tercera causa es la crisis fiscal donde casi todos los gobiernos europeos han estado gastando más dinero del que pueden recaudar. Países como Italia -que tiene las mejores posibilidades de recuperarse dentro de los periféricos- debe el 120% de su PIB. Para solventar los enormes gastos han recurrido a endeudarse porque los otros dos caminos: subir los impuestos o bajar el gasto público son inviables en la práctica. Como tienen que amortizar la deuda y no recaudan lo suficiente se siguen endeudando -esta vez para pagar la deuda- es una situación que lleva rápidamente a cualquier persona o cualquier país a la insolvencia.

La union monetaria en base al Euro empeora las cosas en el corto plazo, porque los gobiernos no pueden emitir nuevos billetes pagando con inflación, el Banco Central Europeo tiene en su carta de fundación la misión principal de buscar la estabilidad de los precios. Eso es lo que diferencia a Europa de los Estados Unidos, donde Bernanke emite dólares como loco hasta el momento que se rompa el dique, la gente se de cuenta que el rey está desnudo y se desate la inflación.

En América Latina conocemos esa historia perfectamente, occurió lo mismo en Chile durante los setentas, en  Perú y Bolivia durante los ochentas, en Argentina los noventas, exactamente lo mismo. Nosotros somos los expertos en hiper inflación y default. Y el único remedio que ha funcionado es la política del shock. Ahora está pasando a los desarrollados: Estados Unidos y Europa.

Estados Unidos ha seguido el camino de Argentina, confiando que por su tamaño nunca llegará al default. Puede ser, pero las consecuencias de no pagar las deudas son siempre durísimas. Las finanzas a nivel de personas como a nivel de país se basan en confianza, cuando alguien se desacredita sufre un golpe que lo puede acompañar siglos. Muchos creen que Argentina zafó sin consecuencias del default y las sucesivas políticas de lumpen que han tenido sus últimos gobiernos. No es así, en Argentina ha ocurrido un terremoto blanco del que poca gente se da cuenta, el país destinado a ser el más importante de América Latina y una de los mayores economías del mundo ya no se recupera, por lo menos en un par de generaciones más. No tiene como.

Y esa misma agonía lenta y penosa es la que le espera a los Estados Unidos, yo prefiero morirme de un infarto que agonizar durante años con una enfermedad degenerativa. La muerte lenta no tiene ninguna gracia y todas las vivezas criollas a las que se acostumbró USA y algunos países de Europa no le servirán de nada en el mediano plazo, aparte de alargar la agonía y el deterioro. Quien iba a imaginar que los países desarrollados se portarían como banana republic, unos años atrás yo ni lo hubiese imaginado.