16 julio 2015

Conversar con los amigos. Sobran temas


Veo en la barra lateral de este Templo del Ocio que llevo 3522 entradas publicadas, cuando llegue a las 3650 (un poco menos si consideramos los años bisiestos) tendré el equivalente a 10 años publicando una entrada todos los días ¿de donde sacaré tantas tonteras para publicar?.

Ni yo mismo tengo idea, pero me he dado cuenta de algo muy curioso: nunca he podido pensar en que cosa voy a escribir antes de hacerlo, es decir, a veces tengo en mente algún tema en general -aunque casi siempre se me ocurre en el momento- pero las pocas veces que he tratado de pensar que cosas voy a escribir no hay caso, no me puedo concentrar y al final se me olvida todo, obligado a escribir otra cosa.

La redacción es solo un truco, o una serie de trucos, que permiten hilar cualquier historia. Todo el mundo puede escribir con un mínimo de conocimientos, tal como todos podemos sentarnos en un bar con los amigos y conversar sobre cualquier cosa. Las entradas de este ocioso blog son exactamente eso, me siento a escribir y pongo las primeras cosas que se me ocurren tal como si estuviera conversando.

Curiosamente para hablar soy bastante malo y la mayoría -si no todos- de mis amigos y conocidos me consideran medio tontito. Lo que no me cuesta nada escribir, me produce serios problemas hablarlo: se me atolondran las ideas, no puedo articularlas y por eso prefiero hablar poco y pasar por tonto. Además cuando hablo muchas veces se me salen verdaderas estupideces de las que después me averguenzo.

Cuando hago clases o doy una charla en público ensayo muchas veces lo que voy a decir porque se que no soy bueno hablando ni interactuando con otras personas, de allí viene mi fobia a hablar por teléfono o incluso usar cualquier clase de chat o conversación donde tenga que interactuar, son cosas que me ponen muy nervioso. Que rara es la mente.

Otra cosa es escribirlo, fíjense bien, no he colocado nada interesante todavía y ya debo llevar unas 300 palabras, tal vez más. Algo tan trivial como que me pone nervioso hablar, me ha dado tema para escribir un montón de palabras.

Todo es tema, creo que podría hacer un ensayo sobre el gato y el perro de la casa, sobre las manías de mi querida suegra, el gusto por las aventuras, las distintas formas de emborracharse o conseguir algún estado alterado de conciencia, en fin, los temas son infinitos y si bien es cierto que repito muchos no es porque me falten sino porque son asuntos que me gustan o que me interesa hablar un poco más de lo mismo.

Hace años Enrique Dans escribió en su blog que "no se blogea con la cabeza sino con los pies" el párrafo completo es este:

No me refiero, obviamente, a que teclees con tus extremidades inferiores – dejarías el teclado hecho una pena – sino a que un blog no puede construirse con lo mucho que su autor sabe, tiene en la cabeza y decide compartir en una página web. Eso, por muy vasto y amplio que sea el conocimiento, se agota en poco tiempo, y se empieza a entrar en la dinámica de “¿y hoy de que diablos escribo?”, en el “escribir por obligación” y en el verlo como una carga incómoda, sensaciones que son invariablemente el preludio de la muerte de un blog por inanición. Se bloguea con los pies, con lo que caminas cada día, con las noticias y sitios que recorres, con las experiencias por las que pasas. Ese componente de “diario” es fundamental, y consustancial a la naturaleza original del blogging. Y se vincula, por supuesto, todo aquello que contribuyó a darte la inspiración.

Yo al menos creo que esa idea es un gran error, no estoy de acuerdo para nada porque en mi experiencia personal, escribir para el blog -que en principio fue solo para soltar la mano, porque necesitaba afinar un poco mi redacción- es simplemente una diversión, algo tan divertido como juntarme a conversar con los amigos. Y tal vez mejor, porque yo elijo los temas y hablo de lo que se me da la gana. Si no fuese divertido y si alguna vez se convierte en uan especie de carga eso de preocuparme por el "tema", ese mismo día lo dejo botado y no escribo más.

Y así, conversando, se me pasa el rato,  hoy ha sido uno de los días más improductivos del año. En realidad iba a escribir algo totalmente distinto pero que diablos, lo dejaré para mañana o pasado mañana.

6 comentarios:

  1. No eres el único al que le pasa. tengo un blog también en el cual hablo de mi deporte (Airsoft) y cuando quiero redactar algo, o me interrumpen, o me baja la procastrinacion, o se me enreda el tema y al final lo dejo en calidad de borrador.

    A veces me limito a "copiar y pegar" pero cuando son artículos en inglés, copio, traduzco y pego.

    ResponderBorrar
  2. jaja o escribes algo y no te gusta como quedó, hasta ahi nomás. Igual me ha pasado!

    ResponderBorrar
  3. Creo que todos los que escribimos nos pasa eso. A mí incluso me pasa con los comentarios, y también pasa porque de repente uno se pone a pensar en muchas cosas a la vez y ¡pum! te bloqueas.

    ResponderBorrar
  4. A mi su blog - o sea, su estilo de escritura - es el único que atrapó en el tiempo.

    ResponderBorrar
  5. Frx ¡me tupí! no se me ocurre que contestarte jajaja

    Ulschmidt, tal vez la falta de tema también sea entretenida, generalmente cuando nos juntamos a conversar entre amigos (digo, en persona) tampoco fijamos un tema de antemano y hablamos igual lo primero que se nos viene a la cabeza :D

    ResponderBorrar
  6. Dicen que a veces las cosas improvisadas son mejores :D.

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"