NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
28 mayo 2016
Grandes Borrachos 3: Karl Marx
Continuando con mi serie de borrachos célebres, esta vez veremos la historia etílica de don Marx, el fundador del comunismo. Si señores, aunque ustedes no lo crean, don Carlos Marx y su amigote Federico Engels chupaban como esponjas, incluso se dice que el Manifiesto Comunista lo escribieron estando borrachos como cuba. Aunque no hay testigos que confirmen esto último, la historia de Marx como un notable borrachin es seria y bien documentada. Veamos.
Después de empezar con muchos bríos sus estudios en 1835 en la Universidad de Boon, Marx comenzó a ponerse un tanto distraído, especialmente después que fue nombrado co-presidente de la taberna universitaria. Incluso llegó a estar un día preso por "conducta escandalosa de borracho".
Este período salvaje le duró un año y obviamente lo echaron de la universidad, luego su padre lo transfirió a la Universidad de Berlin, donde finalmente se dedicó a estudiar en serio, aunque sin dejar de ponerle entre barba y bigote grandes cantidades de cerveza cuando hacía sus tour de borrachera por los pueblos cercanos a Berlin.
En 1844 Marx y Engels se juraron amistad eterna durante los llamados "10 días de chupatera de cerveza". Otro compañero de juerga de Marx fue Edgar Bauer, con quien hizo sus tour de borracheras en Inglaterra "tomando un trago en cada uno de los bares que hay entre Oxford Street y Hampton Road. Para aquellos que no están familiarizados con la capital de Inglaterra en el siglo 19, ese fue un plan muy ambicioso por la enorme cantidad de pubs que hay en la ruta".
Entonces ocurrió esta deliciosa y educativa anécdota que me limitaré a traducir de manera textual:
En un momento determinado algunos cantos de júbilo atrajeron a Marx y sus amigos a un bar. Los extranjeros fueron recibidos por los ingleses con un montón de bebidas. Liebrecht relata que: "Durante un tiempo, todo fue muy bien. Hicimos abundantes saludes. Entonces lo ocurrió inesperado... Edgar Bauer, afectado por alguna observación casual, comenzó a ridiculizar a los snobs ingleses. Marx entonces inició un elogio entusiasta a la ciencia y la música alemana - ningún otro país, dijo, habría sido capaz de producir tales maestros de la música como Beethoven, Mozart, Haendel y Haydn, los ingleses no tenía músicos y los pocos que tenían eran, en realidad, muy inferiores a los alemanes, a quienes se había impedido hasta ahora sólo por las condiciones políticas y económicas miserables, llevar a cabo cualquier gran obra, pero que sin embargo podría superar a todas las demás naciones. Jamás volví a escuchar a Marx hablar con tal fluidez el inglés ".
Los anfitriones ingleses no quedaron nada contentos y los alemanes se retiraron del lugar a toda prisa. Un poco después Liebrecht describe cómo se empezaon a poner vándalos. "Ahora empieza lo bueno de nuestro viaje de la cerveza ", por mientras, y con el fin de enfriar la sangre se calentara, empezamos con una marchar a paso redoblado, hasta Edgar Bauer tropezó con algunas piedras del pavimento. ¡Hurra, una idea! dijo, y recordando sus travesuras estudiantiles cogió una piedra, ¡paf! ¡estrépito! un foco de gas del alumbrado público salió volando en astillas. Como la locura es es contagiosa - Marx y yo nos quedamos atrás, y seguimos rompiendo cuatro o cinco lámparas de la calle - eran, tal vez, las 2 de la mañana y las calles estaban desiertas. Pero el ruido, atrajo la atención de un policía que con resolución rápida dio la señal a sus colegas. La posición se tornó crítica ".
Al final Marx y sus amigos se deshicieron de los policías, pero el incidente pinta una buena imagen de los habitos alcoholicos de este fundador del comunismo. Aunque por ahora se puede concluir que el sueño de un estado socialista de Marx no funcionó, es impresionante cómo el producto de una mente borracha tuvo un enorme impacto en el mundo. Lo que significa que absolutamente borrachos pueden hacer una diferencia.
De todo esto podemos sacar varias moralejas. En primer lugar los mocosos que se declaran marxistas deberían aprender del Maestro y emborracharse como cuba antes de hacer cualquier otra cosa. A ver si se les ocurre alguna idea mejor, ya que las ideas de don Carlos no fueron tan buenas como parecían. Otra moraleja es que Marx no solo fue un ejemplo de malas ideas sino también de vandalismo. Un zángano que siempre vivió a costillas de alguien, un borrachin y vándalo, tal como muchos de sus seguidores.
P.D. El material para esta entrada lo saqué prácticamente íntegro del blog Lords of the Drink, todo lo que está en cursiva es traducción literal.
P.D.2 Podrán pensar que copié la idea de grandes borrachos de ese blog pero no es así, lo encontré buscando material para la serie, simplemente se le ocurrió lo mismo antes que a mi.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
En realidad no difiere del perfil del típico comunista, aunque a juzgar por las variantes posteriores, parece que nadie entendió con real exactitud lo que quería decir Marx XD.
ResponderBorrarJa, son como las etapas clásicas de la borrachera: declaraciones de eterna amistad, tribalismo nacionalista desafiando al entorno y simple vandalismo destructivo al final. Cuando concibió "Das Kapital" podríamos considerarlo ya "delirium tremens"
ResponderBorrarFrx, Ulschmidt, existe una interpretación que se llama "Marxismo Psicoanalítico" o "Freudmarxismo" de W. Reich, es una estupidez muy siglo XIX pero la idea de fondo no es mala: el marxismo parece ser la sublimación de muchas características inconscientes, medio freudianas de la personalidad, lo que explicaría su propagación tan fácil.
ResponderBorrarSería interesante tratar de reconstruir la teoría a partir de la personalidad de Marx y sus traumas: el rechazo violento a toda autoridad está en la raíz de la utopía comunista, una especie de comunidad de pitufos donde todos viven en libertad y armonía entonando canciones y siguiendo las inclinaciones de su naturaleza.
La utopía marxista es muy atractiva y probablemente se basa en traumas y frustraciones que todos tenemos durante la lucha de libertad versus igualdad, Marx era primariamente libertario, pero los medios violentos necesarios para alcanzar su utopía transformaron todo el asunto en un totalitarismo oligarquico, como cualquier otro.
Lo borracho puede pasar, aunque da luces de ua de las razones de lo complicado de leer, y a ratos absurdo; pero su vida privada si que era de pelicula de terror y en mi opinion es clave para entender sus odios, el mesianismo enfermizo y pobre aporte solo sobrevalorado por la revolucion rusa.
ResponderBorrarjaja "borracho pero buen muchacho"
ResponderBorrarAl final mucho de los sabores ideológicos que uno degusta tiene que ver con vivencias agradables o traumantes. Yo creo que toda esa horda de "jóvenes anarquistas" de la actualidad chilensis son muy distintos a los anarquistas de principios de siglo y responden a un odio contra la autoridad y el modelo patriarcal y masculino, debido a abusos físicos de parte del padre o por ausencia de éste en el hogar, de ahí las emprende contra la autoridad, la familia tradicional y se encanta por el feminismo...muy traumados estos tipos.
ResponderBorrarExcelente columna Tomás.
ResponderBorrarUn detalle: Marx era practicamente un parásito. Le pechó a Engels al punto de que le aseguró un salario por el resto de su vida. creo que Marx fue el primer evacuador de papers de la historia.
Ademas le imputo a Engels un hijo que tuvo con su "nana",a la que le pagaba con la comida y el techo. ni en las salitreras ultra explotadoras :-D
ResponderBorrarMuy emblematico de los comufachos, en chilito tuvieron una huelga de un par de años en el diario del partido y lo siguieron sacando a punta de "krumiros"...
Curioso que Marx sea tratado de vago. A ver si alguno de ustedes es capaz de copiar (no digo escribir) las miles de páginas. Ni con 20 horas diarias lo lograrían.
ResponderBorrarEl calificativo de "vago" de Marx probablemente se refiere a que rara vez tuvo un trabajo remunerado, trabajó como corresponsal de prensa para un diario Americano a cambio de una miseria, como se quejaba a menudo, y ninguna universidad ni institución educativa le ofreció nunca un trabajo estable, vivió principalmente de pedir prestado o recibir mecenazgo
ResponderBorrar"Su primera fuente de ingresos fue su propia familia, que vivía holgadamente en la ciudad alemana de Tréveris. El padre, Herschel, un competente abogado judío, se había convertido al protestantismo para prosperar en la vida e integrarse en la sociedad prusiana. La madre, Henrietta Pressburg, era holandesa, hija de un rabino y buena paridora de 8 vástagos, a los que no les faltó de nada. Por esa razón el joven Karl pudo estudiar en la universidad y convertirse luego en el perfecto ejemplar de revolucionario de salón. Nunca visitó una fábrica, un taller, ni siquiera una imprenta. En una ocasión su amigo Engels, magnate del textil con intereses mercantiles en Inglaterra, le invitó a visitar un telar de algodón, pero él, hecho a las comodidades de la ciudad y a pasar la tarde en la taberna, declinó la invitación. Parece mentira, pero es así: el emancipador del proletariado muy pocas veces vio a un proletario con sus propios ojos.
(...) Durante años, hasta bien entrado en la edad adulta, vivió de sus padres. Recibía un estipendio periódico, que reclamaba ofuscado por carta si no le llegaba a tiempo. Al morir su padre, en 1838, tomó su parte de la herencia -la respetable cantidad de 6.000 francos de oro- y se la gastó íntegra. Lo mismo haría al fallecer Henrietta, aunque ahí tuvo que conformarse con menos, ya que había ido pidiendo anticipos a la parentela holandesa".
Yo en realidad no le veo nada reprobable a que haya sido un vago (en el sentido de incapaz de ganarse la vida), yo también soy un vago, aunque con mucha menos suerte que Marx...