12 marzo 2017

La señorita Erna Verde Ramo

Hoy ocurrió uno de esos milagros de Internet que ocurren muy de vez en cuando, recibí la respuesta a un mensaje directo que había mandado hace dos años a una persona que se llamaba igual que mi profesora de los primeros años de enseñanza básica. Era ella misma, la señorita Erna Verde Ramo, a quien recuerdo como si fuera hoy, muy joven y bonita, en 1960 cuando ingresé a primer ño básico de la Escuela Rafael Sanhueza Lizardi, ubicada a una cuadra de donde vivíamos en calle Eusebio Lillo. La busqué en Google Earth y a decir verdad no la recuerdo tan grande, tal vez la ampliaron con los años, diablos, han pasado 57 años desde entonces:


La señorita Erna hoy tiene 86 años y sigue tan bonita como siempre. Se acordaba de mí -las ventaja de tener un apellido raro es que la gente te recuerda con más facilidad- e incluso de mi mamá con quien eran amigas, increíble ver su foto en Facebook hoy


Ella me enseñó a escribir, sumar, restar y todo lo demás, yo había aprendido a leer dos años antes, a los cuatro, cuando mi hermana -tal vez para entretenerse y con la ayuda de oportunos coscorrones- me enseñó a leer con el método de Claudio Matte en el "Silabario del Ojo", que era el mismo que usaban en la escuela en esos años. 

Cuando aprendí a leer creo que encontré el único talento natural que he tenido, después de la primera lección, "el Ojo", ya sabía todo lo necesario, quedé maravillado por lo sencillo que resultaba leer y entendí el método a la primera: bastaba memorizar el sonido de las letras y podría leer cualquier cosa. Pasé entonces rápidamente al Loro, al Nido, el Pato y el Gato. Cuando llegamos al Perro me sentí abrumado y no quise seguir aprendiendo, por más coscorrones que recibiera. El Perro era un texto largo, con letra chica y el sonido de la erre me complicaba así es que mandé todo al diablo.

Pero ya me habían inoculado la droga así es que empecé a leer los diarios y hasta me atreví con un libro sobre el Arca de Noé que nos había regalado la tía Hildegard, después de eso el Perro ya era pan comido y yo era un ávido lector, hasta hoy día. Siempre me he preguntado que hubiese pasado si hubiese aprendido con el aburridísimo Silabario Hispano-Americano, que era el estandar, probablemente nunca hubiese descubierto que me gustaba leer.

El otro día vi una charla TED de Ken Robinson donde hablaba de esa especie de iluminación que se produce cuando uno descubre -siendo chico- que tiene alguna habilidad natural, yo tuve esa suerte pero nunca le hice caso ni se me ocurrió sacarle provecho, aunque de manera indirecta me ha resultado muy provechosa.

En fin, es alucinante volver en la memoria a esos años. Yo siempre fui el más bajo de mi clase, recién a los 15 años estiré a mis escasos 1.72 mt actuales, pasaba casi todo el día solo y mi mamá me trataba como si fuera un viejo: me llevaba a jugar a las cartas y hasta me pedía consejo a veces, debo haber sido una especie de enano muy antipático y poco social. 

Pero tengo vivo el recuerdo de mi primer "triunfo social" en la escuela, cuando nos estaban tratando de formar en pleno desorden y a mi se me ocurre gritar "¡Señor... dame tu fortaleza!", era una frase de moda de un programa radial de la época y todos se rieron, creo que de no haber sido por ese chiste y la guía de la señorita Erna, que era tan joven y dulce como su apellido, hoy podría ser un maldito psicopata. Nunca se sabe.

Esta foto me la mandó mi ex compañero Wilhem Camus hace tiempo, cuando también escribí una entrada con recuerdos sobre lo mismo.

6 comentarios:

  1. Hombre, tener una maestra que se llama Verde Ramo ! Eso ya es una señal del Cielo.

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  2. Sin duda. Y le hace honor al apellido!

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  3. Ahhhh....en el Sanhueza hubieron profes queridos, respetados y temidos. Aún recuerdo al "Perro Guzmán" que era temido, mientras el Profe Segovia era temido y respetado. Y recuerdo muchos compañeros coreanos y "baisanos". Había un baisano que los demás compañeros le hacían la "cadena humana" y lo botaban al barro en el sector de las palmeras. Esos eran juegos de verdad. X-D

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  4. "Caballito de bronce cuéntame hasta once" jajaja no se como no nos quebrábamos la espalda

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  5. Creo que uno de los cursos que recuerdo con más cariño es el de segundo básico, porque si bien en primero es donde me enseñaron a leer, fue al año siguiente donde empecé a inagurar ese conocimiento y aún recuerdo la sensasion de por fin entender qué decían los textos. Es algo que nunca se me va a olvidar.

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  6. Yo me quedé maravillado con el "Ojo" cuando me dí cuenta lo fácil que era leer

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"