La decadencia y Neruda

Mi buena amiga (¡hola Jimena!) trajo de regalo desde Cuba una botella de Legendario, etiquetado como Elixir Cubano, es fuerte y muy dulce así es que me lo estoy tomando de a sorbitos en un vaso de una onza, en cualquier caso me queda menos de media botella "un chincol se comió una viña: uva por uva" así mismo me estoy tomando la botella, lento pero seguro. Salud.

Resulta que he andado con muchísimo trabajo, lo peor es que ya me estaba acostumbrando a no hacer nada, estos cambios de ritmo de la inactividad total a la actividad intensa me descolocan, todos creen que soy un flojo sin remedio, ojala fuera tanto como parece, si bien es cierto que soy flojo, me gustaría serlo mucho más, me falta mucho todavía para alcanzar mis estándares. Hasta mis entradas en este Templo del Ocio se han resentido, antes andaba parejito, todos los días en la noche escribía y publicaba mi entrada, ahora me atraso y hasta he dejado pasar un día o dos sin publicar, que vergüenza.

Que fea y sucia está mi casa, durante el tiempo que la estuve construyendo y arreglando fue muy divertido, pero desde hace algunos años, por diversas razones, dejé todo botado y no he colocado un peso más en ella, ahora mi casa está igual que yo: en plena decadencia, oxidada y ruinosa. Mi casa se oxida y mi pelo se cae ¿que puedo hacer para parar la decadencia? Nada, mirar para el cielo y rascarme la cabeza, no hay otra. Pero que me quejo si mi CRX está todavía peor, como dijo Bachelet, siempre puede ser peor. Creo que me voy a tomar otro corto del Elixir de Cuba para pasar las penas. salud de nuevo.

En fin, mientras me dure la leche cortada creo que volveré al pasado, cuando escribía entradas más cortas, a propósito de nada, solo con lo que se me ocurría en el momento y a veces colocaba un poema de Neruda o de Quevedo, los dos grandes del lenguaje castellano. Voy a poner uno de Neruda, el 6 si no me equivoco (de los 20 poemas), no es muy bueno, está repleto de sonsonete pero es el primero que me aprendí y lo tenía copiado en mi casa en Quellón, así es que tiene un cierto valor histórico, aquí va:

TE recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en
calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Creo que Neruda se murió cuando recibió el Nobel, se convirtió en estatua, se llenó de aprovechadores que hasta el día de hoy cortan la cola a costilla de su fama (pienso en el detestable sobrino, por ejemplo) .

Neruda tuvo grandes enemigos, el más notorio fue Pablo de Rokha, un gañan, matón que se lo comía la envidia porque solo sabía escribir basura ¡que mal escritor era de Rokha! ¿Quien se acuerda hoy de él? Si alguien lo recuerda es apenas por sus venenosas peleas con Neruda. Pero tuvo otro enemigo que si era mucho más interesante, el escritor Braulio Arenas, que después de insultar públicamente a Neruda quedó vetado de por vida en la academia y en el mundillo intelectual chileno, la historia fue más o menos así:

"Alto y atlético nadador, Arenas se acercó a Neruda, le sacó de la mano el discurso que éste pronunciaría y se lo rompió en su cara en cien pedazos: un gesto tan brutal, tan silencioso, tan inexplicable, que nadie se atrevió a detener a ese enemigo ni a preguntarle quién era. Nadie dijo nada, y Arenas salió indemne del Salón de Honor mientras sus amigos Cid y Gómez Correa —apoyados por Miguel Serrano, primo de Huidobro— eran expulsados del recinto, a punta de insultos y puñetazos, por los miembros de la Juventudes Comunistas que habían organizado el acto".

Me imagino el espectáculo. Esos si que eran poetas de verdad, que se amanecían tomando y se trenzaban a bofetadas, no como los maricas de ahora con pantalones pitillo, que toman jugo o café cortado y viven haciendo "proyectos" y cazando "fondos concursables" del gobierno de turno, puros maricas. Ah, pensaba que se me había olvidado el tema de la decadencia pero miren, volvió, incluso con Pablo Neruda.