Una carta interesante
Leo, por primera vez en mucho tiempo, una carta al director interesante, publicada en La Estrella de Arica del domingo. La firman los John Cobin, de la George Mason University (que gran universidad) y Alejandro Rogers del MIT, ambos co-fundadores del Partido Independencia. En pocas palabras lo que proponen es privatizar los servicios fronterizos, en particular los que garantizan la seguridad y control sanitario, entregándolos a un servicio privado, concesionado en una licitación pública.
Pero ciertas cosas quedan en duda
La propuesta no habla de el servicio de control aduanero, especialmente antidrogas y me imagino que no quisieron llegar tan lejos. pero es una idea audaz e interesante que merece ser tomada en cuenta. De hecho en el lado peruano, la frontera de Santa Rosa, tiene buena parte del personal de seguridad contratado a una empresa privada, los funcionarios de Migraciones allá dependen del Ministerio del Interior, al igual que en Chile, donde dependen indirectamente a través de la Policía de Investigaciones.
El ministerio de la fe
Me gustan estas propuestas porque nos hacen repensar muchas cosas que damos por supuestas y no tienen por que ser así. ¿Cual es la razón que la gente que fiscaliza las fronteras son empleados del estado y no de cualquier empresa privada? Supongo que la explicación que da la mayoría es su condición de "ministros de fe" que, de manera similar a los notarios, se les supone investidos de una autoridad que da más valor a su palabra que a la del resto de los ciudadanos. Antes la palabra de un policía o de un aduanero era considerada como prueba válida y suficiente para condenar a alguien en un tribunal, pero resulta que hace tiempo que no es así y su "ministerio de fe" actualmente no es más poderoso que el de cualquier ciudadano, no siempre pero al menos muchas veces es así.
Las malditas huelgas
La principal ventaja que veo a tener servicios fronterizos privados es que nos evitarían el calvario de casi todos los años cuando los sinverguenzas de la ANEF decretan una huelga de empleados públicos, esas huelgas -ilegales y abusivas- son algo que me hierve la sangre. No quiero imaginar el caos que se va a provocar en la próxima huelga de la ANEF con el control integrado, mientras los aduaneros y salidad vegetal se rehusan a atender o lo hacen a paso de hormiga. Que verguenza, yo presidente a la primera huelga los dejo en la calle. Despedidos ipso facto.
El libre tránsito entre Arica y Tacna
Esta carta me trae de vuelta al libre tránsito entre las ciudades de Arica y Tacna, una idea que lleva dando vueltas desde hace muchos años en nuestra ciudades, que existió en la práctica en el pasado -antes de las amenazas de guerra entre ambos países y el minado de la frontera- y que, a mi modo de ver, es algo que cada día se hace más necesario. El control de paso entre ambas ciudades es complicado y tiene costos enormes para los gobiernos y los usuarios, principalmente porque en Santiago ni en Lima entienden cuales son los problemas reales.
Tenía pensado un artículo formal sobre el tema, pero parece ser un asunto políticamente delicado, lo que pone en duda que una revista de prestigio lo acepte, las publicaciones mainstream, especialmente en ciencias sociales, son muy cuidadosas y reticentes para publicar asuntos políticamente incorrectos, así es que parece que tendré que resignarme a colocar algunos esbozos de la idea en este Templo del Ocio. He leído algunas publicaciones indexadas sobre el tema y -para decirlo francamente- me han parecido superficiales y hasta engañosas, aunque con una corrección política del ciento diez por ciento. En fin, aquí voy con el tema.
No se trata de viajes al extranjero
La mayoría de los desplazamientos entre Arica-Tacna o Tacna-Arica no son viajes al extranjero en el sentido tradicional de la palabra. Primero porque se trata de viajes por un solo día, el año 2016 el tránsito de pasajeros entre ambas ciudades sobrepasó los seis millones, no tengo el dato exacto a la mano pero una enorme proporción de esos desplazamiento fueron de ida y vuelta dentro del día. Que se pueda viajar entre ambas ciudades en menos de una hora, si no consideramos la demora en los controles y que el viaje a Tacna cueste menos que dos tarifas de taxi dentro de Arica es algo que ningún burócrata en las capitales de ambos países puede imaginar.
Los viajes entre ambas ciudades se producen por una razón muy simple: la permanente asimetría económica que existe entre ambas ciudades, que hace conveniente -según la coyuntura- comprar o vender productos o servicios en una u otra. Es algo que existe en todas las fronteras del mundo, pero Tacna y Arica están tan cerca -geográfica y socialmente- que nunca dejarán de comportarse como una sola económía simbiótica, en permanente trasvasije. En fin, de todo esto he escrito antes así es que me concentraré en revisar los posibles problemas que tendría este libre tránsito entre ambas ciudades, corriendo los controles a las salidas naturales de ellas
La seguridad nacional y el espionaje
No muchos años atrás, los recintos militares tenían grandes carteles que decían "Prohibido tomar fotografías" o "No detenerse, hay orden de disparar", porque se consideraban objetivos sensibles al espionaje. Hoy, con Google Earth y Google Street View, disponibles en cualquier equipo conectado a Internet, esas precauciones son un chiste. La seguridad y medidas anti espionaje se pueden tomar perfectamente de las puertas de los cuarteles hacia adentro, sin que sea necesaria ninguna restricción puertas afuera. El libre tránsito de personas y vehículos no presenta actualmente ningún riesgo adicional a la seguridad de los recintos militares en ambos países.
Las drogas
El tráfico de drogas es una de las principales preocupaciones de la aduana chilena, junto con los productos que violan propiedad industrial o intelectual, como ropa con marca falsificada, música o software pirata. Arica no es un mercado importante para la venta de drogas, los problemas importantes están al sur de Arica, lo mismo para las falsificaciones y demás. En Cuya existe una frontera natural, mucho más fácil de controlar que Chacalluta, además la cantidad de gente a controlar bajaría enormemente. Correr un control aduanero, completo y detallado en Cuya ayudaría al servicio de Aduanas a controlar el ingreso de drogas, así como de falsificaciones al resto del país, el libre tránsito permitiría un control mucho más eficaz, eficiente y focalizado.
Los inmigrantes
Lo mismo ocurriría con los inmigrantes ilegales, que sería mucho más fácil controlarlos desde Cuya que es una garganta de un solo paso. Algo que pocos se han dado cuenta es que tarde o temprano la frontera alrededor de la Línea de la Concordia será totalmente limpia de minas antipersonales y antitanque, que son lo único que impide el paso masivo a nuestro país, los que conocemos la geografía de esa frontera sabemos que ni desplegando a todo el Ejército se podrá controlar el ingreso, el lugar, de hecho se va a convertir en una frontera abierta como fue hasta principios de los años setenta.
Los vehículos
Este sería un problema en el lado peruano, porque a los concesionarios y vendedores de vehículos, no les hace ninguna gracia que alguien de Tacna se pueda comprar un vehículo usado en Arica, a una fracción de precio de lo que valen en Perú y lo use amparado en el libre tránsito. Esa es una situación delicada, pero se puede mitigar estableciendo la prohibición absoluta que un vehículo con papeles de Arica ingrese al resto del Perú, excepto que su propietario sea un ciudadano chileno. No es el ideal, pero creo que le alegraría la vida a muchos tacneños tener acceso a los vehículos chilenos usados.
Las mercaderías
Este es otro punto algo complicado, aunque en la práctica está resuelto hace muchos años. El libre tránsito de mercaderías existe desde que tengo uso de razón gracias al contrabando hormiga que se pasa todos los días entre ambas ciudades. De los seis millones de personas que cruzaron la frontera en 2016 no es aventurado suponer que 4 o más millones fueron las personas que pasan a diario el contrabando hormiga entre ambas ciudades. Un libre tránsito de mercaderías simplemente sinceraría una situación que ya ocurre de facto y creo que beneficiaría muchísimo a la economía en ambas ciudades.
La sanidad vegetal
Esto sería, creo yo, lo más fácil de resolver. Bastaría con implementar un organismo conjunto de sanidad vegetal que normalice e iguale los estándares en ambas ciudades, estableciendo obviamente estrictos controles de sanidad en Cuya y Tomasiri, pienso que además esto sería de gran valor para el Perú porque permitiría tener al menos en Tacna una zona con estándares homologados a los chilenos, que dan acceso a muchos mercados internacionales.
Bolivia
Finalmente lo último, pero no menos importante. Un libre tránsito de personas, vehículos y mercaderías entre Arica y Tacna, que no cambie ninguna otra ley ni jurisdicción nacional, crearía un poderoso lazo de integración entre ambos países, lo que sepultaría cualquier pretensión de Bolivia por tener algún acceso soberano al mar por Arica.
Chile y Perú tienen en común el interés de mantener frontera continua, esto ha sido refrendado en cortes internacionales (aunque los países soberanos no necesitan esa clase de "permisos") y es del interés nacional de ambos países mantener esta situación, lo que, a mi modo de ver, evitaría conflictos en la región debido a las continuas pretensiones bolivianas sobre nuestro territorio.
sobre el tema en cuestion, la duda que tengo es la misma que he tenido desde que entré al infierno publico ¿quien fiscaliza a los fiscalizadores?
ResponderBorrarEstimado,no es quien fiscaliza, es la idoneidad del fiscalizador
ResponderBorrarJosé, Claudio, ese es el problema fundamental de la autoridad:quien vigila a los vigilantes.
ResponderBorrarPor eso cuando los políticos pasan suficiente tiempo en el poder y consiguen meter a su gente, que por lo general son de la peor calaña- empiezan estos problemas, que ya no podemos tener fe en los ministros de fe. Es un lío. La virtual inamovilidad de los empleados públicos hace este problema mucho peor, por eso me atrae toda idea de privatizar servicios públicos, así al menos cuando pillan a alguien robando pueden despedirlo y llevarlo a juicio, con un ampleado público eso se hace muy difícil, a menos que sea un carabinero.
Yo a esta idea de la zona de libre tránsito le veo puras ventajas. ¿Qué nos detiene?
ResponderBorrarLeus, es un cambio bien profundo para las dos ciudades, tal vez por eso encuentra resistencia. Yo creo que traería mucho más desarrollo que cualquier otra medida de los respectivos gobiernos, pero hay que estudiar bien las posibles consecuencias económicas, políticas y diplomáticas, especialmente esas últimas, la diplomacia en Chile es extremadamente cautelosa y conservadora, hasta miedosa diría yo. Y lo otro es que tiene mucha gente que no es de carrera lo que los hace más timoratos todavía. Creo que ese es el principal obstáculo
ResponderBorrarTomás, considere primero que nada que el Estado ha fracasado en todos aspectos en relación a la frontera. Si el mercado solamente reduce los gastos y no mejora nada más igual valdría la pena. No obstante, creo que hay buenas razones creer que aumentará la calidad de servicios y protecciones además bajar los costos. El Estado hace mal e ineficiente su tarea y está expuesto a convenios ONU y otras decisiones políticas que socava su eficaz. Tenemos respuestas para todo lo que dudas. Tal vez necesitamos un artículo más largo. En el mercado los visas y pases tendrán distintos precios. El turismo de un día sería baratísimo. Una visa turista convertible en residencia temporaria más cara, y muchas alternativas entre medio, por ejemplo visas para trabajadores de tres meses o 5 meses, posiblemente pagada por el empleador. Tienes que cambiar el switch para pensar como un maximizador de utilidades controla la entrada del personas o cosas prohibidas (para que no pierda su bono anual), y como fijar precios para maximizar ganancias, bajo los parámetros fijados por políticas publicas, para filtrar los que entran, asignando los recursos humanos según la demanda del mercado. Escribimos más tarde otros aspectos a considerar.
ResponderBorrarHola John, me encantan todas las idea "out he box", pero también se necesita un abogado del diablo que las pase del rasero de la crítica.
ResponderBorrarVeamos: es cierto que el estado ha fracasado en términos de costo-eficiencia, la sujección a la lógica de la política hace siempre que cualquier otro sistema privado le gane en eso, pero pongamos por ejemplo el caso del control de drogas (yo estoy a favor de la legalización de todas las drogas pero ese es otro cuento, supongamos que el tráfico se mantiene como delito) ¿como podría controlar de manera eficaz el tráfico de drogas una empresa privada? Los incentivos que existen para no controlar son enormes, creo que ahi entra el problema de "la fe pública" que, aunque coincido que el estado no es eficaz en sostenerla, creo que un sistema privado podría se mucho menos eficaz. Por ejemplo si yo soy una empresa privada y me dan la consesión del control aduanero de Chacalluta, tendría todos los incentivos del mundo para dejar pasar los contrabandos más valiosos (drogas por ejemplo). Yo se que el problema de fondo es que debería haber un completo libre tránsito de toda clase de bienes, pero mientras eso no exista, las empresas privadas no tendrían mucho incentivo para controlar
Hola Tomas, Gracias por tus comentarios. Estas muy cordialmente invitado a unirte al Partido Independencia www.libertarios.cl. Ahi podemos seguir conversando sobre distintas soluciones y tener un impacto real en Chile. Un abrazo!
ResponderBorrarHola de nuevo. El tema de drogas es algo auxiliar al la privatización de la frontera porque las empresas pueden adaptarse a la política nacional sobre el tema. También estoy a favor de legalizar las drogas (¿acaso deberías ser militante de nuestro Partido Independencia?). No obstante, las empresas pueden estar obligado de prohibir la entrada en caso de su prohibición de políticas públicas, usando el equipamiento y perros necesario para detectarlas y ser testigos de fe en contra violadores. La PDI estará cerca para detener los traficantes. Otra posibilidad sería legalizar las drogas pero cobrar el 30% o X% del valor de la droga en la frontera. La idea es que el concesionario mantiene el 5% o X% y el 25% se entrega al Estado o (mejor) una institución privada para diminuir el uso de drogas o combatir su mal efectos en el organismo, uso de hospitales, etc. La tercera opción (libertaria) es permitir el libre ingreso pero obligar a ellos pagar una visa de vendedor de drogas, algo bien caro, y obligar inscribirse con datos de origen, manera de producción, certificado de ingredientes, planes donde van a venderlas en Chile, representante legal por si acaso hay que responder por daños, etc. El costo de visa variará entre distintas drogas: marihuana más barata, cocaína más caro, etc. Se podría prohibir drogas sintéticas baratas muy dañinas como crack, metanfetamina, etc. en la misma manera que no se venda alimentos riesgosos. Además, podemos definir otros escenarios entre legalización completa y prohibición entera para que el mercado se adapte. Estoy dando ideas "off the top of my head" no más.
ResponderBorrarNo acabo de entender porqué no puede haber una frontera libre entre dos ciudades como Tacna y Arica. Entiendo que los niveles de renta y desarrollo humano son bastante similares, con lo cual la migración no sería excesiva. ¿Puede ser debido al flujo que está habiendo últimamente de colombianos y venezolanos al Gran Norte chileno?
ResponderBorrarHola Alejandro, como puedes notar me uní al Partido Independencia ya que sus principios me identifican muy bien, andaré lurkeando por esos lados ¡muchas gracias!
ResponderBorrarJohn, como le comentaba a Alejandro me inscribí en el partido en formación, son de mis mismas ideas en muchas cosas. Lo más probable, pensando en realpolitik es que las drogas no lleguen a legalizarse en Chile por un buen tiempo porque se llevan varios años de lavado cerebral en el tema gracias a la "guerra contra las drogas" emprendida por Estados Unidos desde mitad del Siglo XX más o menos. La cosa es que existe un movimiento de opinión muy fuerte y convencido contra el uso de drogas en Chile. Ahora bien, en Estados Unidos y otros países por ejemplo la marihuana está ganando espacios legales aceleradamente, lo que me parece muy bien y espero que esto llegue a Chile pronto (somos copiones, pero copiamos principalmente lo malo en lugar de lo bueno). La cosa es que supongo que en unos cuantos años más la marihuana será tan legal como es hoy la cerveza y espero que eso irá preparando el camino a la legalización de las demás drogas, me parece que es lo más lógico.
Pero mientras eso no ocurra, se produce un gran problema, especialmente relacionado con la cocaína porque en Arica estamos junto a dos de los mayores productores del mundo. Yo recuerdo bien que en los años 70 y 80 existía muy poca represión contra las drogas y no eran gran problema, no más que cualquier otro vicio como el cigarrillo o el alcohol, pero a partir de los 90s esto cambió con la intrusión de la DEA y las políticas del Departamento de Estado, muy agresivas en el tema apenas llegaron al poder los políticos. Arica fue siempre un punto importante en el tráfico de drogas y hay muy buenas historias locales sobre eso. La cosa es que con la "guerra contra las drogas" se abrieron los incentivos económicos enormes y una gran oportunidad de negocios que, en mi opinión, complicarían el establecimiento de una aduana privada, por los enormes incentivos que tiene el contrabando.
ResponderBorrarHola Adelino, el asunto no es tan así, existen enormes asimetrías económicas entre Perú y Chile, ambas son economías muy diferentes y en competencia, siendo ambos países principalmente mineros.
Aunque es cierto que entre Tacna y Arica algunos precios tienden a igualarse automáticamente (por ejemplo los combustibles, se mantienen de manera automática casi al mismo precio porque es muy fácil cargar en una u otra ciudad) la mayoría de los demás precios y los costos de vida son muy diferentes.
Durante los años de Allende el costo de vida era mucho más barato en Chile y los peruanos viajaban desde Lima a Arica y volvían con sus autos cargados hasta el tope de mercaderías. Durante el primer gobierno de Alan García esta situación se revirtió y con mis amigos íbamos diez o más veces al día a Tacna a llenar los estanques de los autos, yo llegué a juntar 300 litros de gasolina en el patio de mi casa, en tambores compradas a precio de huevo.
Son Fujimori la economía peruana se abrió y los precios de las mercaderías importadas se nivelaron, por ejemplo el precio de cualquier electrodoméstico es el mismo en Tacna o Arica, pero el costo de vida en Perú sigue siendo mucho más bajo, los servicios (médicos, mano de obra, etc.) peruanos son a mitad de precio por ejemplo. Eso hace que para la gente de Lima Tacna sea una ciudad carísima y para la gente de Santiago Arica es muy barata, todo gracias a San Contrabando Hormiga que nos cuida y protege.
Las asimetrías económicas entre ambas ciudades son nuestra bendición porque ambas sacan provecho de ellas, a Tacna actualmente le conviene vender toda clase de servicios y reciben millones de turistas de compra chilenos cada año, es el boom en Tacna y a los chilenos nos conviene ir a comprar allá todo lo que podamos: los médicos, oculistas, dentistas, etc. todos atienden a mitad de precio que en Arica o menos.
La economía entre ambas ciudades es muy interesante, mucho más sofisticada de lo que parece superficialmente. Ahora tu dirás ¿por qué no se van todos los ariqueños a Tacna si casi todo allá es más barato? Bueno, hay varias razones, una es que en Tacna los ingresos son mucho menores, cuando trabajaba en la Municipalidad de Tacna como ingeniero, ganaba parecido a lo que gana un obrero en Chile (aunque lo pasaba BOMBA), lo otro es que muchos servicios son mejores y más sofisticados en Arica.
Las economías de Chile (diseñada en Santiago) y Perú (diseñada en Lima) nunca serán iguales, pero si son muy complementarias, la situación ideal es estar con un pie en cada ciudad: ganar un sueldo en Arica y gastarlo en Tacna, aunque eso rara vez se puede hacer legalmente. Por eso creo que el libre tránsito traería muchos beneficios y desarrollo en ambas ciudades, aunque presenta varios problemas y requiere de audacia para ser implementado.