Diego Portales 2018

Que maravilloso es leer historia y ver como los patrones del comportamento político se repiten una y otra vez. La gente que no conoce la cosa cree que está frente a problemas y situaciones completamente nuevas, inéditas, que jamás habían ocurrido antes, sin embargo lo que estamos viendo ahora mismo, en 2018 son cosas que se vienen repitiendo con regularidad desde hace dos siglos. Esta tensión entre la anarquía y el orden es tan antigua como la propia republica.

La situación política en los años de Portales era parecida a lo que pasa hoy, claro que los detalles no son los mismos, no tenemos la amenaza externa de Santa Cruz ni vamos a ir a una guerra, pero la tensión entre los grupúsculos anárquicos que tratan de tomarse el poder con audacia y -por otra parte-el Partido del Orden (mayoritario aunque hoy no es ningún partido) son idénticas que lo que habia en esos años.

La izquierda en Chile hoy, igual que los pipiolos ayer, consiguen una parte mnúcula de los votos, jamás han sido mayoría, pero son hegemónicos y necesitan dominar. Esa es la pandilla que se escuda tras la constitucion, las leyes y los derechos humanos cuando les conviene y -al mismo tiempo- patean el tablero y tiran el mantel de la mesa cada vez que pueden. Están dispuestos a saltarse todas las reglas pero exigen no ser tocados ni con el pétalo de una rosa.

No son un cuerpo compacto, hay toda una gama que va de los más a los menos violentos, pero a todos los une una simpatía común, se apoyan y ayudan en sus causas. En los años de Portales eran los conspiradores que buscaban botar al gobierno, hoy son los terroristas que tratan de ganar poder y establecerse en la Araucanía. Tal como en esos años, no todos los pipiolos eran conspiradores, hoy no toda la gente de izquierda es terrorista, solo una parte, el resto son simpatizantes y ayudistas en mayor o menor grado.

No son cosas que pasen solo en Chile, ni siquiera en América Latina, pasan en todo el mundo, el problema entre el orden y la anarquía es universal y se resuelve de manera distinta en distintos lugares. En nuestra cultura occidental tenemos el modelo francés, que simpatiza con la anarquía, y el modelo inglés, que simpatiza con el orden. A los chilenos nos gusta creernos "los ingleses de América del Sur" y eso no se debe a que tengamos el pelo rubio o que penseños como britons, sino que el sistema que estableció Portales tenía una influencia inglesa muy marcada.

En Inglaterra y Francia las leyes se ven de muy distinta manera, eso hace una diferencia fundamenal. Los francees con el iluminismo, endiosaron la constitución y las leyes, poniendolas como la base de la civilización y que todos debían tenerle un respeto absoluto. El enfoque inglés es mucho más práctico, ni siquiera tienen constitución, la Carta Magna es notablemente escueta y su original se lo comieron las ratas, las leyes son solo algo utilitario, de conveniencia y es la costumbre lo que manda. a eso le llaman "common law", las leyes las van haciendo y deshaciendo los jueces con sus sentencias.

Mientras en Francia todos deben someterse a la constitución y al código de leyes sin chistar, en Inglaterra las leyes son solo conveniencias, acuerdos dictados por el sentido común (common sense) que solo tienen validez cuando son útiles y beneficiosas. Portales tenía esa visión inglesa de la ley y se burlaba del ministro de justicia Mariano Egaña en estos términos

"el bueno de don Mariano me ha contestado (sobre las garantías de los delincuentes) no una carta sino un informe, no un informe sino un tratado, sobre la ninguna facultad que puede tener el gobierno para detener sospechosos por sus movimientos políticos. Me ha hecho una historia tan larga, con tantas citas, que he quedado en la mayor confusión; y como si el papelote que me ha remitido fuera poco, me ha facilitado un libro sobre el habeas corpus. En resumen: de seguir el criterio del jurisperito Egaña, frente a la amenaza de un individuo para derribar la autoridad, el gobierno debe cruzarse de brazos, mientras, como dice él, no sea sorprendido infraganti".

Ante esto Portales se sublevaba.  él le importaba un carajo el respeto por las leyes, mucho más importante era si alguna ley servía o no para el propósito que había sido dictada. No podía entender el habeas corpus (recurso de amparo) que impedía a la policía detener a un sospechoso, porque no le cabía en la cabeza que un agente del estado iba a detener o abusar de un inocente.

"En Chile la ley no sirve para otra cosa que no sea producir la anarquía, la ausencia de sanción, el libertinaje, el pleito eterno, el compadrazgo y la amistad. Si yo, por ejemplo, apreso a un individuo que sé está urdiendo una conspiración, violo la ley. ¡Maldita ley entonces si no deja al brazo del gobierno proceder libremente en el momento oportuno! Para proceder, llegado el caso del delito infraganti, se agotan las pruebas y las contra pruebas, se reciben testigos, que muchas veces no saben lo que van a declarar, se complica la causa y el juez queda perplejo. Este respeto por el delincuente o presunto delincuente, acabará con el país en rápido tiempo"

La desesperación que expresa Portales por el mal uso de los procedimientos legales corresponde también a una realidad actual, que empezó en Chile a partir de los años noventa, cuando se implementó la Reforma Procesal Penal basada en una percepción -estilo francés- de desconfianza hacia la policía y buscando asegurar toda clase de garantías para el delincuente. Antes de los noventa, con el proceso penal antiguo, se aplicaba principalmente el sentido común de jueces y policías, que si bien podía llevar ocasionalmente a arbitrariedades, por lo general era mucho más eficiente para que las leyes sirvieran como disuación de los delitos.

"La defensa del delincuente" era algo que sacaba de quicio a Portales y que saca de quicio a cualquier persona normal hoy, no es otra cosa que sentido común esperar que al delincuente se lo persiga, se capture y se castigue. Portales tenía muy claro que esa especie de fetichismo constitucional solo lleva al absurdo y fomenta el crimen:

"Escribí a (Joaquín) Tocornal sobre este mismo asunto, y dígale usted ahora lo que pienso. A Egaña que se vaya al carajo con sus citas y demostraciones legales. Que la ley la hace uno procediendo con honradez y sin espíritu de favor. A los tontos les caerá bien la defensa del delincuente; a mí me parece mal el que se les pueda amparar en nombre de esa Constitución, cuya majestad no es otra cosa que una burla ridícula de la monarquía en nuestros días. Hable con Tocornal, porque él ya está en autos de lo que pienso hacer. Pero a Egaña dígale que sus filosofías no venían al caso. ¡Pobre diablo!”

"Que la ley la hace uno procediendo con honradez y sin espíritu de favor" creo que lo más valioso de las ideas -y el autoritarismo bien entendido- de Portales está en esa frase. Todo lo que escribió a mediados de 1800 es perfectamente aplicable hoy, sin cambiarle ni una coma y la mayoría de los chilenos estamos de acuerdo en eso, tal como lo estaban en los años de Portales. Solo la pandilla de revoltosos, pipiolos, donde cada uno chillaba por mil, reclamaban. Pero el sentido común de Portales predominó y volverá a predominar. No se necesita una bola de cristal para ver que vendrá

Un nuevo Portales
Hoy en Chile la pandilla tiene a la policía de Carabineros bajo ataque, están empeñados en destruir la institución mejor evaluada por décadas. Carabineros tiene en contra no solo a los delincuentes sino a la fiscalía, a la defensoría penal, a muchos jueces, a los políticos e incluso al gobierno de mariquitas que no se atreve a defenderlos.

Va a aparecer un nuevo Portales, como ha pasado siempre en Chile en crisis similares. Otras veces ha sido inesperado, hoy es claro que cada vez más personas estamos hastiados de los revoltosos. Bueno, tal vez no sea tan genial com el Portales original, pero el pensamiento portaliano viene de vuelta con mucha fuerza, además no es solo en Chile sino un fenómeno que está ocurriendo en todas partes del mundo.

Los problemas con carabineros específicos deben solucionarse de manera discreta y eficaz, no con conferencias de prensa dadas por un político imbécil de los que sobran hoy en el gobierno. El gobierno de Piñera es incapaz de controlar esta situación pero cuando llegue la restauración portaliana -en uno o dos gobiernos más, yo la veo inevitable- deberán tomarse algunas medidas elementales que son lo que todos estamos esperando.

Carabineros debe fortalecerse a la manera inglesa. En los años 70 cuando el IRA tenía en las cuerdas a Scotland Yard, el gobierno inglés, en lugar de dedicarse a "castigar publicamente los excesos" policiales creó un poderoso sistema de relaciones públicas para la policía, apoyado por las mejores firmas de investigación de mercado. Los trapos sucios se lavaron todos a puertas cerradas porque el prestigio de la institución era una razón de estado. La buena imagen de Carabineros de Chile está por encima de cualquier otra consideración, es de interés nacional pulirla y cuidarla como hueso de santo.

Así, los que creen que viene el fin del mundo es porque no saben historia. Esto ha pasado muchas veces antes en Chile y seguirá ocurriendo. Es parte de un ciclo, los terroristas serán aplastados como pasa siempre, volverá el orden, lo disfrutaremos por unos buenos años y después... todo de nuevo. Es el ciclo de la historia.