01 diciembre 2018

Refrito del sábado: La comunidad

Esto lo escribí el año 2017, justo después de la muerte de mi entrañable amigo el loco Fuetes, tiene mucho que ver con la pérdida de la identidad ariqueña y cosas así de las que escribí hace poco tiempo. Recién leí el comentaro de un amigo desde Alemania que conció allá al loco y lo recordaba con mucho cariño, en fin, estamos condenados a la decadencia y la muerte, igual tenemos que enfrentarla con gracia, no nos queda otra.

Yo, que soy un pobre diablo en mi ciudad -un don nadie- estoy consciente que si alguna clase de riqueza he tenido esa han sido mis amigos, entre ellos el loco a quien recuerdo con gran cariño. En algún momento en Arica tuvimos una comunidad playera, algo maravilloso. Nnosotros ya pasamos, fuimos, pero vienen generaciones por delante que, a pesar de la infamia e hipocresía de nuestros honorables políticos, son los que volverán a construir lo que antes fuimos. Pero ya es mucho lloriqueo inútil, vamos al refrito ipso facto: 


Los regulares de este Templo del Ocio que están agregados a mi Facebook ya saben la noticia, resulta que murió mi buen amigo y ex profesor Enrique Fuentes Heinrich, el muy famoso Loco Fuentes, que me enseñó a programar en 1989 en la universidad, lo que me dió para ganarme el caviar durante muchos años por venir. Para ser franco recibí la noticia con cierto alivio, yo había conversado con él hace un par de meses y lo encontré muy desanimado porque sabía que se iba a morir en poco tiempo más y la cosa no le hacía maldita gracia. Había tenido un ataque cardíaco y al parecer en el hospital contrajo una infección que lo empezó a atacar desde adentro, no es el primer caso de esos que conozco.

Enrique vivía solo, nunca se casó y su familia eran sus amigos, después de jubilar en la Universidad quedó de cierta forma aislado y yo pasaba a verlo a veces, pero al final ni siquiera abría, seguramente pasaba durmiendo desde que dejó de ir a la playa, hace como 5 años atrás. De no haberme desgraciado con la Pilar, yo seguramente habría sido igual que él, con mucha menos plata eso si, porque él llegó a ser acaudalado.

No fui al funeral, pienso que la gente se muere y chao, deja de existir, se termina. Rendirle culto al cuerpo muerto para mi no tiene sentido, bastante tengo con los recuerdos y del loco yo tengo muchos y buenos porque él represento una época y una comunidad donde todos nos conocíamos o por lo menos nos ubicábamos, Entre los años 1980 y 2000 más o menos, la playa El Laucho fue una especie de Living de la ciudad donde oficinistas y empleados bancarios trabajaban con el traje de baño debajo de la ropa formal y a la hora de almuerzo se iban a dar un chapuzón, almorzar un ceviche y volvían al trabajo a las tres de la tarde correctamente vestidos nuevamente. Los que no hacían siesta íbamos a la playa.

A mi me gustaba tanto que mi sueño dorado era vivir en una casa rodante al lado de la playa, apenas tuve un poco de plata lo cumplí y estuve cinco años viviendo en el paraíso. Hoy en la mañana fuí a probar mi nueva cámara Gopro a El Laucho, bajé por el asqueroso Tuto Beach y me encontré con la decadencia total, la playa vacía y unas pocas gringas rojas como camarones, cocinándose al sol, ni un solo ariqueño neto. Años atrás en esta fecha y a esa hora me habría encontrado al loco Fuentes, a mi amiga Cindy, a la Paula, Paola, al cangrejo y al grupo que jugaba fútbolito todo el año, como mínimo. Algunos iban todos los días y eran los "dueños" de la playa, otros solo los fines de semana.



Éramos entre cincuenta a cien regulares, que fuimos casi todos los días del año a la playa durante décadas, antes que nos pusiéramos viejos, flojos y tontos. El Tuto, que empezó con su minúsculo local debajo de las escalas era el verdadero dueño de la playa, porque dormía en una carpa iglú al lado de su negocio. Todos éramos jóvenes y más o menos bonitos, yo tenía pelo y hasta plata, ¡que abismo nos separa de esos años!.


Todo tiene un ciclo de vida, se nace, crece, se llega a la cúspide y después empieza a decaer hasta que muere, la playa El Laucho tuvo ese ciclo y recuerdo perfectamente la cúspide, un día de diciembre de 1990, cuando el contrabando hacia el Perú estaba en su apogeo, fue el último boom económico de Arica y en la playa Las Machas aparecieron unos estupendos chiringuitos, hasta que a un estúpido alcalde se le ocurrió prohibirlos. Ese día de diciembre lo recuerdo perfectamente porque al caer la tarde venían bajando miles de personas por la Costanera Sur, desde la playa de vuelta a su casa, pensé que Arica nunca volvería a estar tan linda y no me equivocaba.

La comunidad de la Playa El Laucho era informal pero bellísima, ahora solo quedan los recuerdos, es muy curioso porque la vida de mi buen amigo el loco Fuentes fue paralela a la vida de El Laucho, cuando él dejó de ir a la playa yo y muchos más lo dejamos como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, ese fue el principio de la decadencia. Todo cambió, yo tengo tres pelos en la cabeza, me quedan como dos muelas y un colmillo, mi cara está como un guante desinflado, como dice el vals:

Ayer tarde me he mirado en el espejo (por delante)
pues sentía por mi faz curiosidad (por detrás)
y el espejo al retratar mi cuerpo entero (por delante)
me mostró la dolorosa realidad (por detrás)

Es el ciclo de la vida pero nos quedan los recuerdos de los años maravillosos y los buenos amigos que cada vez más seguido, tienen el pésimo gusto de morirse, recordándonos que ya nos va a tocar a nosotros. Bah, pero que importa, "comamos y bebamos que mañana moriremos", lo dice la Biblia, nada menos.

Miren al Tuto, en el Tuto Beach verdadero


Y miren a este Tarzán de jardín en las Playas de Arica


Ya nada es como antes, todo tiempo pasado fue anterior...

4 comentarios:

  1. la teletón fue, los comentarios andan más bajos que los aportes, te cagaron

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  2. Tomás: a esta entrada había que ponerle música.

    En aquél cajón está tu foto
    llenándose de tierra.
    Hace tanto que no la veo
    como a vos, como a vos...
    Te acordás que tiempos aquellos
    qué tiempos aquellos,
    donde todo era un buen motivo
    para decir te quiero.
    Qué le habrá pasado a la vida
    que sin quererlo ya ni me acuerdo
    cuando con mi viejo iba a la cancha
    a ver a aquél Atlético...
    Te acordás del flaco Spinetta
    cuando cantaba:
    "todas las hojas son del viento"
    Ahí toda nuestra filosofía
    era sólo ser rockeros.
    Pero como han cambiado los tiempos
    todos luchan por mantener sus puestos
    Hay muchos que ahora son ingenieros
    pero qué pocos quedaron rockeros.
    Pero yo aún sigo cantando
    y lo voy a seguir haciendo
    Una lección me dió la vida:
    tenés que hacer lo que el corazón diga.
    Y ayer quizás pensando en tu foto
    por la calle te encontré andando.
    Qué poco ha cambiado nuestra onda
    sólo cambiaron un poco nuestros cuerpos.
    Espero que el tiempo ahora no borre
    a esta gente que tanto amo
    porque sin ellos no valgo nada
    su alma es mi alimento
    Pero yo aún sigo cantando
    y lo voy a seguir haciendo
    una lección me dió la vida:
    tenés que hacer lo que el corazón diga.

    (Aún sigo cantando - Los Enanitos Verdes)

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Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
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