En Chile los ricos se quedan

Hay cosas que es difícil darse cuenta para los que vivimos en Chile, pero que notan con facilidad los extranjeros que se vienen a vivir acá. Una de esas cosas es que en Chile los ricos no se van del país, lo leí de un amigo norteamericano que también notaba que ni los pobres ni el abanico de gente que hay entre ambos extremos se van a otro país, razón que debe explicar el "visa waiver", que permite a los chilenos viajar sin visa a los Estados Unidos.

Tenemos poca tendencia a emigrar, en cambio recibimos bastante inmigración, considerando lo pequeño que es el país y lo lejos que está de todas partes. En ese sentido creo que nos estamos pareciendo a Nueva Zelanda, somos una especie de kiwis de bajo presupuesto.

Esto no siempre fue así. En el Siglo 19 todas las familias pudientes mandaban a sus hijos a Europa a hacer estudios secundarios, a mi papá lo mandaron a Alemania y a su hermano Mateo a estudiar a Inglaterra, hace poco pude encontrar el registro de un censo de 1901 donde aparece Mateo viviendo en una pensión en Cheshire (la ciudad del gato, supongo) a los 16 años, miren:

Era cosa común en las familias pudientes, a Pérez Rosales lo mandaron a estudiar a Francia, etc. y los millonarios chilenos, una vez que hacían su plata, se mandaban a cambiar a Paris, como ocurrió con don Federico Santa María, otros se iban a vivir a Londres, Nueva York o cualquiera de esas ciudades del llamado "Primer Mundo".

Esta costumbre sigue hasta el día de hoy en casi toda América Latina, por eso podemos ver a hijos de millonarios peruanos -como por ejemplo PPK- o millonarios bolivianos como Gonzalo Sanchez de Lozada, que pese a haber nacido en sus países ni siquiera hablan bien el castellano. Es muy divertido aunque entendible, porque eso ocurre en países donde hay una fuerte hostilidad hacia los ricos, resentimiento social y cosas por el estilo, que se traducen en que cada vez que alguien hace una fortuna, su primera decisión es mandarse a cambiar a otro país. Cosa similar pasa en América Latina con la fuga de capitales, los que empiezan a ganar plata parten sacándola de su país por distintos medios.

Pero en Chile, a partir de los años 80 eso empezó a cambiar, probablemente porque el ambiente hacia los ricos se hizo menos hostil, los resentidos fueron perdiendo poder y protagonismo. Hoy Chile es el país con más billonarios de toda América Latina y tenemos gente con mucha plata que viven en el país que nacieron y no sienten la necesidad de irse a vivir a Europa o los Estados Unidos.

Andrónico Luksic por ejemplo es un tipo con mucha más plata que Donald Trump, sin embargo vive en Chile bastante contento y hasta participa de discusiones en Twitter como cualquie hijo de vecino, su padre tengo entendido que también vivió en Chile hasta su muerte, otro caso similar fue don Anacleto Angellini, que en sus últimos días tuvo la loca idea de venirse a vivir a Arica donde comenzó su fortuna, claro que le duró poco porque apenas llegó estaban haciendo fila para pegarle sablazos al pobre, tuvo que volver a Santiago donde podía disfrutar de un relativo anonimato.

Es sabido que uno de los herederos de Wallmart se casó con chilena y tenían intención de vivir un año acá, no se si al final lo hicieron o no.. Así tenemos muchos casos de billonarios chilenos que viven e invierten en el país, desde que este se hizo un lugar donde conviene invertir y es agradable vivir: Iris Fontabona, Ponce Lerou, Paullman, los herederos de Angellini, Yarur, los Matte y el propio presidente Piñera, entre otros

Es muy grato ver como muchos chilenos les gusta vivir en este país y creo que tienen razón, hay muchas razones para apreciar la calidad de vida acá, la gente que nunca ha viajado tiene una visión hollywoodense sobre como es vivir en Londres o en Nueva York, la verdad es que acá en Chile no se vive nada de mal, en comparación. Algo de lo que yo estoy convencido es que en cualquier lugar del mundo se puede vivir como príncipe si tienen muchísima plata, en ese caso el lugar da más o menos lo mismo y que mejor que vivir entre los nuestros, la gente que uno comprende y aprecia con más facilidad.

Con una bodega de plata se puede vivir bien en cualquier lado, pero hay unos pocos lugares del mundo donde se puede vivir muy bien sin mucha plata, eso es lo que a mi me fascina de Arica, por ejemplo, y creo que Chile tiene un poco de eso en muchas partes.

Además creo que en Chile hemos tenido históricamente una buena clase alta, a diferencia de depredadores como Patiño en Bolivia o sinvergüenzas como Echeñique en Perú, los dueños de Chile han sido tradicionalmente altruistas y patriotas, tenemos una larga tradición de filantropos, tal vez más que en otros países de América Latina y los mejores gobiernos los hemos tenido cuando los ricachones -con sus virtudes y vicio- han estado a cargo del gobierno.