11 mayo 2019

Refrito del sábado: La única felicidad posible


Este refrito es del 29 de mayo del 2009, es decir hace casi exactamente 10 años atrás, cuando entraba a estudiar al programa de MBA y hacía planes pensando en una futura carrera académica. Releyendo me doy cuenta de lo inútil que es hacer planes, nada ocurrió como pensaba, excepto que completé el programa y he publicado dos artículos indexados, pero nunca encajé bien en la universidad, apenas empecé a hacer clases me di cuenta que no era el lugar para mi, no alcancé a durar dos años en eso.

Pero encontré una ventanita de oportunidad como profesor guía de las tesis de magister, un trabajo que me vino muy bien porque siempre me ha gustado leer y redactar. Creo que ayudé bastante los varios años que estuve dedicado a eso, cosa que me duró hasta diciembre del año pasado. Pero todo lo bueno se acaba ¡no lo sabré yo! En fin, ya vendrá algo igual de bueno o mejor, y si no llega nada me da lo mismo, yo estoy haciendo las cosas bien, así es que no será por mi culpa. En fin, mucha charla, mejor pasemos directamente al refrito de este sábado, que se llama 

La única felicidad posible
Ah, mañana viernes empiezo a estudiar. Primer día de clases después de unos ¿25 años?, que diablos, debe ser desde 1984 más o menos que dejé de estudiar, ¡ya no me acuerdo ni de la tabla del 8!, pueda ser que pase todo este asunto con éxito porque yo siempre he sido muy desconfiado de mis propias habilidades para el estudio.

Cuando joven sacaba las cosas con empeño pero ahora, aburguesado, flojo y oxidado, con varios millones de neuronas menos producto de mis alegres borracheras ¿como me irá?, vuelvo a probar de mi propia medicina y un profesor sonriente se paseará mientras me quiebro la cabeza tratando de contestar alguna pregunta complicada en la prueba, tal como yo lo hago -con no poco sadismo- con mis propios alumnos. Ahora te toca sufrir tomasito.

Pero el caso es que estoy muy contento trabajando en la universidad y si no tengo a lo menos un magister no hay modo que salga de mi categoría de half chicken. El ambiente de trabajo es muy bueno. A diferencia de las carreras de ingeniería repleta de egos inseguros, la Escuela de Economía funciona perfectamente y los profesores viejos nos dan espacio a nosotros los jóvenes (ja ja). De a poco me voy imaginando proyectos que se podrían hacer, como un centro de estadísticas económicas regionales, o publicar algún paper en inglés con mi tocayo que es PhD en psicología, o simplemente irme envejeciendo de la manera más floja posible sin hacer nada, o casi nada que es igual.

Habían dos programas de magister disponibles: uno dictado por el Departamento de Ingeniería Industrial y otro por la Escuela de Negocios, este último es un MBA o sea está más dirigido a la empresa que a la carrera académica y por eso me gustó más, que diablos, si voy a aprender algo que sea lo más práctico posible. Es curioso porque cuando yo estudiaba electrónica me encantaba todo lo teórico, pasaron los años y perdí gran parte de la fe y el entusiasmo que tenía por los modelos matemáticos, mientras más los estudié más cuenta me dí de sus limitaciones. Al final con una ruleta o el tufómetro se consiguen predicciones tan buenas como con las más avanzadas teorías. Cuando me convencí que la incerteza es la parte más inevitable de todo problema importante le perdí un poco el respeto a muchas teorías.

En fin, mucha filosofía barata cuando la verdad es que estoy estudiando solo porque me gustaría pasar un buen tiempo haciendo clases, y si no tengo el grado no voy a poder hacerlo, esa es la verdad de la milanesa: se me dio la oportunidad y estoy tratando de agarrarla. El resto es puro verso. En todo caso los que frecuentan este Templo del Ocio desde hace tiempo sabrán que cuando empiezo con algo nuevo tiendo a ponerme monotemático, el año antepasado fue el Rapa-Nui y las minas de Bentonita, el año pasado con el oro del Amazonas y mis aventuras en Tacna, ahora empezaré a darles la lata con la universidad y mi vuelta al colegio, así es la vida del vago,a veces aburrida y otras veces llena de aventuras, lo he dicho varias veces: para sufrir nacimos.

Igual extraño Tacna y mis amigos de allá, si alguna vez llego a juntar plata me gustaría comprarme una casita para ir a flojear, tomar y comer los fines de semana ¿ven? ¡ya me estoy gastando la plata antes de ganarla! por eso la felicidad permanente es imposible, como dice mi tocayo psicoloco: la única felicidad posible está es la que uno se imagina.

3 comentarios:

  1. El MBA suyo fue todo un logro, me saco el sombrero por ello.

    ResponderBorrar
  2. La eterna felicidad... que quimera mas grande. Yo he pasado por momentos de felicidad y ahora paso por momentos de incertidumbre y mal ambiente aqui en el antro de rutina estatal, que llamo "trabajo".

    Yo no tengo "una única felicidad", sino que un conjunto de felicidades que suman una mayor: el estar vivo.

    ResponderBorrar
  3. Ulschmidt, fue muy divertido y lo pasé bien volviendo al colegio ya viejo. También fue muy sacrificado pero somos hijos del rigor pues. Mirando en el tiempo podría decir que no me sirvió para nada, porque mis planes no se cumplieron, pero por otra parte me sirvió una enormidad al abrirme los ojos a un montón de cosas que yo no conocía: principalmente finanzas, estrategia y psicología. Fue muy enriquecedor y valió la pena en "unidades de satisfacción", aunque en "unidades monetarias" me resultó un fiasco ja-ja

    José, el otro día leí algo muy bueno que puso una amiga, era algo así como "la felicidad consiste en estar tranquilo, nada más que eso", puro Tao

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"