NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
16 junio 2019
La muerte menos temida da más vida
Sigo completando mi blog de genealogía donde ahora coloqué algunas cosas para entender lo básico sobre como se llaman los parientes que tenemos, también coloqué una nota sobre la falsa creencia que los apellidos tienen escudos de armas y cosas por el estilo. Bueno, estaba entretenido en eso y me encontré con la historia de una antigua pariente. Me pareció muy interesante porque muestr un poco como eran las cosas en la época de la conquista. Primero veamos la historia, que copiaré tal cual:.
Inés Olmos de Aguilera
Quiero compartirles la extraordinaria historia de Inés Olmos de Aguilera, la heroína de Imperial, para que vean de que madera estaban hechos los antiguos conquistadores, hombres y mujeres, mi enorme admiración para la hermana de mi tatarabuelo 13º Pedro Olmos de Aguilera y Zurita
El año 1598, el Toqui Pelantaro, de 23 años, inicia el alzamiento Mapuche, y al año siguiente ataca La Imperial. El corregidor de La Imperial, fortifica la ciudad, y resiste los ataques. Los mapuche en cada batida se llevaban el ganado y caballares que encontraban. Además corta los árboles y destruye los campos de los alrededores.. Luego intentan desviar el río que lleva agua a la plaza.
El acoso permanente acabó por vencer la prudencia del jefe español, quien decidió hacer una campeada para terminar con la actividad indígena. Encarga a dos de sus capitanes, Pedro Olmos de Aguilera y Hernando de Ortiz, que salgan con cuarenta hombres de a caballo a escarmentar a los sublevados. Los mapuches dieron muerte a nueve soldados y llevan a Olmos de Aguilera, para hacer que la guarnición se rinda a cambio de perdonar sus vidas.
Pero surge la voz segura de Inés Olmos de Aguilera, quien los convence de que los mapuche no van a cumplir su palabra, y que lo único que queda es luchar. Todos están de acuerdo en que esta defensa debe ser liderada por esta valiente y sabia mujer, doña Inés de Olmos, que tenía 42 años. Los indios al enterarse de la decisión, clavaron la cabeza del padre de Inés de Olmo en una pica y la mostraron para aterrarlos, pero Inés, rápidamente supera la pena y esta firme en su convicción de luchar.
Inés Olmos, esta valerosa mujer, era hija de Pedro Olmos de Aguilera y de doña María Zurita y Villavicencio, y esposa del capitán Pedro Fernández de Córdoba, había nacido en Imperial el año 1555. Todas las órdenes que dio, fueron las más inteligentes, como si su oficio hubiera sido el arte militar
.
La situación más terrible y amarga, fue cuando los indios trajeron frente a las murallas del fuerte a su esposo, don Pedro Fernández de Córdoba, para advertirle que si no rendía la fortaleza, lo matarían a su vista. Ella respondió que lo hicieran, pues jamás entregaría el fuerte. Los indígenas comenzaron por cortarle las orejas, las narices, sacarle los ojos, hasta que al final le abrieron el pecho y le sacaron el corazón para comérselo. Doña Inés soportó todos aquellos padecimientos. Esta heroína contempló la bárbara escena que se ofrecía ante su vista, pero pudo sobreponerse a su incalculable dolor de hija y de patriota, convirtiéndose en la más tenaz defensora de su ciudad natal, hasta el extremo de dirigir a los combatientes.
En los días siguientes los nativos continuaron trayendo parientes de la valerosa mujer para intimarla de nuevo a la rendición. Siguieron sus hijos, sus hermanos, su cuñado y sus sobrinos. Pero Inés seguía firme en su convicción de no rendirse ante personas que seguro los iban a matar. Llegó un momento en que toda la guarnición se moría de hambre. Comenzaron por comerse a los perros, continuando con los gatos, ratones y cueros de los arneses.
Ante la falta de balas, sus joyas se habían usado como proyectiles. y ella no se confiaba en los centinelas, manteniéndose despierta. Cuando se les acabó la pólvora y no podían usar los cañones, reunió a todos sus hombres, para hacer una piadosa súplica a la Santísima Virgen. Luego ordenó a algunos hombres que al amparo de la noche fuesen a los restos que quedaban de la ciudad a buscar si encontraban algo.
Grande fue su sorpresa al encontrar algunos barriles de pólvora. Así pudieron comenzar a disparar de nuevo los cañones, colocando piedras en vez de las balas que no tenían. Entre los múltiples paisajes que ofrece el rio Imperial, entre ellos se encuentra una isla como a 20 kilómetros al poniente de Carahue y alcanza una extensión de 30 hectáreas. Cuando el agotamiento de las municiones hizo imposible la defensa evacuó la ciudad con sus diezmados compañeros de martirio y heroísmo; fue a refugiarse en la hermosa isla a quien legó su nombre, de donde siguió después su viaje a Concepción.
Después discurrió pedir ayuda al gobernador que se hallaba en la ciudad de Valdivia, para lo cual viajarían mensajeros por el río, y para eso prepararon dos lanchas. Nuevamente les faltó brea o alquitrán para calafatear las naves. Volvieron a salir de noche al pueblo y Dios quiso que encontraran lo necesario.
Finalmente acudió en su ayuda el gobernador con suficientes tropas y salvó la fortaleza que ya estaba en ruinas. Sólo quedaban 42 españoles, muchas mujeres y entre ellas la heroica Inés de Aguilera. Su valor fue premiado por el rey con una pensión anual de dos mil pesos.
Moralejas y reflexiones de esta historia
Después de transcribirla me fui a acostar y mientras estaba en la confortable cama, bien abrigado y seguro porque alcancé a ver una patrulla de Carabineros estacionada cerca, me puse a imaginar como habían sido las cosas en esos años. Doña Inés había nacido en el fuerte de Imperial, hija, hermana y esposa de soldados con parentesco bastante cercano al rey, aunque vivían como cavernícolas en un fuerte acosados por los indios, con la vida pendiente de un hilo en todo momento.
El espectáculo de ver como torturaban y mataban a toda su familia delante de ella debe haber sido espantoso, sin embargo muestra el orgullo y el temple de cierta clase de españoles, que podían estar en la situación más extrema pero jamás perdieron el ánimo. Yo leía el comentario de un millenial diciendo que seguramente quería deshacerse de su familia y por eso los dejó matar, esa es la forma típica de pensar de generaciones ya corrompidas y cobardes como las nuestras, estamos muy lejos de poder soportar cosas feas sin perder el ánimo, hoy somos gatos gordos y nos entregamos en primera.
A la larga, los mapuches llegaron a temer a los españoles y solo incursionaban por sorpresa cuando estaban bien seguros de ganar, ese es el principio básico de las guerrillas, siempre usando el engaño, lo que fue escuela para los mandos militares chilenos, como Baquedano y San Martín usaron con ventaja en la Guerra del Pacífico, donde los usos de guerra mapuche fueron muy usados, incluyendo el de generar terror en los ataques.
Me pregunto que habría hecho yo en una situación así, seguramente me habría pegado un tiro de arcabuz en la cabeza, para que no me agarraran vivo, pero dudo que hubiese seguido peleando como hicieron los españoles hasta el final. Increíble el orgullo español de algunos conquistadores. Creo que con los araucanos fueron ingenuos y caían en sus engaños una y otra vez. Francisco de Aguirre en La Serena en cambio, barrió con casi todos, los exterminó igual que hicieron en Estados Unidos. En el sur por alguna razón pasaron siglos siendo engañados con parlamentos y falsas promesas de amistad, rotas una y otra vez.
Me acordé del libro Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile ¡que librazo y qué época! Me quedé dormido y soñé que vivía en esos años, claro que no me acuerdo de nada más, menos mal. Mis respetos para la gente valiente y orgullosa que se las arregló para seguir el lema que le atribuyen a la familia de Pedro de Valdivia"La muerte menos temida da más vida"
Esta historia la encontré en el Facebook del ilustrador Lukas Bravo Nicolás
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Aca en Chile la historia la cuentan como si no fueramos nietos mestizos de los conquistadores. Te acuerdas del bodrio de serie sobre villarica. Donde los malvados y cobardes españoles apenas se defendian... cuando el sitio de villarica duro dos años. "En el cerco de la Villa Rica encarecía el hambre el valor de la comida y hacía esta despreciar el oro y la plata aunque nunca falta quien lo codicie, aunque sepa que la ha de perder. Valía una morcilla de sangre de caballo, diez pesos de oro; un tasajo, catorce; un celemín de cebada, cuarenta. Hombre hubo que durante el hambre se comió media cuera de ante de Castilla y dos panes de jabón. Una mujer se comió, acabada de parir, la criatura de sus entrañas. Carne humana la comieron muchos, y de los indios que mataban hacían cecinas.
ResponderBorrarCreció tanto la necesidad que los hombres querían echar suertes para comerse unos a otros. Más, el esforzado capitán Bastidas, con su ánimo y mucha prudencia, les disuadió de una cosa tan abominable, persuadiéndoles a lo que era menos mal, que comiesen carne de los indios que se mataban, diciéndoles que con eso estarían más valientes y más gallardos para pelear, porque la gallardía de su valor juntarían con la valentía de los indios, convirtiéndola en sustancia[...]la gente más flaca como las mujeres y los niños, se caian muertos de hambre, y ya las dejaban irse al campo enemigo para no verlas morir ante sus ojos y cada una iba por donde queria, sin obediencia las hijas a las madres y las mujeres a los maridos; porque el hambre no guardaba respeto a la obediencia por conservar la vida[...]
Diego de Rosales: Historia General del Reino de Chile, Flandes Indiano"
Desde hace algunos años la historia viene siendo reescrita por un grupo de sociologos que se hacen pasar por historiadores, inventan cuentos en base a un supuesto "análisis integral", "metodología novedosa y audaz" que no es otra cosa que el análisis marxista apenas disfrazado: todo lo explican usando un caduco análisis de relaciones económicas, explotadores y explotados, lucha de clases y movimientos sociales que exsten más que nada en la imaginación de estos nuevos "historiadores".
ResponderBorrarQuieren "deconstruir" pero no se toman la molestia de estudiar y leer, para eso tienen las conclusiones listas, solo buscan las fuentes que puedan conducir a sus ideas preconcebidas. Son una peste, pariendo por Salazar y demás chupasangres que se repartn premios nacionales y becas.
Nada como leer relatos contemporáneos y fuentes primarias
Impresionante el sitio de Villarica, historias como esa hubo muchísimas
ResponderBorrarHace como 20 años vi "El Cautiverio Feliz" en película. Nunca más la he encontrado.
ResponderBorrarIncreible epopeya la conquista.
ResponderBorrarPara Pablo: http://www.ccplm.cl/sitio/cautiverio-feliz-3/
Pablo en el link se puede descargar el libro, es re bueno, aunque repleto de disquisiciones, la historia principal es interesantísima.
ResponderBorrarWilson, esa si que fue aventura. Cuando los tenían sitiados en Santiago Inés de Suarez atendía a los heridos. Unos caciques que estaban presos empezaron a animar a los atacantes y dice la leyenda (tal vez es cierto) que doña Ines agarró una espada y se la pasó a uno de los españoles para que matara al que gritaba más fuerte "¿y como lo mato?" preguntó este, y doña Inés le quitó la espada y dijo "así", le cortó la cabeza de un par de tajos, la tomó y se la tiró a los atacnates. hasta hi llegó el ataque
Cuando estaba en el colegio y nos enseñaban historia de Chile, me gustaba el lema de la familia Valdivia "La muerte menos temida da más vida". A propósito de eso, cuando el presidente de Mexico dijo que debía los españoles debían perdón por los aztecas, me acordé que Pedro Valdivia, según nos cuenta, Eyzaguirre no le interesaba el oro o la plata, sino la plata. Por eso, vino a fundar un país desde la nada.
ResponderBorrarEse lema me gusta.
Para cruzar un continente a caballo, hay que ser valiente y tener una resistencia de los practican las ultramaratones.
La Universidad de Chile publico varios libros y cartas de los españoles de la conquista, entre ellos, "Cautiverio Feliz". Ese libro lo leí, aunque no recuerdo mucho.
Como también publicaron el libro del jesuita Lacunza, que exponía la posibilidad de otras vidas en otros planetas.
El máximo de cobardía lo vimos, después del 11 de septiembre, cuando los UP huyeron en estampidas escondiéndose en las embajadas.
Corrección:
ResponderBorrarCuando estaba en el colegio y nos enseñaban historia de Chile, me gustaba el lema de la familia Valdivia "La muerte menos temida da más vida". A propósito de eso, cuando el presidente de Mexico dijo que debía los españoles debían perdón por los aztecas, me acordé que Pedro Valdivia, según nos cuenta, Eyzaguirre no le interesaba el oro o la plata, sino la fama. Por eso, vino a fundar un país desde la nada.
El primer cronista del Plata era un asunceño mestizo, Ruiz Diaz de Guzmán, que se puso a escribir la historia de la Conquista unos cien años después que ocurriese. UnA
ResponderBorrarUna mayoría de sus hechos se los sabe reales pero incluye dos heroínas mujeres que se presumen falsas o deformadas
i) La "maldonada" una mujer que, muriéndose de hambre durante el sitio de los indios querandíes a la primera Buenos Aires, sale al campo decidida incluso a entregarse a los salvajes. Se refugia en una cueva, donde encuentra a una leona pariendo y la ayuda con sus dos crías. Luego se encuentra con indios y uno de ellos la hace su esposa; pasa más tiempo y los españoles la rescatan durante un ataque.
Pero de vuelta en el poblado su historia se reconstruye, queda expuesta su voluntaria deserción previa y en castigo deciden atarla en las afueras del cerco para que las bestias nocturnas la devoren.
En esas estaba cuando entre los felinos asechando aparece - claro - la madre leona a quién ayudó antes y la protege. Encontrada sana y salva al día siguiente y con una madre leona y sus crías que la defienden, la llevan de vuelta a la ciudad y la perdonan.
ii) La andaluza Lucía Miranda. Lucía es mujer del capitán Sebastián Hurtado en un fuerte junto al Paraná. Mangoré, un cacique timbú, se enamora de ella, cuando Hurtado parte con una comisión aprovecha para atacar el fuerte, muere en el intento, pero ella es tomada por el hermano de Mangoré, Siripo, como mujer.
Vuelve al tiempo Sebastián Hurtado al fuerte y los indios lo toman. Lucía ruega por su vida; Siripo le permite convivir con la tribu a condición de que se someta a su autoridad y que jamás se acerque a su esposa.
Pero ambos hispanos se citan en el bosque y al final son vistos y delatados. Furioso de celos Siripo hace ejcutar a flechazos a los amantes.
Historiadores posteriores han dicho que i) La maldonada es una vieja leyenda española reciclada y adecuada a esta costa y ii) Jamás hubo una mujer en la lista de embarque de aquella expedición y aquel fuerte. La de Lucía Miranda parece ser una novela entera que imaginó Guzmán.
Fue muy leída y recordada, un dramaturgo hispano, una dama de la oligarquía criolla en el XIX y al fin un escritor del siglo XX volvieron sobre su tema y lo recrearon.
Sólo pasó de moda cuando las guerras indias eran un recuerdo lejano y cuando ya no hubo "cautivas". Las "cautivas" son las mujeres blancas tomadas por indígenas y es algo que ocurría en la frontera cada tanto. Representan la contracara de la mestización normal o standar o aceptada, que es de mujeres americanas con hombre europeos.
Quizás la leyenda de Inés opera como la otra variante de eso: La mujer española que no se entrega - el fuerte Imperial, aquí, vendría a ser un simbolismo: lo que no entrega es su cuerpo a los indígenas - aunque atormenten y maten a todos los suyos. Uls
Si Javier, Chile tenía pésima fama después de la fracasada incursión de Diego de Almagro, claro que don Pedro igual era codicioso, he leído que a poco de asentarse en Santiago capturaron a un cacique que le ofreció a Valdivia contarle el secreto de donde estaban los lavaderos de oro en el estero de MArga-Marga, la cosa es ue hicieron el trato, encontraron el oro y el cacique volvió a su ruco. Decía la historia que Valdivia se quedó fascinado mirando el oro que habían lavado y dijo "ahora si soy un señor".
ResponderBorrarEs muy interesante leer las cartas que mandó Pedro de Valdivia a sus superiores (incluido el emperador Carlos V), ahi relata en sus palabras muchas visicitudes de la conquista
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cartas-de-pedro-de-valdivia-que-tratan-del-descubrimiento-y-conquista-del-reino-de-chile--0/html/feec617a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html .
Ulschmidt, es cierto eso de las invenciones en las crónicas. Picado por la curiosidad me puse a buscar y encontré un artículo interesantísimo sobre la mencionada doña Inés, resulta que le escribieron un poema épico "Puren Indómito" escrito por Diego Arias y por eso quedó registrada en la historia, parece que el poema si tenía fundamento en hechos reales que están mencionados por cronistas contemporáneos, yo creo que lo que mejor apoya eso es la pensión vitalicia que le dio el rey. A Carlos V no era nada fácil saarle unos pesos, El artículo se puede ver en
ResponderBorrarhttps://www.redalyc.org/pdf/708/70817738003.pdf
Vale la pena leerlo, es bien interesante
La Conquista en Chile tuvo buenos cronistas contemporáneos, partiendo por el propio Pedro de Valdivia que le gustaba mucho escribir (dejó un amplio epistolario, no se a que horas escribiría tanto), luego Alonso de Ercilla, Bartolomé Las Casas (aunque parece que ee era medio mentirosillo), Francisco Nuñez de pineda, entre varios más
En todo caso me parece raro que el artículo base sus antecedentes históricos principalmente en lo que relata Barros Arana, que escribió muchos siglos después de los hechos, cuando existen crónicas contemporáneas, además deja en duda la existencia histórica de Ines de Olmos, cuando la genealogía está totalmente clara, está bien la comparación que hace de "Puren indómito" con otros textos épicos clásicos, pero creo que la investigación histórica es bastante descuidada, al basarse en un historiador posterior en muchos siglos a cuando pasaron las cosas.
ResponderBorrarDe las Crónicas la justeza histórica a mí ya no me importa tanto - no digo que no lo tenga, menos en el caso de Inés que conozco ahora por usted.
ResponderBorrarPero no me importa porque para mí ya es literatura y de la buena. Como dije otras veces, estoy esperando el Mallory o el Steinbeck que rescriba las crónicas y arme una saga digna del Rey Arturo. De Hernán Cortéz quemando las naves a doña Ines cortando cabezas en el fuerte. Hay anécdotas valientes, audaces, humorísticas, simpáticas. De la búsqueda de la fuente de la juventud al Dorado y Trapalanda. Tolkien se queda chiquito. Uls
Claro que si, uno no puede esperar "exactitud histórica" de cosas que pasaron hace más de 500 años, para qué decir las crónicas de la antigua Grecia, Roma o Egipto, pero tiene un enorme interés para mí leerlas, claro que los que cuentan exageran sus propios méritos, eso se ve en cosas que pasaron apenas un par de años atrás, pero como escribió Vargas Llosa en uno de sus pocos ensayos buenos, las verdades más profundas están en la ficción (la verdad de las mentiras creo que se llamaba)
ResponderBorrar