Ludvig Van y los señores políticos

Supongo que algunos ya vieron este video con la animación relacionada a los temas del primer movimiento de la Quinta Sinfonía, supongo que las animaciones corresponden a las indicaciones de tempo que hace el director con la batuta (o las manos) para los distintos motivos musicales, puede que me equivoque, pero en todo caso permite ver la manera sorprendente en que usaba Beethoven el ritmo y la dinámica del sonido, que lo diferenciaba de todos sus antecesores clásicos.

Si algo característico tenía don Ludvig Van era el carácter abrupto de sus mejores composiciones, los golpes de subito piano y subito forte no los tuvo nadie antes ni después de él, nadie lo pudo alcanzar y cuando muere Beethoven la música clásica se termina, el único que tal vez lo hubiese alcanzado era Shubert, pero murió -de sífilis- a los 31 años, muy joven, ni siquiera tuvo tiempo para intentarlo. Pero vamos a otra cosa

Cuando los que toman decisiones no se ven afectados por ellas
A lo largo de la vida tomamos muchas malas decisiones y lo normal es que paguemos las consecuencias. Todos recordamos a algún compañero que le gustaban las fiestas, aficionado a la buena vida, malo para estudiar y el rey de las minas en el colegio. Muchos años después lo encontramos viejo y arruinado. Tanto alcohol, drogas y todo lo demás le hicieron pasar muy buenos momentos, pero después se murieron los padres y sin saber hacer nada, aparte de pasarlo bien, cayó en picada y lo vemos renegando de las decisiones estúpidas que tomó en su vida.

Por lo general las malas decisiones son las de largo plazo: decisiones importantes como elegir pareja, estudiar una profesión, tomar un préstamo hipotecario y cosas así. Porque en las decisiones de corto plazo los efectos los pagamos casi de inmediato. Si reventamos una tarjeta de crédito, nos pillan manejando borrachos o nos tentamos por robar algo y somos sorprendidos, los efectos dolorosos son de corto plazo, por eso la gente tiende a ser mucho más cautelosa en el corto plazo.

En cualquier caso, a la mayoría de las personas normales los errores y sus consecuencias nos enseñan, si nos equivocamos una vez podemos aprender para no hacer lo mismo en el futuro. Incluso podemos aprender de la experiencia ajena, o simplemente aplicar el sentido común para darnos cuenta que no hay que tomar ciertas malas decisiones para no tener las malas consecuencias.

Todo esto es trivial y lo sabe cualquiera, pero hay algo que no es trivial y es que viviendo en sociedad, las demás personas toman decisiones por nosotros. En democracia representativa por ejemplo estos son los políticos, nuestros supuestos representantes, quienes deciden que nos será permitido y que nos prohibirán, porque las leyes son, en su gran mayoría prohibiciones y sobre todo como seremos castigados si no obedecemos.

Ellos deciden cosas fundamentales para nosotros como quienes pagarán impuestos y cuanto, de manera asombrosa ellos también deciden quien se reelegirá para representante de por vida o quien entrará al selecto grupo, porque se las han arreglado para hacer las leyes de modo tal que entren personas con votación insignificante si así lo deciden. Pueden matar a un carabinero manejando borracho, las leyes que ellos mismos hacen no los tocan porque se las arreglan para que no les hagan la alcoholemia a tiempo. Eso explica que tengamos a un anciano con cerebro de un niño de 7 años, ignorantes, desaquilibradas mentales, ladrones, mecheros, resentidos y estúpidos de toda clase "representándonos" y aprobando las leyes que nos obligan.

Lo característico de esta troupe de pauvres diables que nos representa, es que ellos no son afectados por casi ninguna de las malas decisiones que toman, así es que pueden arruinar el país con toda tranquilidad porque ya se forraron de por vida, debido a que hay una ley donde deciden que si los afecta: la fijación de sus propios sueldos y adivinen qué.... son los políticos mejor pagados del mundo. Con la plata que nos extraen a nosotros, los giles, por supuesto.