16 enero 2020

Vgilar y castigar


No se trata del libro de Focault, el insoportable, solo tomé prestado el título para algo que acabo de aprender y que me llamó mucho la atención. Se basa en un hecho conocido por los economistas del comportamiento, sobre lo que he escrito varia veces acá mismo: que las experiencias malas nos afectan mucho más que las buenas, le damos mucho más valor a las desgracias que a las alegrías.

Es algo que lo sabemos todos porque lo hemos experimentado muchas veces. por ejemplo si nos ganamos un premio millonario de la lotería, la alegría nos durará cierto tiempo, luego nos acostumbramos. Pero si nos enfrentamos a la ruina, la pérdida de nuestra casa o cualquier otra propiedad valiosa, sufriremos mucho más y durante más tiempo

Este mecanismo, que los psicolocos han llamado "el bias de la negatividad" tiene muchas expresiones que a veces percibimos como comportamientos "injustos", pero tienen una causa psicológica mucho más profunda.

Por ejemplo en el mundo laboral, los jefes suelen enfurecerse cuando un empleado comete un error que perjudica al negocio. Sin embargo cuando ese mismo empleado hace más de lo que se esperaba de él y con ello beneficia mucho al negocio es apenas reconocido, con suerte con unas palmaditas en la espalda y alguna distraída felicitación.

Esto no es porque el jefe sea un canalla, bueno, podría serlo, pero esa no es la causa del comportamiento, sino que se trata de un sentimiento  normal en todos nosotros, nos impresionan y nos afectan mucho más las cosas negativas. Dicho en otras palabras, consideramos "normal" que nos pasen cosas buenas y cuando nos pasa algo malo siempre lo sobre dimensionamos.

Hay innumerables experimentos que muestran que las personas casi no agradecen las cosas buenas que reciben, pero sienten un furia violenta y duradera cuando creen que alguien los está perjudicando. Eso explica por qué las ideologías que explotan el resentimiento se mantienen en el tiempo a pesar de sus fracasos, mientras que las que causan prosperidad y felicidad obtienen apenas una tibia adhesión cualquiera que sea su éxito. El resentimiento siempre es más fuerte que el agradecimiento, eso es algo que traemos de fábrica.

Todo esto eran solo entremeses para contarles lo que me sorprendió mucho porque nunca antes lo había pensado. Resulta que al hacer experimentos conductistas con niños se encontró que aprenden mucho más rápido y mejor con "castigo y recompensa" que con puro reforzamiento positivo. Yo agregaría aquí que es el "castigo" el ingrediente fundamental de cualquier enseñanza y los psicolocos agregaron eso de "recompensa" solo por corrección política.

Bueno, tampoco debe ser para tanto, la recompensa muchas veces motiva y refuerza lo aprendido pero mi punto es que lo fundamental -creo yo- es el castigo, porque nos afecta mucho más, nos produce un sentimiento más intenso y duradero.

Solo reflexionen sobre lo siguiente, cuando estamos ociosamente soñando despiertos, pensando en nuestro futuro personal ¿a qué le dedicamos más tiempo y atención? ¿A las cosas buenas que nos podrían pasar o a los riesgos y cosas malas? Casi podría asegurar que la mayoría de las personas, si dejan correr libres sus pensamientos, lo primero que les viene a la cabeza son los miedos y posibles desgracias.

Se han hecho muchos experimentos con niños en este sentido, por ejemplo a un grupo de niños se les hacen diez preguntas para las que se necesita cierto esfuerzo intelectual y por cada respuesta correcta se les agrega una bolita (de esas para jugar) en un jarro como premio. Otro grupo es sometido a las mismas preguntas pero esta vez parten con un jarro con 10 bolitas, y se les quita una por cada respuesta incorrecta

Adivinen qué, después de muchas pruebas para intentar descartar el bias y las variables ocultas, resulta que el segundo grupo que estudia motivado por castigos, rinde más, de manera consistente que el primer grupo que estudia motivado por premios. Al parecer se acostumbran o anestesian al efecto de los premios, pero el temor del castigo no desaparece nunca.

Y es que el garrote resulta mucho más efectivo que la zanahoria, aprendemos más rápido y más duradero por medio del castigo que con el reforzamiento positivo. Entrenar un perro por ejemplo, adquiere mucho más rápido los reflejos de obediencia con los tirones de cadena y la palabra ¡no! que con puros biscochos y cariñitos. Yo uso las dos formas para enseñar a von Beppy y he comprobado en la práctica que ambas sirven, pero con puro reforzamiento positivo toma más tiempo y el perro se mantiene más nervioso y distraído, esperando la recompensa.

Recuerdo cuando estudié en Inacap primero y luego en la universidad. En ambas teníamos un sistema muy exigente, en Inacap si reprobábamos un ramo perdíamos la carrera, en la universidad eran dos oportunidades y un tercera de gracia que solo daban ocasionalmente.

Vivíamos con el miedo a reprobar y yo, que nunca tuve condiciones para las matemáticas, en un sistema de reforzamiento positivo jamás hubiese aprobado los ramos de matemáticas y física. Aprendí gracias al miedo y hasta llegué a ser ayudante de dos ramos complicados. Nunca lo hubiese conseguido de otra manera, fue gracias al terror.

Pero enseñar por miedo tiene sus límites y eso se ve claramente al adiestrar un perro. Cuando se nos pasa  la mano con los castigos estos pierden su efectividad, cuando uno grita ¡no! o tira la correa varias veces y el perro no hace caso, estamos perdidos, porque el animal entró en una dinámica de enfrentamiento y ya no podremos enseñarle nada. Para que el miedo sea efectivo como enseñanza lo ideal es que los castigos nunca o muy rara vez se materializen, en lugar de eso lo mejor son las amenazas creíbles.

Yo lo he visto como alumno y como profesor, nada mejor que un curso asustado, donde todos piensan que la materia es difícil. Pero si piensan que es imposible estamos fritos, hay una delgada línea que no se debe cruzar: difícil pero posible. En fin, me llamó mucho la atención esa idea del miedo como método de enseñanza, creo que es muy interesante.

12 comentarios:

  1. El reto y el miedo asociado a el, amenaza la supervivencia ( o su proxi el bienestar) El cavernicola inmune al miedo es probable que se haya reproducido poco y su prole haya sido predada por los pumas. Entonces el miedo, al menos en niveles hormeticos, aumenta la atencion y esa es la clave del aprendisaje... y de casi todo. En cambio el elogio puede subir el ego, pero no esta asociado a la supervivencia, no tenemos mecanismos evolutivos fuertes que sean cazadores de elogios en cambio si de evitacion del miedo.
    Un detalle, contado por Kahneman : daba un seminario a instructores de la fuerza aerea israeli, y habia una disputa del estimulo de elogios por muy bueno o del reto por muy malo, y era controversial. Pero el hizo mediciones, y cacho que habia regresion a la media por mera variacion: los muy buenos era muy probable que no repitieran, al menos inmediatamemte, su perfomance y los muy malos era muy probable que mejoraran la siguiente vez. O sea y como en casi todo : es complejo y la primera mirada exije una segunda mas cuidadosa

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  2. Si es muy complejo, pero vale la pena tener en cuenta eso que elmiedo refuerza la atención y que es un sentimiento mucho más fuerte que la esperanza de satisfacción.

    También explica por qué las ideas de los resentidos son más persistentes, aunque hayan mostrado que siempre fracasan como es el caso de las ideas de izquierda

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  3. Eso ultimo es pura ciencia, la izquierda explota la envidia y el resentimiento, la derecha responde con el miedo. Sin la explosion de miedo quizas no hubiese habido '73, ni Piñera 2,0, ni lo que va a venir...
    Ambos lo encubren con lindas chacharas, bastante semejantes por lo demas, pero al final es resentidos versus aterrados.

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  4. Leyendo tu columna, me recordó una frase que vi mientras jugaba en mi PC uno de mis videojuegos favoritos

    EL MIEDO DA ALAS A LOS HOMBRES

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  5. El castigo al yerro, mucho más común que las palmaditas, es lo que promueve al empleado burocratizado, cuidándose las espaldas, obedeciendo y no arriesgando nada por la empresa.

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  6. José, si, el miedo es un buen combustible, también es efectivo para aprender

    Ulschmidt. mantenerse siempre desapercibido, en la medianía, sin destacar en nada, siempre haciéndose el huemul. Ese es el mantra dentro de todas las organizaciones jaja

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  7. Mi viejo tenía un dicho, "estar en la polvadera" o en el polvaderal. Un tanto ganaderil, ya no se usa, se refiere a que cuando arrían la tropa los animales del centro van en el polvo que levantas los cascos, los que se retrasan o desvían o adelantan salen de la nube y reciben un correctivo, un guascazo.

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  8. Eso, muy adecuado especialmente en la administración pública!

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  9. Ciertamente el tema es muy interesante y he concluido que la gente necesita más una razón para quejarse que una razón para vivir. Ahora sobre los tipos de enseñanza, yo primero buscaría conocer el perfil psicológico de cada estudiante y según eso qué método emplear, porque si alguien ya anda muy presionado o es muy nervioso per se, el exceso de miedo lo va a paralizar y no habrá ningún progreso con esa persona.

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  10. El ideal sería una educación muy personalizada con un mentor o algo así, efectivamente algunos se quebran muy fácil frnte al miedo

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  11. No hay nada mejor que las clases personalizadas según yo.

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