22 abril 2020

El pan nuestro de cada día


Cuando viví en Ancud, Isla de Chiloé en casa de los Norambuena Jipolou, uno de los recuerdos más persistentes es el pan, que hacía nuestra querida empleada todos los días, lamentablemente no me acuerdo su nombre pero era un pan de Dios, vivía en la casa con su hija y se levantaba todos los días a las 6 de la mañana a encender la estufa de leña, que pasaba prendida por el resto del día. La vida en las casas de Chiloé en esos años era en torno a la cocina, caldeada a full por la estufa mientras afuera aullaba el viento que doblaba los vidrios.

Llegábamos empapados con la lluvia y el olor a perro mojado de la cocina, que era enorme, llenaba cada rincón. Al llegar nos sentábamos allí a conversar y escuchar radio mientras se nos secaba la ropa, parecía un sauna. Eran los años setenta y se escuchaba mucha radio, estaban de moda los Angeles Negros, los Galos, los Golpes ¡qué música!



Esta no es la mejor versión, yo recuerdo el cover que tocaban "Los Shulback" era maravilloso, cuanto recuerdos.

Cuando yo llegaba y no había nadie en la cocina -cosa que rara vez pasaba- buscaba un cuchillo y me robaba un gran trozo del pan delicioso que se horneaba todos los días y me encerraba a comerlo. Era una tontera porque los dueños de casa jamás me habrían negado lo que quisiera, pero la emoción del robo era más fuerte. En una de esas aventuras se me pasó el cuchillo y me hice un gran corte en la mano que me mandó al hospital, todavía puedo ver los restos de la cicatriz en mi mano izquierda.

El olor del pan horneándose, junto con el olor a perro mojado son parte de mis mejores recuerdos de la Isla de Chiloé. Al desayuno nos servían un gran tazón de "café de calcetín" que se tomaba en los años de la Unidad Popular, creo que lo hacían de cebada y era bastante bueno, pero nada como el pan,  recién saliendo del horno, que untábamos con mantequilla recién hecha que llevaba la gente desde el campo. Que maravilla.

En general, la comida chilota era horrorosa, recuerdo con espanto las navajuelas con luche, el plato insignia de la isla, era como comer pequeños fetos, chiclosos, con sus brazos y piernas diminutas, me sentía como un caníbal, pero el pan casero era una delicia que permitía olvidarse de todo eso.

De esos años siempre fue mi ambición aprender a hacer pan casero, a mi que se me queman los huevos fritos y se me desarma el sandwich de tomate ¡quería hacer pan! Nunca me atreví hasta ahora, cuando el ocio llega a su punto máximo, pensé ¿por qué no intentarlo? Entonces me fuí a la escuela de gastronomía del chef Google, quien me mandó donde el chef Youtube que ofrecía varias clases de "pan fácil".

Después de buscar varias recetas, me decidí por la que parecía más sencilla y ayer intenté hacerla. Diablos, no quedó muy bien que digamos, la cáscara estaba bien, crocante y todo eso, pero adentro quedó crudo y gomoso, sin embargo estaba comible. El Tomás Jr. que me envidia en todo y nada encuentra bueno dijo que tal vez la próxima vez saldría mejor, pero igual se comió su parte.

Eso me animó a intentarlo hoy de nuevo y esta vez me quedó mucho mejor, creo que la tercera será a vencida, aquí está el pan de hoy con mi primer sandwich de mantequilla, solo miren


Volví por un momento a 1973, el olor del pan recién horneado, untarlo con mantequilla, la cascarita crujiente, el sabor del pan recién amasado ¡retrocedí 47 años exactos! a la época de la televisión en blanco y negro (no, creo que ya era en color) a los años de "Música Libre", a los discursos de Allende, a la inminente guerra civil, a las javas de cerveza que guardábamos debajo de los camarotes, a mis compañeros de pieza Juan Aguilar "mechuque", Ventura Falbaum, Jaime Oyarzo, a Julito Normbuena, el hijo de los dueños de casa, a las chicas alemanas que les teníamos ganas pero nunca nos atrevimos, a los bailes en el Cuerpo de Bomberos, a las conversaciones estúpidas con la luz apagada cuando alguien andaba con insomnio, al glorioso Liceo de Hombres de Ancud, a la isla donde se rinde culto al basketball y la gente todavía cree en el diablo y le tiene miedo.

En fin, el pan amasado fue hoy para mi como la magdalena para Proust, odio a ese escritor, francés y amariconado, pero lo entiendo perfectamente, un olor y un sabor nos puede transportar a otra época, es mágico.

Para el almuerzo, con el Tomás Jr. nos preparamos sendos sandwich de pavo con acelga (cruda) mayonesa, pimentón y albahaca, quedaron deliciosos y más contundentes que un almuerzo tradicional ¡larga vida al pan amasado! Claro que debe costar un ojo de la cara porque necesita más de una hora de horno, en Chiloé donde el horno es a leña y gratis, porque la cocina pasaba prendida todo el día, eso no era un tema, pero con un horno de gas que calienta una porquería es otra cosa. Cuando sea millonario mi primera compra será un horno semi industrial, que alcance los 300 grados, para hacer pizzas y pan amasado a mi gusto y gana.

Ah, no debería escribir de estas tonteras ¿a quien diablos le va a importar los recuerdos absurdos de una época que pasó hace rato? Pero me da lo mismo y lo escribo nomas ¿Saben por qué? es muy sencillo, porque me compré una botella de ese maravilloso pan líquido llamado cerveza, en una ciudad con confinamiento total y una virtual "ley seca" encontré por fin una botillería, después de buscar por toda la ciudad. Se llama Bárbaros y está camino a las pesqueras, este es un datazo para todos mis amigos borrachos, vayan para allá antes que lo cierren. Es un bastión de la civilización en tiempos de barbarie.

Y me compré una Malta Morenita, cerveza negra de abundante espuma que a casi nadie le gusta, pocas veces se vende excepto para los viejitos nostálgicos de la malta con huevo y cosas así. Esa es cerveza de hombres, no somos muchos pero somos machos y estoy terminando el último vaso de la generosa botella de 1.2 litros, por eso he escrito tantas incoherencias, el alcohol me hizo acordarme de mis amigos de la Municipalidad de Tacna y de tantos otros, cientos, de amigos con que lo he pasado tan bien. A veces me quejo amargamente de mi mala suerte, pero es mentira, he tenido una suerte increíble y quiero hacer un último ¡Salud! por eso, por todos y cada uno de mis muchos amigos y amigas, son mi mayor riqueza ¡al seco!

11 comentarios:

  1. Ah, si duda. Ciertos sabores básicos - el pan, más que nada - te transportan a la infancia, a momentos muy nítidos.
    Hornear pan por tanto está bien en esta cuarentena. Lo que no es recomendable es empezar a fermentar cosas y destilar su propio alcohol.

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  2. Malta con huevo + su churrasco completo = Un día sábado mirando en familia la serie animada erase una vez el hombre, lejos la serie animada mas entretenida y educativa hecha.....

    Salud

    Marcelo

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  3. Ulschmidt, no es mala idea! Empezaré a fabricar mi propia chicha ¿Qué podría salir mal? Luego un alambique para hace "pájaro verde", si en la cárcel pueden hacerlo yo también.

    Marcelo deben ser más de 30 años que no me tomo una malta con huevo, también cuando jovenzuelo tomábamos con harina tostada, tenía reputación de alimenticia, aunque era pura azúcar. Esas se tomaban harto en el campo, y la serie "Érase una vez el hombre" era espectacular ¡qué programa más bueno!

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  4. Yo sé hacer pan amasado. Me sale bien. Me gustaría otro tipo de panes.

    Me gustaría aprender hacer Masa Madre, que es la masa que se hacía antes que apareciera la levadura.

    También me acuerdo de esa serie francesa. Aunque el final era un post apocalítico al estilo de 'Soy Lent Green'.

    A diferencia de otras personas, yo tengo problemas con el pan. Coma lo que coma mi peso permanece igual. Lo primero que recomiendan a las personas para bajar de peso es el pan.

    Un conocido me contó que una oriental llegó a Chile, creo que era japonesa y empezó a engordar.

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  5. Es cierto quelas masas engordan, para remate son ricas así es que tendemos a comer más. Antes, cuando caminábamos mucho y teníamos desgaste físico, necesitábamos mucha azúcar para no quedarnos sin energía, ahora se nos acumula en la ponchera.

    Bajar de peso es muy difícil, yo peso 78 kilos desde que salí de la universidad -a fines de los 80- hasta hoy, con un par de kg de diferencia cuando tuve negocio y comía como cerdo. Un par de años atrás empecé a tener dolor en el pecho, opresión, me costaba respirar y la presión super alta, tengo una herencia de muertes cardiacas en toda mi familia materna, todos nos morimos de eso así es que yo no me preocupaba mucho.

    Pero llegó un puno que la cosa era muy desagradable, así es que me fuí a visitar al doctor Google, que me recetó bajar de peso y hacer ejercicio. Yo había eliminado el azúcar de las bebidas hace más de 20 años pero siempre fui fanático del pan.

    Bueno, eliminé el pan y me hice un plan de ejercicios del "profesor Youtube" con una pesa de 7kg que tenía a mano. Bajé apenas 1 Kg, ahora ando en los 76-77 después de unos 6 meses, es mi peso de equilibrio, no hay nada que hacer.

    Claro que mi ponchera de gelatina hoy es ponchera de fierro y mis brazos que parecían alas de murciélago con pellejo colgando hoy ostentan unas saludables lagartijas. ¡Ah! Y los dolores, molestias y presión pasaron a la historia, desaparecieron en una semana.

    Yo creo que eran psicosomáticos. A propósito los chinos comen una barbaridad, todo frito chorreando aceite, mucho chancho y arroz y pocos engordan, debe haber algo genético ahí, ah casi no comen masas, no tienen nuestra cultura del sandwich, por eso tu amiga japonesa debe haber engordado

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  6. Corrección:
    A diferencia de otras personas, yo no tengo problemas con el pan. Coma lo que coma mi peso permanece igual. Lo primero que recomiendan a las personas para bajar de peso es el pan.

    Mi peso oscila entre los 58 y 60 kilos.

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  7. Es una suerte! Yo creo que todos tenemos una especie de "peso de equilibrio" de acuerdo a nuestro metabolismo, genética, contextura y quien sabe que más. Tengo amigos que son muy gordos pero sin grasa, o sea son más bien "voluminosos", de contextura grande, esos son los que tienen más fuerza, como los guatones de "El precio de la historia", algunos bajan de peso, se corchetean el estómago y todo eso, pero quedan medio ridículos con una cabeza enorme y el resto del cuerpo desproporcionadamente chico, yo fuera de esos me mantendría gordo pero bien tonificado.

    Otros son como gelatina, pura grasa y pellejo producto de comer muchos azúcares y masas con una vida sedentaria, de esos hay gordos y flacos, así era yo hasta el año pasado más o menos, parecía una culebra que se tragó una pelota de fútbol! Me entretenía pegándome en la guata y mirar como quedaba tiritando, en resonancia :D

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  8. Animo!, Don Tomás.
    Yo con un litro y medio de cerveza negra en el cuerpo me acuerdo hasta de los perros regalones que se me han muerto. Y eso que soy joven sub30.

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  9. Buena tomas, el olor del pan es incofundible, pero el toque de leña es aún más, te entiendo, ya que me pasa lo mismo con algunos olores, no de la coral de los 80, pero con otros si. A todo esto, volviste a la escritura entretenida !!! Ajajaja lo que hace el alcohol. Dicen que experimentando varias veces el pan, ya después te sale a la perfección.

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  10. Robert, hay muchos olores que se quedan pegados en la cabeza, el de pan es de los más fuertes. Antes habían colas en la panadería Fernandez esperando que saliera el pan del horno, las marraquetas eran tan buenas que hasta las llevaban a Tacna por contrabando hormiga para venderlas, hoy creo qu la mejor es la panadería H%H de Huanca, pero hay varias muy buenas, especialistas en marraquetas.

    Los porotos granados con albhaca, el chancho ahumado, la albacora frita en sandwich (ya casi no se ve) y tantos otros! Yo quiero probar con otros tipos de pan y después me tiro con las empanadas ¡esa si que es cueca! A ver si ara el 18 me animo a hacer unas empanadas

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