20 junio 2020

Refrito del sábado: profesores y alumnas

Este refrito me gusta porque me toca muy de cerca, he tenido profesores amigos y amigos de mis amigos que me han contado de este asunto, es algo de lo que poco se habla y creo que sería bueno sincerarlo justo en está época, cruzada por la hipocresía, chantaje y pretensiones de superioridad moral, especialmente entre los mocosos que todavía no aprenden a abrocharse los zapatos. Sin más comentarios acá se los dejo: 

Profesores y alumnas (publicado originalmente el 25 de febrero de 2017)
Bueno, esta entrada también se podría llamar profesoras y alumnos, aunque parece que este caso no molesta tanto a los involucrados. Me refiero a las acusaciones de acoso sexual por algunas alumnas de la Facultad de Humanidades y Filosofía de la Universidad de Chile en contra de los profesores Leonardo León y Francisco Ramirez, entre otros. Al respecto Gabriel Salazar, premio nacional de historia, salió a defender a los profesores con estas palabras:

“Hay profesores que buscan más que una relación de amistad con las alumnas, pero a ellas (las denunciantes) yo las veo muy pintiparadas. Dando declaraciones de acá para allá. Yo no las vi muy destruidas psicológicamente. Los que sí están destruidos son los dos profesores acusados, Ramírez y León. Están jodidos. Yo no sé si un acoso estúpido da para la pérdida que se produjo por esto (la destitución de ambos). En la balanza es donde hay que ver”

En el lugar de los profesores acusados yo le habría dicho a Salazar "no me ayude compadre", no me puedo imaginar una declaración más formalmente estúpida que esa. La popularidad de Gabriel Salazar entre el mundo progre -que ya estaba averiada después que habló contra los comunistas en la universidad ARCIS- con esto seguramente terminará de hundirse.

Bueno, este es un tema del que yo algo conozco, la amistad entre profesores y alumnas mientras existe la relación profesor-alumna, está sujeta a mucho riesgo. Uno de los riesgos lo podría ejemplificar con esta

Historeta Nº1
Un profesor popular y amiguero, amante de las fiestas y la buena vida, después de una fiesta mechona de la universidad va a dejar en su auto a un grupo de alumnos, la última para dejar es una alumna que le dice que por que no pasan a tomar una cerveza final. Asi lo hacen y mientras toman el shop ella le dice algo así como:

-Profe, usted sabe lo importante que es para mi aprobar su curso
-Claro que si
-Y sabe que yo haría cualquier cosa por aprobarlo
-(glup)... no te preocupes... si solo hay que cumplir con los trabajos, seguramente van a aprobar todos.
-Profe, es que no me está entendiendo lo que le digo, me refiero a que para mi es tan importante que quiero asegurarme y, le repito que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa, por aprobarlo
-(glup, glup, incómodo silencio)...

Los dos posibles desenlaces
Bueno, esta historieta puede terminar de dos maneras distintas. La primera en un motel con todos felices comiendo perdices, llegando bañados, con sonrisa de oreja a oreja a sus respectivas casas luego de unas horas de agradable charla y algo más.

La segunda alternativa (improbable pero no imposible) es con la alumna enfurecida y el profesor buena onda confundido, pensando si no habría sido mejor terminar la conversación en el motel. En este caso hay una probabilidad no trivial -me atrevería a decir que es alta- de que nuestro profesor buena onda sea acusado con el decano de acoso sexual.

Obviamente esa no es la única alternativa. También existe la posibilidad de una

Historieta Nº2
En este caso se trata de un profesor super exigente que tiene fama de reprobar a más de la mitad de los alumnos todos los semestres. Típicamente no se trata de ninguna lumbrera, pero recurre al expediente fácil de hacer pruebas que no tienen nada que ver con lo enseñado, incluir preguntas capciosas o acertijos de ingenio, corregir caprichosamente, etc. hay mil maneras de hacerlo (no lo sabré yo).

Y resulta que existe el rumor que el profesor de marras es lacho, y las alumnas agraciaditas se dan cuenta rápidamente que hay una forma segura de aprobar el ramo (dando la pasada) y otra segura de reprobarlo (negando la pasada). Conozco personalmente muchos casos así, hasta he tenido amigos que hacen tal cochinada y hasta se jactan de hacerlo.

Profesores que se casan con las alumnas
En las universidades no es raro que profesores se casen con las que han sido sus alumnas y esto puede ser fruto tanto de situaciones del primer tipo, o sea acuerdo mutuo, como del segundo, es decir chantaje. Mal que mal en muchos matrimonios existe esa especie de contrato tácito de prostitución que significa intercambiar sexo por seguridad económica o social, lo que eufemísticamente se conoce como "casarse bien".

El problema fundamental
Estas dos historietas resumen lo que podríamos llamar El Problema Fundamental del Profesor, la Alumna y el Sexo. Resulta que en cualquier universidad o instituto, tanto profesores como alumnas son de edad adulta, sexualmente maduros y con disposición a hacer cuchi-cuchi con cualquiera que le atraiga, tal como todo el mundo y en todas partes. Pero en este caso existe una muy atractiva oportunidad de negocio, tanto para profesores como para alumnas. En ambos casos el negocio es una vía rápida para tener sexo con una alumna rica -siendo uno viejo y feo- o tener la seguridad de aprobar el curso, siendo floja y/o tonta. Esta es una oportunidad que existe, no se puede eliminar de ninguna manera, con ninguna ley ni reglamento. Por eso se trata de un problema fundamental.

Presunción de inocencia
Yo pienso que en la universidad es ridículo que una alumna acuse a priori y sin pruebas claras de acoso a un profesor, mal que mal se trata de dos adultos entre los cuales el sexo está permitido si hay acuerdo mutuo, solo cabe acusación si el profesor llega a pedir sexo amenazando a la alumna de reprobarla si no acepta. Hoy en día con los teléfonos celulares no cuesta nada grabar una conversación de este tipo y frente a una prueba así, el profesor debe ser despedido inmediatamente.

Pero debe regir siempre la presunción de inocencia y no se debe admitir jamás un reclamo sin pruebas que lo sustenten. En el caso del profesor Leonardo Leon hay una larga historia de reclamos y sanciones en ese sentido en su contra, bueno, creo que eso podría ser un indicio, pero yo preferiría una grabación u otra prueba fehaciente. Acusar no cuesta nada.

En la enseñanza media, algunos tienen que ser de fierro
Eso respecto de las universidades, pero el problema es peor en los liceos, donde chicas entre 14 y 18 años, con las hormonas en ebullición, a veces andan como piedra de curanto haciendo apuestas con sus amigas sobre quien se come primero al profe más comestible. Y para que hablar de los profesores psicopatas, aunque en enseñanza media tienen poca o ninguna herramienta para chantajear, desde que se puso de moda aprobar a todos solo por presencia. No hay que olvidar que la iniciación sexual de la niñas se estima alrededor de los 14 a 15 años en promedio.

El argumento de "machistas" es una estupidez
Que me perdonen los tontos, pero es un argumento hediondo de hipocresía, típico de los sinvergüenzas que les interesa más sacar provecho del asunto que entender el problema. Este argumento lo explica la alumna Francisca Barrientos en estos términos:

“Como comité entendemos que entre un profesor y una estudiante hay una relación de poder. Respecto al consentimiento, por mucho que ella diga que sí, puede haber relaciones de poder que igual estén incitando a la alumna a decir ese sí. Al final por favores sexuales puedes tener trabajo, buenas notas, acceso a muchas cosas que, si uno no lo hace, sobre todo en una carrera como Historia, donde no hay mucha pega, nunca lo vas a encontrar”

Negar de entrada la posibilidad de consentimiento es una estupidez y una frescura, por eso nadie los pesca afuera de su grupito de feligreses. Maduren y aprendan a ver la realidad en todas sus facetas, tontos.

Solo me queda una aclaración final, todo lo que he escrito referente a Profesores y alumnas se aplica también a profesoras y alumnos, solo que este último caso no es frecuente, por la obvia razón que los caballeros no tenemos memoria ¡tomen nota, malditas feministas quema-sostenes!

6 comentarios:

  1. Tuve en mis dos últimos años de secundaria una profe de matemática de roja cabellera - La Colorada - que era terrible. Siempre se ofrecía de chaperona en el viaje de egresados, tradicionalmente en mi zona un viaje de una semana a Bariloche donde los chicos se la pasaban tomando en los boliches por la noche y de día durmiendo o vomitando en los buses de excursiones a la montaña. Al regreso había siempre una historia de La Colorada con el chico más pintón del curso - normalmente el más pintón tenía una noviecita en los grados inferiores que recibía los chismes y montaba un escándalo de novela.
    Pero era un culebrón de secundaria, a nadie se le ocurría hacer denuncias judiciales, acusaciones de violación. Ahora quizás ocurrirían. Uls

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  2. Ah Ulschmidt ¡es la naturaleza! Ojala me hubiese tocado algo así en la secundaria, aunque ahora que recuerdo, parece que si tuve un par de profesoras que hacían bromas picaronas, claro que jamás osé a pasar a mayores. Habría sido una suerte para mí porque me habría ahorrado años de espera, pero la suerte no es buena conmigo parece, al menos en esas cosas jaja.

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  3. la alumna universitaria que tenía la cosa clara no dirigía su coqueteo al profesor titular ni al profesor auxiliar, a quien disparaban era al profesor ayudante, el que corregía y evaluaba su desempeño académico, el verdadero poderoso en esa trilogía. qué buenos tiempos cuando fui ayudante en múltiples cursos. lo mejor era dejarse sobornar en cursos de primer año donde duraban poco y la mortandad de estudiantes era cercana al 80% y la historia moría con la chiquilla expulsada.

    en cuanto a cahuines de profesor con alumna, el inmaculado engel, el economista, terminó casado con su alumna mondschein, mejor no digo más por prudencia y autocuidado, pero sospecho que la historia google también la debe saber

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  4. jaja que pedazo de canalla!
    Yo menos mal que nunca tuve problemas con eso gracias a que le tengo mucho miedo a las mujeres, cuento con los dedos de una mano las veces que me he lanzado y me sobran 4 dedos, exactamente. Si, tengo amigos que se han casado con alumnas, amigas que han hecho de todo con los profesores y viceversa, yo no le veo nada de particular no habiendo amenazas de por medio ni de uno ni de otro lado. La negociación de sexo a cambio de alguna clase de favores es lo más normal y antiguo que existe y siendo voluntad de las partes me parece perfecto, si a alguien le escandaliza eso debería partir exigiendo que se prohíba el matrimonio, que es lo ismo pero institucionalizado.

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  5. yo también era tímido, pero como a los 17 descubrí que las minas eran igual de califas que uno, pero disimulan mejor. siempre tuve problemas con las hermanas chicas, las primas y las mejores amigas de mis pololas. en una oportunidad una gran mujer me pidió matrimonio, pero me hice el huevón, no podía aceptar. me había metido con dos de sus primitas y seguía enredado con una.

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  6. Si, yo soy muy poco galán y cero romántico, algo por timidez -bueno ahora mucho menos- pero sobre todo por flojera, la sola idea de andar detrás de las minas me cansa, problemas, gasto de plata, en fin, puros inconvenientes.

    Tal vez por eso no me metí con mujeres hasta bastante viejo, cuando ya tenía suficiente plata me vinieron unos 10 o 15 años en que pensé que había perdido mucho tiempo y tenía que invertir en "hacer currículum", entonces agarraba todo lo que podía, independiente si me gustaran o no, fue muy divertido, porque al principio las iba anotando. Llegó un momento en que me di cuenta que era una estupidez y lo dejé.

    En mis 65 años he tenido una sola relación de largo plazo con mi mujer y jamás se me pasó por la cabeza cambiar de modelo. Soy animal de costumbres. Lo que si he tenido muy buenas relaciones de amistad con mujeres, tengo tan buenas amigas como buenos amigos y eso es raro, habiendo agarrado o no (la mayoría de las veces no) siempre he tenido grandes amigas minas.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
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Yours sincerely, wasting away
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"