Puros amigos y la muela

Arica y Norte de Chile, no lugar y lugar de todos [Interview] from Ingrid Wildi Merino on Vimeo.

Aunque no se nota a primera vista, yo soy muy vergonzoso y cuando mi buena amiga Ingrid Wildi trajo a Chile su proyecto "Dislocación", que debe haber sido el proyecto de arte más importante del bicentenario, me hizo unas entrevistas junto con otros ariqueños e iquiqueños netos, pero a mi me dio mucha verguenza hablar en cámara y después de grabado me daba plancha mirarlo.

Nunca quise ver el video por eso de hacer el ridículo, pero con los cursos online me acostumbré a hacer videos  y ya perdí el pudor, así es que aproveché de buscar en Internet donde estaban las famosa entrevistas. Lo entretenido es que aparecen casi puros amigos míos, el economista Fernando Cabrales, el sociólogo y escritor iquiqueño Bernardo Guerrero, mi ex alumna de Chile Joven Marisol Maibe, mi compañera ingeniera eléctrica Carola Herrera.

En fin, son amigos que quiero mucho y perfectamente hubiéramos podido hacer la filmación en un asado, me habría encantado tenerlos a todos juntos en una buena conversación de borrachos. Como de costumbre yo hablé puras cabezas de pescado, pero a estas alturas qué me importa. Ingrid también hizo este otro video como parte de la instalación de ese gran proyecto. Ella es una de las mejores artistas chilenas contemporáneas, de tiempo en tiempo se de algunos de sus trabajos. Aquí va el otro video

Arica y Norte de Chile, no lugar y lugar de todos [Landschaft] from Ingrid Wildi Merino on Vimeo.

Y pasando a otra cosa

La muela

La última vez que fui a un dentista fue -si la memoria no me engaña- en diciembre de 2006, donde me atendió el hijo de mi dentista de siempre, el doctor Gonzalo Lostaneau, que ya se había retirado. fue una experiencia horrible que relato aquí y me quitó las ganas de pisar una consulta por el resto de mi vida. Bueno, la verdad es que el 2008 volví donde el hermano, doctor Juan Lostaneau que me dijo que antes de hacer nada me tenía que sacar una radiografía panorámica para ver como estaba la mandíbula, le dije "voy y vuelvo" y no volví más.

El 2008 estaba trabajando en la Municipalidad de Tacna, entonces mi amigo y compañero de trabajo Edgar La Torre estaba yendo a un dentista, un viejito bien simpático al que le dije por que no me echaba un vistazo, porque la muela que me había "arreglado" Lostanau hijo ya estaba en las últimas, me la vio y me dijo que habría que sacarla para poner una con un clip, tal como las que me había puesto el doctor Gonzalo unos diez años antes. Le dije que me daban miedo las inyecciones y que pasaría si no me hacía nada "bueno, me dijo, la verdad es que se te va a caer a pedazos, probablemente se te infecte y te duela más, si tienes suerte no se te infecta y se caerá sola".

Entonces pensé "I feel lucky" y me olvidé de la maldita muela. La verdad es que no se me infectó y hoy, después de 12 años se me cayó uno de los últimos pedazos y me quedé con un agujero del porte del Túnel Lo Prado en la boca, no quise abrir más la boca por vergüenza, pero si me río a carcajadas se ve realmente feo

Recordé, retrocediendo en el tiempo, que en los años 90 se me había caído igual muela, pero del otro lado y anduve con el agujero en la boca por uno o dos años, hasta que una amiga me dijo francamente "te ves horrible, como la cuatro dientes ¿por qué no vas al dentista?". Entones pensé que era hora de ir donde Gonzalo Lostaneau, él vio que tenía varias malas, arriba y abajo y me dijo "tengo un mecánico dental que es el mejor, te voy a colocar unas muelas que te van a durar hasta que te mueras". Bueno, todavía no me muero pero cada una de las muelas que me puso con clips sigue firme en su puesto, como treinta años después.

La primera vez que fui donde el doctor Lostaneau fue en los años 80, cuando estudiaba en la universidad, quedé tan contento que en el año 90 le dije "doctor, lo voy a recomendar por Internet" así es que le hice esta pequeña página de recomendación. No se si seguirá vivo, pero desde que don Gonzalo dejó de trabajar no me quedaron ganas de ir nunca más al dentista. Ahora que estoy viejo ya no me preocupa como me vea así es que el agujero se quedará allí, firme en su lugar.

Diablos, para qué tanta vergüenza: allí está el agujero, en todo su esplendor: