Se me chingó el tren...y el dentista

Y me fuí a Tacna, con mis boletos de tren comprados el día anterior, pero al llegar a la estación a las 9 AM me encuentro que "el tren se ha malogrado" así es que me devolvieron el pasaje. Pero como ya estaba decidido a ir, fuí a tomar un colectivo al Terminal Internacional y al poco rato estaba en la frontera en un auto peruano al ritmo de salsa y música criolla: iban dos peruanas, una pareja chilena y yo.

Todo anduvo bastante rápido porque las aduanas estaban casi vacías, así es que me fuí al nuevo consultorio del dentista Lostaneau, una suntuosa casa con un jardín muy curioso. Lamentáblemente Gonzalo Lostaneau no estaba así es que me atendió su hijo -más adelante volveré a ese punto- después de una dolorosa sesión donde pagué todos mis pecados, me fuí a tomar una copa de helado a la Avenida Bolognesi, me dí unas vueltas por el paseo y sin más que hacer me volví a tomar otro colectivo para Arica. Salí a las 10 AM, fuí al dentista en Perú y a las 3 PM ya estaba de vuelta en Arica, háganme esa.

Lo del dentista es un asunto interesante. Gonzalo Lostaneau (padre) es un dentista de la vieja escuela, lo conozco desde los años 80, es decir hace más de 20 años y siempre que he ido lo he visto trabajando, de lunes a sábado sin parar, debe atender unas 30 personas diarias (es muy rápido) o sea que tiene una práctica enorme.

Su hijo es el típico dentista new-age, con mascarilla y guantes, extremadamente educado y a la vez muy arrogante, entre risa y risa te dice que es lo que debes hacer con tus propias muelas, muy técnico y sin mucha consideración por el dolor o el miedo que causan sus manipulaciones, usa el típico lenguaje médico (habla de el paciente y cosas por el estilo) y muestra mucha confianza por todo el aparataje técnico de que dispone. En suma, jamás debí aceptar atenderme con él, es el mismo modelo de dentistas que hay acá en Arica, tecnicos infatuados sin ninguna preparación para trabajar con personas.

Es curioso pero a la mayoría de la gente le gusta esa clase de médicos o dentistas, necesitan creer en un gurú o una eminencia y se ponen en sus manos sin discutir nada. Mientras que Lostaneau padre siempre da opciones y explica los pro y los contra, el hijo simplemente anuncia lo que va a hacer y ni siquiera toma en serio las protestas y dudas. Aunque le dije que le tenía miedo a las inyecciones, me puso tres inyecciones de anestesia. En fin, un desastre.

Aunque todavía los servicios son baratos: un tratamiento de endodoncia (que no me voy a hacer) más una limpieza general, más cuatro coronas, más varias reparaciones menores por US$ 270 aproximadamente. En Chile cobran el doble o más. Es una lástima como se van terminando los viejos dentistas y son reemplazados por estos new-age que, aunque sean muy amables y buena gente traen la mala formación de las nuevas escuelas.

Lostaneau padre tal vez no esté tan actualizado tecnológicamente pero tiene una experiencia enorme que no se reemplaza con ningún gadget de alta tecnología, además sabe que está tratando con personas que además son sus clientes así es que debe respetar las decisiones de sus clientes y darles el mejor servicio que pueda aunque esto pueda no ser lo más adecuado técnicamente. Estas cualidades más el duro trabajo de muchos años le ha permitido acumular la fortuna que ahora tiene.

Eso se ha perdido en las nuevas generaciones, yo tengo amigos médicos y dentistas acá en Chile y son todos cortados con la misma tijera, ni muerto pagaría un cinco para que me atienda un vago que pasa la mitad del año veraneando y "especializandose" en congresos en lugar de trabajar para adquirir experiencia y habilidad. Bueno, eso era, mi preocupación ahora es ¿que voy a hacer cuando Lostaneau padre se jubile o se muera? seguramente no voy a ir nunca más a un dentista.